Carles Puigdemont no quiere un indulto presentado como "solución personal" negociada en la mesa de diálogo entre Gobierno y ERC. Lo ha dejado claro en un artículo publicado este jueves en El Punt Avui cuando se cumplen dos años de la sentencia del procés, en el que el ex president fugado da un portazo a la salida insinuada por José Luis Rodríguez Zapatero hace apenas una semana.
"Hay gente pensando en esto, tengamos confianza, igual que los indultos han operado bien, tengamos confianza", afirmó al ser preguntado por la situación del líder de JxCat en Ràdio 4. "Si dependiera de la voluntad política estrictamente, (el Gobierno) ha demostrado que la tiene con los indultos", añadió en el transcurso de una visita a Barcelona para promocionar su último libro, ‘No voy a traicionar a Borges’.
Bajo el título "No fuimos al exilio para pedir un indulto" Puigdemont rechaza esa "salida personal" y advierte contra la intención de Esquerra de negociar un indulto que desactive su estrategia de confrontación con España desde Bruselas. "Pido que nadie hable por nosotros, que no interfieran en nuestra estrategia buscando atajos que no queremos" advierte.
Cuatro años "en el exilio", añade, "nos han reafirmado en la idea de que la solución al conflicto entre Cataluña y España es políticoa y colectiva; no hay salidas personales ni soluciones a medida".
Que nadie hable por nosotros, que no interfieran en nuestra estrategia buscando atajos que no queremos"
El ex presidente catalán defiende además que "nunca he interferido" en la estrategia "del interior" en referencia a Oriol Junqueras y el resto de responsables de su gobierno que sí se sometieron a la justicia. Y asegura que "a todos" los que le han propuesto "itinerarios de solución, les he respondido lo mismo, sin riesgo de confusión".
Puigdemont se desvincula además de la mesa de diálogo con el Gobierno y advierte al ejecutivo de Pere Aragonés que no utilice su situación en ese espacio. Así, reclama "respeto" a "mi gobierno, por si ha tenido o tiene la tentación" de pedir el indulto en las conversaciones con el Gobierno español".
Batalla en los tribunales europeos
En este contexto, reconoce que su "estrategia" puede acabar con la extradición a España o un "largo exilio" pero defiende las posibilidades de éxito ante la justicia europea. Y concluye que "no nos hemos rendido nunca y no lo haremos ahora que ha empezado una fase tan decisiva y tan largamente esperada".
En el texto, Puigdemont se presenta como el defensor de una institución "atacada con violencia por los poderes del Estado". Por ello, asegura que "no tengo derecho" a abandonarla para conseguir una "supuesta normalización de mi vida" y vivir en un estado que "no ha normalizado su democracia".
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