Han sido tres años de reflexión que hoy se han plasmado en el documento entregado al lehendakari. Las siete asociaciones de víctimas del terrorismo, junto a cinco representantes del Gobierno vasco y dos de los Ayuntamientos integran el llamado Consejo Vasco de Víctimas del Terrorismo han abordado los avances y "déficits" que aún existen en el abordaje del pasado violento en Euskadi y de sus víctimas.

En la lista de propuestas que hoy han trasladado a Urkullu entidades como la AVT, Covite o la Fundación Fernando Buesa llaman a profundizar aún más en los pasos para lograr "una valoración clara y crítica" por parte de todos los partidos e instituciones de lo que ha supuesto el pasado violento y "singularmente el de ETA" para no sembrar dudas sobre su "deslegitimación". Apelan a que el final de la banda terrorista no pueda suponer "pasar página sin criticar explícitamente lo sucedido". Señalan que pese a que se han dado pasos en el reconocimiento y reparación de las víctimas aún quedan muchos por dar.

En el informe se señala que la reparación y reconocimiento debe extenderse siempre a todas las víctimas de las distintas formas de terrorismo que se practicaron en el pasado, tanto el de ETA como el de organizaciones como los GAL, el Batallon Vasco Español u otras formas de violencia.

En la lista de propuesta que se plantean al Ejecutivo destaca la de entregar a todas las víctimas y sus familias un "documento oficial" a modo de gesto institucional de su reconocimiento. Se propone un documento en el que a modo de "declaración oficial" se reconozca la injusticia padecida y de "la verdad histórica en la que se enmarcó".

Testimonios de arrepentidos

Junto a ello, se reitera la conveniencia de que se cierren acuerdos en los distintos municipios vascos para que se señalicen los lugares en los que se cometieron atentados terroristas, "siempre y cuando lo apoyen las víctimas". De igual manera se llama a reforzar un déficit de reparación y reconocimiento que existe sobre las primeras víctimas del terrorismo, particularmente durante los años 70 y 80.

Se pide facilitar el acceso a información sobre atentados cometidos para que las víctimas y sus familias puedan ejercer el derecho a la verdad que les asiste. Se insta a dar pasos que en los casos aún sin resolver se faciliten procedimientos que permitan en las instancias judiciales como la Audiencia Nacional acceder a informacion y sumarios.

En lo referido a la memoria y relato sobre lo ocurrido, el Consejo Vasco de Víctimas del Terrorismo cree que se podrían dar nuevos pasos en la recogida de nuevos testimonios. En este sentido, considera que habría que valorar que instituciones como el Instituo Vasco de la Memoria o el Centro Memorial incorporen el realto de personas que ejercieron el terrorismo pero que mostraron un desmarque del mismo y hayan acreditado una "reflexión autocrítica" de su pasado. También se cree que los testimonos de víctimas ya recabados se podrían ampliar con otro perfil de quienes padecieron la presión terrorista como los heridos, los perseguidos o los amenazados.

Además se ve necesario que se continúe "acercando" a las víctimas a la sociedad.Se plantea a través de los testimonos e iniciativas docentes en el ámbito educativo que se podrían amplíar a la Universidad e incluso a otros ámbitos sociales.

Sujetos "activos" de convivencia

La necesidad de actualizar la Ley Vasca de Víctimas del Terrorismo también figura entre las recomendaciones. En este sentido se insta a "actualizarla" para adaptarla a las nuevas formas de violencia terrorista, de carácter religioso e islamista que hoy está presente.

En la comparecencia del lehendakari tras la sesión en la que se le ha entregado el citado documento, Urkullu ha agradecido el trabajo "intenso, discreto y fructífero" después de tres años de reflexión de estos colectivos de víctimas y las instituciones. La reunión, que se ha celebrado en la víspera del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismoque Europa instauró en 2004 y que mañana, 11-M, se celebra, también ha servido para agradecer a quienes padecieron la violencia "algo que nunca debió ocurrir", que pese a todo nunca dieron lugar "al odio ni la venganza".

Urkullu ha recordado que las víctimas siguen siendo "sujetos activos" en la construcción de la convivencia. Ha defendido la necesidad de reparar a todas ellas, "sin equiparaciones ni exclusiones" para salvaguardar su derecho a la verdad, la memoria y la justicia. Ha recordado que en este camino aún quedan "etapas por cubrir", particularmente por parte "de los victimarios": "Deben reconocer el daño causado, decir que fue injusto".