Francisco Nicolás Gómez Iglesias (Madrid, 1994), más conocido como ‘El Pequeño Nicolás’, afronta el año que comienza como un “período tranquilo”, la antesala de un 2023 que puede complicar su futuro judicial.

El año pasado fue condenado a un año y nueve meses de prisión por falsificar un DNI para que un amigo suyo hiciera la selectividad en su nombre en 2012, así como a tres años de cárcel por el viaje a Ribadeo en el que se hizo pasar por enlace de la vicepresidencia del Gobierno en tiempos de Soraya Sáenz de Santamaría y de la Casa Real para impresionar al presidente de ALSA, Jorge Cosmen. Este 2022, está previsto que se celebre el juicio en el que también es acusado por estafa al empresario Javier Martínez de la Hidalga haciéndose pasar por el mismo cargo. Un panorama que le sitúa a un paso de la cárcel en caso de que el Tribunal Supremo confirmara la sentencia del ‘caso Ribadeo’.

Confía en la nulidad

El joven -que en declaraciones a El Independiente afirma estar volcado en “crecer profesional y personalmente y superar el personaje que me montaron policías y medios de comunicación”- confía en que el Tribunal Supremo anule dicha sentencia, con lo que ganaría tiempo y tendría un horizonte menos complicado.

Su defensa, que recurrirá el fallo de la Sección 17 de la Audiencia de Madrid ante la Sala Segunda del alto tribunal, ve muchas posibilidades de que así sea porque considera que el primer registro practicado en su domicilio cuando fue detenido en 2014 por parte de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía Nacional fue absolutamente irregular. Los agentes se llevaron toda su información personal en base a la que se fueron creando los distintos informes en los que se basó la acusación de la Fiscalía contra él, circunstancia que usará su defensa para intentar que la causa sea declarada nula por irregularidades en el inicio, vulnerando derechos fundamentales del detenido, y prospectiva.

Los magistrados de la Audiencia Provincial condenaron a Gómez Iglesias basándose en que el artículo 588 sexies de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LeCrim) que impide los registros como el que se le practicó a él no existía en el momento de los hechos. Sin embargo, su abogado ve claro que hasta el momento había diversa jurisprudencia sobre casos similares y precisamente dicha ley entró en vigor por las situaciones injustas que se dieron hasta el momento. Así lo defenderá ante el alto tribunal confiando en que revise la sentencia.

“La situación mina psicológicamente”

Gómez Iglesias afronta esta etapa de espera “volcado en distintos proyectos profesionales, de asesoramiento empresarial”, que prefiere no desvelar. “Si no, tendría a los medios en la puerta esperándome”, comenta.

“Ahora toca trabajar para saber quién soy verdaderamente y superar todo esto. Todo el mundo tiene problemas, no voy a decir que los míos sean mayores que los del resto, la madurez se nota y ahora es un tema de fuerza de voluntad para avanzar. Pero todo va muy lento y la situación mina psicológicamente” reconoce.

La condena de la Audiencia de Madrid contra el joven, al que tres forenses distintos diagnosticaron un trastorno de personalidad de carácter narcisista, fue de tres años de prisión en lugar de nueve en parte por la atenuante de anomalía psíquica.

Ahora, traslada que está trabajando para superar esa etapa para la que no ayudó la alta exposición mediática durante años: “Yo nunca me sentí identificado con el personaje de ‘el pequeño Nicolás’. Cuando eres tan mediático, es muy difícil presentarte como otra persona distinta a la que te han creado, pero habrá que esforzarse en ello, llevo años tratando de superar el personaje”, reflexiona.