Sigue llevando los vertiginosos tacones de la casa parisina Louboutin a pesar de que la jornada se ha estirado como un chicle. Viene de presentar la exposición de la fotógrafa canadiense Margaret Watkins, actividad enmarcada bajo el amplio abanico de PHotoESPAÑA. "Hoy tengo un mal día", apostilla en referencia a la fibromialgia, enfermedad que, en días aleatorios, paraliza un poco más su agenda.

Andrea Levy (Barcelona, 1984) atiende a El Independiente en su luminoso despacho de techos espaciales situado en el Palacio de Cibeles. Con vistas a la fuente más notoria de la capital, la delegada del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid derrocha confianza mientras focaliza la conversación en torno al "milagro cultural de Madrid", una ciudad que se postula como centro neurálgico de ocio en Europa.

"Cuando la gente sale contenta de un Veranos de la Villa o de obras que han visto en Matadero te sientes reconfortada en tu trabajo". Con una estantería kilométrica -y de altura- que recoge desde vinilos de grupos femeninos como Hinds o las Ginebras, pasando por los Rolling Stones y llegando a libros de Okuda San Miguel, Levy exhibe su abanico de preferencias culturales entre meetings y presentaciones.

Pregunta.- Madrid ha sido una de las ciudades más permisivas en cuanto a aforos y oferta cultural durante la pandemia. ¿Cuándo espera que la ciudad recupere la normalidad?

Respuesta.- La apuesta que hacemos es que a partir de septiembre podamos volver a recuperar los aforos al 100%. Hemos respetado durante todo este tiempo la normativa que nos marcaba la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, con el 75%, y eso nos ha permitido que estén prácticamente todos los espacios abiertos y con un éxito de completar aforos casi todas las semanas. El último reto que tenemos es el de la música en vivo, que será la última barrera. Espero que acabemos el año recuperando la normalidad cultural.

P.- ¿Cómo serán los Veranos de la Villa? ¿Finalmente habrá verbenas?

R.- Estos Veranos de la Villa van a tener su total programación durante los meses de julio y agosto. El año pasado solo pudimos llegar a uno. Las verbenas aún está por ver, porque es complicado asegurar el perímetro, pero yo me alegro mucho del aprendizaje que hemos hecho durante el confinamiento y la pandemia, porque nos ha hecho adaptarnos muy bien a la realidad de cada momento.

Madrid no se ha posicionado en ningún momento como turismo de borrachera. Una entrada a un museo no te da opción a un coma etílico"

P.- ¿Cree que Madrid puede llegar a los niveles prepandémicos en lo que a turistas se refiere?

R.- Queremos recuperar esa notoriedad, pero creo que el esfuerzo que hemos hecho en todo este tiempo de vincular Madrid a una identidad cultural muy potente es lo que va a marcar la estrategia turística en el futuro. Nos queremos posicionar como un destino eminentemente cultural de alto nivel. No solo nos están considerando como la capital de Europa donde la cultura ha seguido abierta, como es el caso del Teatro Real, sino que ahora Madrid es cotizada para venir a estrenar obras, exposiciones o conciertos. Madrid es el referente cultural a nivel europeo, sin duda.

P.- ¿Está orgullosa de la imagen turística que ha tenido la ciudad en los últimos meses?

R.- Es cierto que se han producido, en determinados momentos puntuales y en determinadas zonas, aglomeraciones indeseadas, porque el botellón es ilegal con y sin pandemia. Madrid no se ha posicionado en ningún momento como turismo de borrachera. No ha habido hoteles diciendo 'ven aquí, que esto es una barra libre', ni una entrada a un museo te da opción a un coma etílico.

P.- ¿Hay entendimiento con Vox en la agenda cultural de Madrid?

R.- No hemos tenido ninguna oposición en lo que se hacía. En una programación que ha sido absolutamente transversal, y se puede ver por ejemplo en la última edición de San Isidro, en la que teníamos desde Zarzuela, a bailes tradicionales de chotis, hasta un Don Patricio o una Prohibida, que alguien me venga a decir que yo no he sido transversal y que no he dado libertad a la cultura en Madrid para que todo el mundo escuchara o tuviera su espacio. Yo seguiré trabajando así, nadie me marca la agenda cultural.

P.- Madrid es la segunda comunidad autónoma que menos porcentaje del PIB destina a la cultura. ¿Le interesa menos al gobierno autonómico esa carta?

R.- Creo que es importante apoyar la cultura porque forma parte de nuestro acerbo común, es lo que nos da identidad como ciudadanos. Si tuvimos un Siglo de Oro, si tuvimos una Movida en los años 80, creo que los próximos años que vengan van a marcar un hito cultural, de ahí que las instituciones debamos reforzarlo y apoyarlo con campañas y con presupuesto público. Una cosa muy importante que tenemos en Madrid ahora es que está siendo la capital en rodajes de series que luego se convierten en internacionales, como ha pasado con La casa de papel o Veneno. Esa imagen, esa foto, es la mejor campaña que podemos tener internacionalmente.

He dado libertad a la cultura en Madrid para que todo el mundo escuchara o tuviera su espacio"

P.- ¿Acudirá a la manifestación del domingo en Colón contra los indultos?

R.- Estaré como ciudadana porque lo viví en primera persona y eso es retroceder en un terreno que se había ganado en el Estado de derecho y la Constitución, que no se debe cercenar mediante ese autoindulto que quiere hacer el Gobierno de Sánchez.

P.- Los barones más moderados del Partido Popular se han borrado de la protesta.

R.- Creo que se puede estar en una manifestación sin estar presencialmente, pueden estar defendiendo el mismo mensaje en sus territorios, tampoco creo en el 'Madridcentrismo'. Yo estaré, Ayuso también estará, y estoy convencida, porque así lo han dicho, que la secundarán en su esencia desde Galicia, Andalucía o Castilla y León. Lo importante es que el mensaje es único, en este caso por parte de los barones del Partido Popular, de que estos indultos retroceden el camino ganado al golpe independentista.

P.- ¿Cree que la carta de Junqueras justifica la concesión de indultos?

R.- Yo de Junqueras no me creo absolutamente nada, no me lo creí en su momento cuando decían que era el bueno y no me lo voy a creer ahora. Si puede lo volverá a hacer porque ya dijo que los indultos nos los podíamos meter por ahí. Creer a Junqueras ahora me parece de imbéciles.

P.- ¿Qué propone su partido para calmar las aguas políticas en Cataluña?

R.- Primero, que se mantenga el Estado de derecho, porque cuando se está dentro de los mimbres de la legalidad y la Constitución se puede entablar una conversación. Cuando alguien se cree por encima de esa legalidad, la conversación es unilateral, por eso es tan importante que siempre estemos en esos parámetros.

Luego hay una cosa, que tiene que ser a futuro o medio plazo, que es la importancia de que Cataluña y Barcelona vuelvan a recuperar la pujanza que han perdido todo este tiempo cuando el debate solo ha estado centrado en una vía condenada al fracaso, como era la vía unilateral de la independencia. Que vuelva a ser una tierra de vanguardia, cosmopolita y abierta. Si los políticos catalanes vuelven a centrarse en Cataluña, volveremos a los años en los que la región era referente, como esa Barcelona olímpica que tenía admiración internacional. En esto Madrid le ha ganado la partida a Cataluña. Junqueras, Puigdemont o Torra, desde luego, no han sido los mejores embajadores de lo que debe ser una ciudad como Barcelona.

Andrea Levy: "Si los políticos catalanes vuelven a centrarse en Cataluña, volveremos a los años en los que la región era referente".

Foto: Ignacio Encabo

P.- ¿Se siente más fortalecida después de haber hecho público que padecía fibromialgia? ¿Le molesta haberlo hecho a raíz de un vídeo en el que se trababa en un discurso y que se viralizó en redes?

R.- Me he sentido reforzada por todas aquellas personas que la padecen, sobre todo porque no es una enfermedad fácil de explicar. Muchas veces te dicen, '¿qué te duele?', y piensas, madre mía si tengo que empezar por ahí me duele todo. La fibromialgia es una enfermedad neurológica que altera nuestro sistema del dolor, hace que tengamos un cansancio que no es por ser vagas o porque hayamos salido tres días seguidos y no podamos estar en nuestro lugar de trabajo.

Cuando tengo que hablar siempre estoy con líquidos porque la medicación me reseca la boca y es verdad que cuando se ponía en duda en ese vídeo que yo fuera capaz de leer, llega el momento de explicarlo, aunque fuera un terreno más privado. Sirvió también para que, cuando se señale en las redes sociales a alguien por lo que hace o un defecto, no se tire por tierra todo su trabajo. Quizá hay que humanizar la manera en la que tratamos al otro en las redes sociales.

P.- Me lo ha enganchado perfectamente. Precisamente usted ha sido protagonista de varias polémicas, como cuando le dijo a una edil de Más Madrid que deseaba que el collar precolombino que portaba no le hiciera "daño cervical por lo grande que es".

R.- ¡Lo hice con buena fe! Luego es verdad que se malinterpretó, pero lo hice con buena fe porque lo estaba viendo y me parecía muy bonito. Se entendió mal porque salía de una polémica que era mucho más áspera, que fue la de 'oiga, es que usted puede ir de evento en evento porque no sabe lo que es ser madre'. Yo ahí me cabreé, es verdad que más de la cuenta, porque además ese día me estuvieron interviniendo con infiltraciones de cortisona y anestésicos. Que se pusiera en duda si yo podía compatibilizar mi vida privada, que en este caso era la enfermedad, con la política, me cabreó.

P.- ¿Considera, entonces, a las redes sociales como un buen escaparate para los políticos?

R.- Lo intento llevar lo más institucional posible, pero por otro lado me ha servido, con mis recomendaciones culturales, para que haya mucha gente me diga 'que sepas que he visto la serie que me recomendaste'. Hay que convivir con ello y que te afecte lo mínimo posible porque son tormentas de un día.

P.- ¿Qué le resulta más satisfactorio de su trabajo?

R.- Cuando te reúnes con el tejido cultural y te dan las gracias por haber podido seguir abiertos, por el apoyo. El milagro cultural de Madrid no es casualidad, se trabajó desde un primer momento para que ningún espacio tuviera que cerrar y se dieron ayudas para que las estructuras pudieran seguir manteniéndose.