Cinco mil asociados a Junts per Catalunya (JxCat) están llamados a participar en las primarias del partido de Carles Puigdemont desde la noche de este viernes y hasta el domingo, cuando se proclamarán los resultados. La batalla está entre el conseller de Territorio, Damià Calvet, y la líder de Junts en el Congreso, Laura Borràs, y en ella se dirimirá también el futuro del partido. En juego está si el poder queda en manos de la antigua estructura convergente o de los independientes incorporados al calor de Puigdemont y articulados entorno al ex presidente de la ANC, Jordi Sánchez.

De lo que no hay duda, de momento, es del poder de Puigdemont sobre el partido. La propia formulación de las primarias, en la que no se explicita que el elegido vaya a ocupar el primer puesto por Barcelona, sino que será el candidato a la presidencia de la Generalitat, deja claro la intención de volver a situar el nombre de Puigdemont en el frontispicio de la candidatura para recuperar el terreno electoral perdido según las encuestas.

Renuncia de Ferrés

El tercer candidato, Jordi Ferrés, anunció el viernes, poco antes del inicio de las votaciones, que renunciaba a su candidatura para sumarse a la de Laura Borràs. Pocos contaban con sus opciones de imponerse a sus rivales. "Lo que toca ahora es sumar esfuerzos, porque Borràs es la que mejor garantiza que podamos hacer efectivo el mandato del 1-O".

La líder de Junts en el Congreso representa efectivamente la candidatura más apegada al discurso de Puigdemont, a su reivindicación del 1-O y la confrontación permanente con el Estado. Lo ha demostrado en las Cortes. Es además la candidata mejor valorada y la más conocida por el electorado de JxCat.

Cuenta con el apoyo explícito de Quim Torra, que nunca ha ocultado su apoyo a la ex consellera de Cultura, Borràs, y de los diputados más esencialistas del partido, todos ellos independientes, como Aurora Madaula, Francesc de Dalmases o el ex presidente de la fundación de CDC Agustí Colomines. Pero tiene en contra el proceso judicial por presunta corrupción que instruye el Tribunal Supremo.

Borràs está siendo investigada por la presunta fragmentación de contratos de la Institución de las Letras Catalanas (ILC) que se le adjudicaron a un amigo durante los años en que dirigió esta entidad dependiente de la Generalitat, entre 2013 y 2018. Está acusada de los delitos de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, fraude administrativo y falsedad de documento.

Calvet o el poder de CDC

Si Borràs es la reivindicación del 1-O, Damià Calvet ofrece la promesa de una vuelta a la buena gestión convergente sin renunciar al independentismo. El consejero de Territori cuenta con el apoyo de Josep Rull y Jordi Turull, que siguen manteniendo una fuerte influencia sobre los cuadros ex convergentes reconvertidos ahora en junteros.

Sin olvidar el poder de movilización de voto que implica estar al frente del mayor departamento de la Generalitat en manos de JxCat por número de cuadros independentistas. En las elecciones internas en las que Puigdemont fue proclamado presidente del partido, el ex presidente fugado obtuvo 2.130 votos entre los 5.000 asociados de la formación.

Fuentes del partido afirman que se espera una participación no superior los 3.000 votos, por lo que la capacidad de movilizar votos en bloque será determinante en las primarias.