La detención que ha devuelto a Carles Puigdemont al primer plano político no modifica la hoja de ruta de los republicanos en lo que se refiere a la mesa de diálogo entre el Gobierno central y al Generalitat. Así al menos lo aseguran fuentes de esta formación a El Independiente ante el interrogante sobre el futuro de un instrumento que volvió a echar andar el pasado día 15, no sin dificultades.

"Hay que blindar la mesa. Se creó para desjudicializar un conflicto que es político y tiene más sentido que nunca", subrayan los medios consultados aún a sabiendas de que serán sus socios de gobierno los que, como ya hicieron hace diez días, intentaran boicotearla pretendiendo que a la misma se sentarán dos de los condenados por el procés, Jordi Sánchez y Jordi Turull.

La mesa se constituyó" sabiendo que podía ocurrir lo de la detención de Puigdemont. También hay otros procesos judiciales abiertos", subrayan los republicanos independentistas a pesar del ruido interno y externo que ha provocado la puesta a disposición de la justicia italiana del prófugo de la Justicia.

El pasado día 15 y tras reunirse por dos horas con Aragonès, Sánchez explicó que la mesa «supone la voluntad de buscar soluciones basadas en el diálogo y a los problemas de Cataluña», aunque advirtió que «los problemas no empezaron ayer ni se van a resolver mañana», por lo que se emplzaron a hablar «sin pausa pero sin prisa y sin plazos».

Por su parte, Aragonès, comentó que os indultos concedidos a los condenados por el 1-O «han sido un paso que reconocemos, pero queremos que sea un primer paso». El presidente catalán argumentó que «no se ha frenado la criminalización del movimiento independentista», lo que supone, dijo, "un obstáculo evidente para avanzar hacia el fin de conflicto».

ERC teme que Junts se tire al monte

Vaticinan que "Junts se va a tirar al monte" y dificultar también la gestión del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, aunque confían en que si bien una parte del independentismo va a movilizarse en la calle "otra quiere el diálogo porque tanto ruido, agota". Sin embargo, admiten sus reservas a la hora de la negociación presupuestaria. "Ayudar no ayuda", avisan, aunque la intención del grupo republicano del Congreso sigue siendo sentarse y negociar "aunque hay algunas leyes que nos separan mucho".