La candidatura olímpica de los Pirineos para acoger los Juegos de 2030 amenaza con abrir una nueva guerra entre los gobiernos de Cataluña y Aragón. La Generalitat insiste en que el liderazgo es suyo y que la candidatura debe pasar primero por la consulta popular en las comarcas más afectadas -no todas- de los Pirineos catalanes.

El gobierno de Aragón sostiene por su parte que solo puede haber una candidatura, conjunta y en pie de igualdad. Y cuenta para ello con el apoyo del Comité Olímpico Español (COE), además del Gobierno, explicitado por Pedro Sánchez el pasado septiembre.

Javier Lambán y Pere Aragonès deben reunirse este viernes -si el presidente catalán, confinado por contacto estrecho con un positivo de Covid, confirma que sigue libre de contagio-. Y los JJ.OO Pirineos 2030 serán uno de los temas centrales, y más polémicos, del encuentro, aunque desde la Generalitat nieguen la polémica.

Candidatura de España

"No tengo ninguna intención de abrir una polémica con nadie" afirmaba este martes la portavoz, Patricia Plaja. Acto seguido, insistía en los argumentos expuestos el viernes pasado por la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, que hicieron saltar las alarmas tanto en Zaragoza como en el COE. "Cataluña tiene un gran potencial, como la marca Barcelona a nivel internacional" argumenta la Generalitat para defender su liderazgo en esta candidatura.

Un proyecto en el que solo se declara "abierta a colaboraciones con otros territorios que puedan desarrollar disciplinas que no se pueden hacer en Cataluña". Una vaga alusión que tanto puede referirse a las pistas de esquí aragonesas como a los trampolines franceses de salto, con los que también aspira a contar la candidatura catalana.

Al tiempo que Plaja insistía en esta tesis, Lambán advertía que la candidatura es del Gobierno y el COE, acompañado por el presidente del comité español, Alejandro Blanco. "España tiene posibilidades reales de armar una candidatura de la manera que marcan el Comité Olímpico Español y el Comité Olímpico Internacional", señalaba el aragonés.

"Tenemos opciones de que España organice los Juegos 2030 siempre y cuando Aragón y Cataluña vayan de la mano, lideradas por el COE", remarcó Lambán.

La consulta de la polémica

La consulta anunciada por la Generalitat en el Pirineo catalán es el otro frente de la polémica. Según Plaja, la candidatura está ahora "en fase de consulta", en la que se decidirá si la candidatura Barcelona-Pirineos sigue adelante, pese a la oposición de algunos sectores y los principales apoyos del Govern en el Parlamento catalán, CUP y Comunes.

Pero Blanco dejó claro este martes que el Comité Olímpico Internacional (COI) no contempla la posibilidad de someter a referéndum popular las candidaturas. "En lo que yo sé lo de Barcelona va a ser una consulta, no va en el sentido de un referéndum de sí o no".

Hoy tendrá oportunidad de aclararlo con Vilagrà, con la que debe reunirse en Barcelona para seguir trabajando en los aspectos técnicos de la candidatura, que debe oficializarse en primavera, justo cuando la Generalitat ha planteado su consulta.

ERC, sin embargo, sí contempla esa consulta como una vía para refrendar el proyecto, que rechazan tanto sus bases como sus socios de la CUP y los comunes. El proyecto, respaldado por JxCat y el PSC, además de PP y Cs, sí cuenta con el apoyo de sectores económicos del Pirineo catalán, pero despierta recelos en otras comarcas, las del Pre-pirineo, a las que no se permitirá participar en la consulta.

El papel de Barcelona

Tampoco entusiasma en el Ayuntamiento de Barcelona, cuya alcaldesa reconoce que "me plantea muchas dudas por temas de cambio climático". Ada Colau abundaba este martes en la polémica, apuntado que "hay un proyecto en principio en Cataluña, pero quizá también Aragón, en el que necesitan al Estado y se está haciendo mucho ruido".

Cuando tengan un acuerdo sobre el proyecto y quien lo presenta, veremos si Barcelona tiene un papel o no"

Ada colau

Una situación ante la que alcaldess recomienda que "la Generalitat, con Aragón y el Gobierno lo hablen todo discretamente y cuando tengan un acuerdo sobre el proyecto y quien lo presenta, veremos si Barcelona tiene un papel o no".

Es poco probable que esa respuesta sea suficiente el viernes, cuando Colau tendrá que posicionarse sobre la polémica a preguntas de JxCat y Valents en el pleno del Ayuntamiento. Un debate que volverá a abrir una brecha con sus socios del PSC.

Tampoco será un debate fácil para ERC, que simula neutralidad ante la consulta anunciada por el Govern para dirimir el enfrentamiento por este proyecto entre JxCat y los republicanos. Una serie de enfrentamientos políticos cruzados que no han pasado desapercibidos ni al COE ni al COI, tremendamente incómodos ante una candidatura con tanta resistencia interna.