El monolito seguía ahí, donde ha permanecido lo últimos 18 años. Se instaló en el primer aniversario del asesinato del ex consejero de Educación del Gobierno vasco, Fernando Buesa, y su escolta, el ertzaina, Jorge Díez. Hoy estaba escoltado por tres furgonetas de la Policía vasca, apostadas junto a él mientras varios agentes merodeaban por el campus. No es nuevo, pero hoy, las calles entre facultad y facultad amanecían con más pancartas que días anteriores. Todas ellas para reclamar derechos de los presos de ETA.
Y es que hoy no ha sido un día más en la Universidad del País Vasco. En el campus alavés de este entro público, las miradas, las policiales, las de la prensa y las de varias decenas de alumnos y profesores, y también los odios y repulsas, estaban puestas en dos ponentes poco frecuentes: el preso de ETA, José Ramón López de Abetxuko, condenado por el asesinato de los comandantes Eugenio Lázaro y Jesús Velasco en 1980, y el abogado Txema Matanzas, condenado a diez años de cárcel por pertenecer a ETA.
En el exterior del aulario, el despliegue policial era evidente desde horas antes. En el interior del edificio donde la cuestión de los presos de ETA enfermos, lucía como es habitual, con pintadas de las juventudes de la izquierda abertzale en las paredes principales, con proclamas en favor de la independencia. En el corcho de actividades, la ‘conferencia’ de los dos ex presos de ETA recordaba que el acto comenzaría a las 12.30 horas.
Minutos antes, la tensión ante posibles incidentes era evidente. Más aún cuando se ha producido la llegada los primeros asistentes a la convocatoria de la asociación Esteban de Garibay, con el apoyo del PP, para denunciar la celebración del acto por parte de Sare, la plataforma de apoyo a los presos, y la decisión de la UPV de permitirlo.
Uno de los profesores del centro universitario, Chema Portillo, ha elaborado unos pequeños carteles, con folios amarillos en los que se podía leer, “A Fernando Buesa y Jorge Díez los asesinaron aquí”. Lo ha colocado en dos de las pancartas de aoyo a los presos de ETA instaladas a la entrada del aulario. También en la puerta de acceso a la sala donde iba a tener lugar la charla de López de Abetxuko y Matanzas. Muchos de ello apenas han durado unos minutos colocados, han sido retirados o arrancados.
Negativa de la rectora
Portillo ha asegurado a El Independiente que lo hacía después de que tras solicitarlo a la rectora, Nekane Balluerka, la máxima responsable de la UPV volviera a priorizar el derecho a la libertad de expresión a su petición para prohibir la conferencia: “Legalmente tenía asideros para hacerlo. No ha querido. A Fernando Buesa lo mataron aquí, esto no tiene nada que ver con la libertad de expresión. Podían haberlo hecho en la sede de Sare y han buscado deliberadamente el espacio universitario. El profesorado que yo conozco está muy molesto, enfadado, cabreado”.
El profesorado está muy molesto y cabreado con algo que consideran que no tiene nada que ver con la libertad de expresión
Junto al del PP y la asociación Esteban de Garibay, ha sido el único gesto público en contra de la presencia de López de Abetxuko y Matanzas. Las concentraciones de rechazo apenas han reunido a medio centenar de personas, la mayor parte de ellos cargos del PP o familiares o víctimas del terrorismo. El presidente del PP, Alfonso Alonso ha arremetido contra la sociedad vasca asegurado que “aún mucha gente calla y mira hacia otro lado, les pido que piensen, si no nos movilizamos para evitar que esto ocurra seguirán formando a nuestros hijos en el odio y no tendremos garantías de no repetición”.
Alonso ha reprochado a la UPV que permita que los dos ex presos de ETA tengan “visibilidad” en un acto que es “una vergüenza” y una “indignidad” y que se celebra en el Día Internacional de los Derechos Humanos: “Es como si el día de los derechos de la mujer se invita a un violador a la Universidad”.
El ex delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo ha asegurado en nombre de la asociación Esteban de Garibay que ese acto era uina “ignominia” y una “aberracion” inadmisible. Ha acusado a la UPV de “volver a avergonzarnos”. Urquijo ha lamentado que la ciudad no esté “colapsada” en rechazo a este acto, “ETA ha conseguido modelar a base de tiros, bombas y extorsiones una sociedad cobarde”, ha asegurado.
"Sí fueron los malos"
Casilda, nieta del comandante Jesús Velasco, ex jefe de los Miñones de Alava, también ha tomado la palabra para denunciar emocionada que en el acto que iba a tener lugar “les contarán que ellos no fueron los malos”: “Sí lo fueron, han llenado España de viudas, de padres sin hijos e hijos sin padre, ésta es una historia de buenos y malos, de víctimas y asesinos”.
Para esa hora, en el interior del aulario, en torno a las 13.00 horas, la pequeña sala de 60 butacas ya estaba abarrotada-. Muchos se han tenido que quedar de pie y la prensa, a la que se le ha retenido por parte de la UPV, ha accedido tarde y cuando el espacio estaba agotado. Desde Sare ha iniciado el acto recordando que sólo se hablaría de la situación de los preos enfermos y que no se permitiría tratar ninguna otra cuestión.
Tras emitir un vídeo explicativo de los distintos grados penitenciarios, se ha presentado a López de Abetxuko. Visiblemente con mayor peso de que mostró a su salida de prisión, este preso de ETA condenado a 30 años por dos asesinatos, esperaba junto a varios amigos el inicio de su intervención. En la calle los gritos de “¡asesinos, asesinos!” proferidos por quienes se han manifestado en contra del acto, sólo han provocado el rechazo irónico de López de Abetxuko y sus acompañantes: “Mira lo que nos dicen, asesinos, asesinos”, ha afirmado uno de los acompañantes, “No te dicen a ti, nos lo dicen a todos”, replicaba otra.
En el perfil con el que se le ha presentado a López de Abetxuko, ni rastro de ETA. A la banda, a sus siglas, ni se ls han mencionado a lo largo de la hora que se ha prolongado el acto. De él se han limitado a asegurar a los jóvenes universitarios presentes “que tuvo que huir a Iparralde”, sin mayor detalle, y que fue detenido en 1999. Tampoco se ha descrito la causa. 4 años de cárcel en Francia y 24 en España.
Sin mencionar a ETA
López de Abetxuko, 69 años, tampoco ha hecho referencia alguna a su pertenencia a ETA. Ni a su pasado en la banda, ni a las bandas, ni a la violencia. Su intervención, con un esquema escrito en papel, se ha limitado a su experiencia como preso enfermo -sufría unas cardiopatías que le obligaron a tener un marcapasos-. Su intervención ha estado plagada de referencias a “la vida” a las condiciones que para vivirla se tienen en prisión y a las dificultades para para el tratamiento de sus enfermedades encuentran los presos.
Incluso se ha referido a la efeméride que hoy se conmemora, el Día Internacional de los Derechos Humanos. Lo ha hecho para reivindicarlos: “Ahora que todo el mundo habla de derechos humanos, de respeto, no cabe la posibilidad de que se aplique la política penitenciaria actual”, ha señalado, para apuntar después que hoy en día en las prisiones españolas a las personas enfermas a las mayores de 70 años “se les impide vivir y se les está obligando a una muerte segura”.
Abetxuko ha definido de "calvario" su vivencia en prisión a consecuencia de la deficiente, a su parecer, atención médica que se le prestó
Ha definido de “calvario” su vivencia en prisión a consecuencia de la deficiente, a su parecer, atención médica que se le prestó. Ha apelado a que el acto celebrado hoy en la UPV permita “poner en valor la actual situación sociopolítica” la realidad del colectivo de “presos políticos”.
Tras él ha intervenido el abogado Txema Matanzas, quien ha comenzado comprometiéndose ante los estudiantes a hacer una intervención “instructiva y pedagógica” sobre la realidad penitenciaria. Ha repasado la situación de los 21 presos “gravemente enfermos2 que el colectivo de apoyo a presos cuantifica. Matanzas ha asegurado que la salud de los reclusos de la banda debe ser “un frente” importante al que “habrá que dar alimento político” al tratarse de “una cuestión estratégica”.
Al final de su intervención no ha habido preguntas por parte de los estudiantes ni de ninguno de los presentes. López de Abetxuko se ha negado a hablar con los medios de comunicación e incluso los ha evitado. En la salida del aulario de la UPV la prensa esperaba agolpada la salida del ex preso de ETA que ha abandonado el lugar por otras salida.
López de Abetxuko cumplió condena tanto en España como en Francia. En 1999 fue condenado por la Audiencia Nacional a 30 años de prisión por el asesinato del jefe de la Policía Municipal de Vitoria, Eugenio Lázaro Valle, el 13 de abril de 1980. También estuvo implicado en el asesinato de quien fuera jefe de los Miñones, la policía foral alavesa, Jesús Velasco.
A su salida de prisión el 5 de julio de 2018, López de Abetxuko, de 69 años y aquejado de dolencias cardiacas por las que se reclamó su excarcelación, -el Gobierno sí lo acercó a la prisión de Villabona en Asturias- fue homenajeado en el casco antiguo de Vitoria, su localidad natal. El acto de bienvenida fue denunciado por Covite por considerar que supuso un delito de humillación a las víctimas, sin embargo, la justicia no vio delito en él.
El otro de los ex presos de la organización terroristas, el abogado Txema Matanzas, condenado a diez años de cárcel, y que quedó en libertad en 2017, aseguró en mayo del año pasado, durante una comparecencia en el Parlamento Vasco, que a los presos de ETA no se les podían exigir requisitos “subjetivos” para acogerse a beneficios. Matanzas situó entre ellos la exigencia de “la autocrítica devastadora del pasado, la petición de perdón a las víctimas y el rechazo o repudio a la violencia” denunció además que las víctimas del terrorismo tenían “demasiada capacidad para decidir” sobre el proceso de resocialización de los presos de ETA.
Los hijos de ambas víctimas de ETA, Eduardo Lázaro y Ana Velasco habían solicitado la prohibición de la conferencia por considerar que suponía “un agravio” y aseguraron que su celebración les hacía sentir “profundamente dolidos, maltratados y avergonzados al comprobar que en España se pueden cometer agravios tan terribles”.
De igual manera, tanto el PP como el delegado del Gobierno, Jesús Loza, o incluso el Gobierno vasco habían reclamado a Sare mayor sensibilidad hacia el dolor de las víctimas y solicitaron la suspensión. Finalmente, ni Sare, ni la UPV decidieron suspender el charla que hoy ha tenido lugar en el aulario del Campus de la universidad pública vasca en Vitoria.
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