Carles Puigdemont ha protagonizado su último congreso como líder de JxCat, y el primero presencial, con un discurso en el que ha dejado claro que el reencuentro promovido por Pedro Sánchez con los indultos no ha llegado a Waterloo. El ex president fugado ha pasado cuentas con el PSOE, los jueces, el Rey y ERC en su despedida como líder formal de JxCat. Aunque pocos dudan que seguirá marcando la línea política del partido, cuyas riendas asumen ahora Laura Borràs y Jordi Turull.

Borràs llega a la presidencia del partido con un revolcón de las bases, que han votado más Turull como secretario general. No se ha repetido el apoyo masivo obtenido por Borràs en las primaras que la situaron como candidata a la Generalitat frente a Damià Calvet. Con una participación de un tercio de la militancia, Borràs ha obtenido 1.776 votos frente a los 1.854 de Turull.

Los fieles a Borràs, han sido también los menos votados. Aurora Madaula, que ocupará una de las vicepresidencias, ha cosechado 919 vots, frente a los 1.791 de Anna Erra -alcaldesa de Vic y próxima a Turull-. Un número similar al de el nuevo, y desconocido, secretario de Organización, David Torrents, impuesto por la nueva presidenta del partido.

En sus intervenciones, sin embargo, Turull y Borràs han compartido mensaje: a favor de la unidad interna y en el conjunto del independentismo. Y de recuperar la vía del 1-O para conseguir la independencia, criticando el posibilismo de sus socios de ERC.

El Gobierno "castiga a Cataluña"

Puigdemont ha recuperado las dos últimas polémicas de la política catalana: las inversiones del Estado y el uso del castellano en las escuelas, para dejar claro que la única vía es la secesión. Según él, los catalanes "no viven en condiciones normales porque no les dejan, se lo impide la doctrina que autorizo el Rey, el 'a por ellos'".

"Lo siguen haciendo, van a por nosotros, con jueces, policías y los presupuestos del Estado. Hasta que no votéis a nuestro encargado (Illa), no fluirá el dinero" se ha lamentado en un discurso centrado casi exclusivamente en los supuestos agravios del Estado a Cataluña.

"Todos los gobiernos mienten e incumplen sistemáticamente" ha asegurado, "especialmente a unos ciudadanos a los que nos consideran de segunda o de tercera". El actual ejecutivo del PSOE y Podemos "miente y nos castiga porque mantuvimos la mayoría independentista" ha concluido.

Inversiones y "campaña sucia" a Illa

Así, ha afirmado que el desequilibrio entre las inversiones del Estado en Cataluña y Madrid es una forma de "hacerle de forma sucia la campaña a Salvador Illa", líder del PSC. Con el objetivo, según Puigdemont, de que los catalanes entiendan que "mientras no votemos bien -al PSC- no nos darán el trato que merecemos".

"36% contra 184%, la normalidad es esto" ha clamado un Puigdemont visiblemente indignado -algún taco incluido-. "Esto lo que vale para España un ciudadano catalán, y esto no va a cambiar".

Ha denunciado también el "acoso a los catalanohablantes, amparado por todo el Estado", ha asegurado, desde el Gobierno, a los tribunales o los medios de comunicación. "Un asedio inaceptable con la intención cada vez más desacomplejada de reducir el catalán a una lengua doméstica".

Tampoco ha olvidado su batalla personal con la justicia española. "No es normal tener jueces que parecen una extensión de Vox. Ya basta" ha clamado tras asegurar que la justicia española es sinónimo de "inseguridad jurídica". Y ha utilizado como ejemplo el cambio de postura del Tribunal Supremo con los indultos tras el cambio de mayorías en la Sala.

ERC y la política del avestruz

Ante esta situación, ha lamentado "la política del avestruz, no querer ver que esto no va bien" que atribuye, sin mencionarlos, a sus socios de Esquerra. A los que acusa de buscar solo el beneficio del partido. Puigdemont ha advertido que ese "acoso" en materia judicial, de inversiones o con la lengua, busca "disuadirnos de hacer política" en defensa de la independencia.

Y ha señalado que en las condiciones actuales, la política de "reconciliación o pacificación puede ser útil si lo que se busca es fortalecer un partido que tiene como objetivo mejorar el bienestar de sus cuadros pero esto tiene consecuencias catastróficas para los ciudadanos".

El president fugado en Waterloo ha arremetido además contra el portavoz del ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. Después de que Rufián afeara a Jaume Asens (Podemos) sus constantes visitas a Waterloo, Puigdemont ha reivindicado el "exilio" y criticado a quienes "normalizan" su situación: "no es normal tener que ir a visitar a alguien a Waterloo, pero lo que es normal es hacerlo para que no se sienta solo".

El relevo en JxCat

JxCat celebrar hoy en Argelers (Francia) el congreso del adiós de Puigdemont y la entronización de Laura Borràs al frente del partido. Un relevo que incluye a Jordi Turull como secretario general y que supone el enésimo intento de unidad entre las familias del partido.

Así lo ha destacado Jordi Sánchez, el secretario general saliente, tras un año muy discutido por sus acuerdos con ERC en el Govern, y con el PSC en la Diputación de Barcelona. "El proyecto entra en una nueva etapa cumpliendo con el deseo que todos militantes de Junts tenían, el de la unidad".

Sánchez ha reclamado unidad también entre partidos y entidades independentistas. Se ha dirigido a ERC, CUP y el PDeCat para apelar a la "responsabilidad compartida" en este sentido. "Seamos conscientes, generosos y dignos del momento que vivimos, volvamos a trabajar por unidad estratégica que hoy no tenemos. Sabemos como hacerlo porque lo hicimos en otoño del 17".

Defensa del pacto de Govern

El ya ex secretario general ha defendido además el pacto de Govern con ERC, destacando que Junts "tiene que ser un partido con responsabilidad institucional". Y elogiando el papel de los consellers, cuestionados en ocasiones por el sector más ortodoxo del partido.

Los consejeros "vivís situaciones no fáciles, pero solo los que estamos en el día a día sabemos los sacrificios que hacéis" ha reconocido Sánchez. "Sin la gente de Junts en el Govern sabemos que JxCat sería un proyecto mucho más pequeño e insignificante.