Casi la mitad de los sanitarios han afrontado un riesgo alto de trastorno mental durante la primera oleada del coronavirus. Así lo acredita un estudio del Hospital del Mar de Barcelona y el CIBER sobre profesionales de 18 centros hospitalarios de Cataluña, Andalucía, País Vasco, Castilla y León, Madrid y Comunidad Valenciana. El estudio advierte además que el 14% sufre repercusiones derivadas del estrés provocado por la pandemia.

Un segundo estudio de los mismos autores señala que un 3,5% de los sanitarios presenta "ideación suicida activa en los últimos 30 días"; esto es, deseos recurrentes de suicidio. Los síntomas detectados entre el colectivo médico son depresión, ansiedad, ataques de pánico, trastorno de estrés postraumático y abuso de sustancias.

Datos preocupantes

"Los resultados del estudio no nos sorprenden, pero nos preocupan. Son muy consistentes con nuestra experiencia clínica" advierte el doctor Víctor Pérez, director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar y uno de los autores del estudio.

"Los datos de la primera ola de la pandemia indican una prevalencia de problemas de salud mentales discapacitantes en los sanitarios españoles mucho más alta que la esperada" añade el doctor Jordi Alonso, autor principal del estudio y director del Programa de Epidemiología del Hospital del Mar. Alonso advierte de la necesidad de vigilar "el riesgo que estos problemas persistan" . 

Pérez recuerda que durante la pandemia han atendido a muchos sanitarios "con estrés agudo, agotamiento y ansiedad". Y señala "especialmente" a los que ya habían experimentado anteriormente problemas de salud mental, tras la experiencia adquirida en el programa de apoyo emocional que se puso en marcha en el Hospital del Mar, como en otros muchos centros sanitarios españoles.

Depresión, ansiedad y pánico

Del total de participantes, el 45,7% presentan riesgo alto por algún tipo de trastorno mental, es decir, necesitan una evaluación profesional para confirmar la presencia de un trastorno mental. A la vez, 1 de cada 7, presentan un trastorno mental discapacitante, con repercusiones negativas claras en su vida profesional y social.

Por patologías, el 28,1% presentan depresión, seguidos por los que sufren ansiedad. Casi uno de cada 4 tuvo ataques de pánico, el 22,2% estrés postraumático y un poco más del 6%, abuso de substancias como el alcohol. Además, haber presentado un trastorno mental antes de la pandemia dobla el riesgo de volverlo a sufrir a consecuencia de la COVID-19.

Aumentan las tendencias suicidas

Además, el estudio Mindcovid también documenta una mayor prevalencia de tendencias suicidas, del 3,5%, y de intentos de suicidio, del 0,1%, durante la primera ola de la pandemia, como revela el trabajo que publica Depression & Anxiety. Una cifra que contrasta con el 0,7-0,9% estimado para la población general antes de la pandemia. "Esto es preocupante", señala el doctor Philippe Mortier, investigador del Hospital del Mar.

El estudio, añade Mortier, "demuestra que este aumento del riesgo de ideación suicida se explica en parte por la presión sufrida por los centros sanitarios en términos de coordinación y personal durante la primera ola". Otro factor de estrés importante para la ideación suicida identificado por el estudio es el estrés financiero, como el miedo a la pérdida de ingresos o la pérdida de ocupación a causa de la pandemia.

Mujeres y jóvenes, más afectados

La prevalencia de los trastornos mentales es más elevada en el caso de las mujeres jóvenes, extranjeras y solteras. El colectivo de las auxiliares de enfermería es el que muestra un impacto más grande. 2 de cada 3 auxiliares sufren riesgo alto por trastornos mentales y la mitad de las enfermeras. A la vez, hay una prevalencia más elevada en aquellos profesionales expuestos a pacientes Covid y entre aquellos que han sufrido la enfermedad o que han tenido familiares infectados.

El 80% de los encuestados, según el trabajo publicado en la Revista de Psiquiatría y Salud Mental, estuvieron involucrados directamente en el cuidado de pacientes Covid. El 17,4% contrajo la enfermedad y 112 necesitaron ingreso hospitalario. En el 13,4% de los casos algún miembro de la familia directa resultó infectado y en uno de cada cuatro, el profesional tuvo que confinarse o quedar en cuarentena.

Los dos trabajos se han basado en una serie de encuestas anónimas en línea realizadas a profesionales sanitarios de los 18 centros participantes. 9.138 de ellos participaron en el estudio, respondiendo preguntas sobre su trabajo durante la primera ola de la pandemia, relaciones familiares, impacto personal de la COVID-19 o al entorno familiar, social y laboral y una serie de medidas cuidadosas para detectar posibles trastornos mentales.