El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha aprobado este jueves la aplicación del toque de queda desde hoy, pero esta medida no evitará que se repitan imágenes de botellones en la comunidad tras el cierre del ocio nocturno decretado por la Generalitat. Lo reconoce el propio gobierno catalán, y lo temen los Mossos d'Esquadra, que han diseñado ya un dispositivo específico para los próximos días de fiestas. También los sindicatos policiales, que reclaman refuerzos, especialmente en Barcelona.

Este verano, los botellones se reprodujeron por toda España ante las restricciones provocadas por la quinta ola de la pandemia. Pero en Cataluña llevaron asociados incidentes con la policía y serias dificultades para disolverlos.

El punto culminante llegó con el macrobotellón de la Plaza España de Barcelona convocó la madrugada del 24 de septiembre, festividad de la Mercè, a 40.000 personas. La diferencia con los botellones en otros puntos de España: Hubo 43 heridos -13 de ellos por arma blanca- y una veintena de detenciones.

El toque de queda "no es solo para evitar botellones, veremos imágenes de botellones, quien piense que no los veremos se equivocará" reconocía la portavoz del Govern, Patricia Plaja, al anunciar las nuevas restricciones frente al Covid. Aún así, el Govern defiende la necesidad de cerrar el ocio nocturno para frenar los contagios, y el toque de queda para "minimizar movimiento nocturno".

Mossos "agotados"

En este contexto, el Departamento de Interior ha diseñado un dispositivo policial que se desplegará desde hoy, 24 de diciembre, hasta el 9 de enero para garantizar el cumplimiento de las restricciones. Un dispositivo centrado en hacer cumplir el toque de queda entre la de 1 a 6 horas y "el uso adecuado de los espacios públicos para evitar la ocupación masiva en el territorio catalán".

Es decir, los botellones que se prevén especialmente esta noche y la de fin de año. Se incrementarán las patrullas de seguridad ciudadana, con 50 más; se reforzarán los equipos de orden público, con 16 más, y se añadirán 200 agentes más en las calles, lo que supondrá un incremento de 698.907 euros en horas extras de agentes.

Con la presentación del dispositivo el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, ha destacado el "agotamiento" de la policía catalana tras dos años de pandemia para reclamar "responsabilidad personal a los catalanes". "Son muchas personas, muchas horas y muchos servicios, no podemos estirar más, somos los que somos" ha advertido Elena en declaraciones a la ACN.

Más infracciones penales

Pero las nuevas restricciones preocupan ya a los sindicatos policiales. Especialmente los de policías locales, en los que recae buena parte de la persecución de los botellones. El sindicato CSIF ha pedido ya refuerzos para la policía local de Barcelona tras la experiencia vivida el pasado verano.

La reapertura del ocio nocturno el pasado octubre "supuso tener un control más fácil para alcanzar la seguridad y la contención de la Covid" señalan desde CSIF. La apertura de los establecimientos produjo "una notable reducción en el número de botellones, grandes concentraciones en la vía pública y fiestas particulares. Esto ha supuesto una disminución importante de los conflictos en seguridad y convivencia".

Los botellones en la vía pública "volverán a disparar las infracciones
penales relacionadas con estas grandes concentraciones" como "el tráfico y consumo de drogas, agresiones y violaciones, robos con violencia o intimidación, hurtos, peleas multitudinarias, apuñalamientos y un largo etc" añaden desde Csif.

Sanciones impuestas

Pese a estos temores, Interior destaca el "elevadísimo nivel de cumplimiento" de las restricciones por parte de la ciudadanía. Para demostrarlo, el departamento señala que en los últimos diez días, antes de la entrada en vigor de las nuevas restricciones, se han realizado 3.001 actuaciones de información, vigilancia e inspección en toda Cataluña "y solo se han levantado denuncias en un 0,8% de los casos.

De esas actuaciones informativas, un 29% han sido en espacios de ocio, un 68% en restauración y un 3% en gimnasios y residencias. En cuanto a las denuncias, seis se han impuesto en locales de ocio y 18 en locales de restauración, mientras que ninguna se ha impuesto en gimnasios.