Barcelona acogerá entre el 23 y el 26 de septiembre las Fiestas de la Mercè, una cita que llega de nuevo marcada por el Covid y, este año, por el precedente de los botellones vividos en las fiestas de Gracia y Sants durante este agosto. Un precedente que preocupa en el Ayuntamiento, como ha reconocido Ada Colau. La alcaldesa ha pedido a la Generalitat que reabra el ocio nocturno "antes de las fiestas" para evitar "el efecto llamada" sobre las playas y plazas donde se concentran los botellones.

Colau hace esta petición apenas un día después de que el ejecutivo catalán rechazara la reapertura del ocio nocturno en las próximas semanas. Al menos, señaló el lunes el president, Pere Aragonés, hasta que se haya superado con éxito el inicio del nuevo curso escolar, que arranca en Cataluña el 13 de septiembre.

Durante las fiestas de Gràcia y Sants Mossos y Guardia Urbana han desalojado una media de 4.000 personas cada noche del fin de semana. Desalojos que se alargaron hasta la madrugada y concluyeron en algunos casos con enfrentamientos entre policías y congregados, heridos y algunas detenciones.

Precedente de Sants y Gràcia

"No queremos que se repitan las situaciones previas de Sants y Gracia, con los incidentes" vividos, ha señalado la alcaldesa. Para evitarlo, ha anunciado un refuerzo en el dispositivo de seguridad, así como el de limpieza. Pero ha añadido que "sería bueno la reapertura del ocio nocturno" para evitar o reducir los botellones.

Una reapertura, ha reconocido Colau, que depende de la Generalitat y que solo se puede acordar "si es prudente". Aunque la incidencia del virus sigue en descenso en Cataluña, ha recordado.

Colau ha destacado la importancia de esta edición, el 150 aniversario de las Fiestas de la Mercè como fiestas de otoño con actividades culturales. Este año, 500 actividades con un millar de artistas, todas ellas gratuitas pero con la obligación de reserva previa para garantizar el control de aforos. Los 23 espacios de actividades previstos tendrán un aforo de hasta 3.000 asientos.