La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha contabilizado hoy el voto delegado de Lluís Puig -el ex consejero de cultura fugado junto a Carles Puigdemont a Bélgica- pese a su anulación por parte del Tribunal Constitucional. El voto, sin embargo, no ha aparecido en el marcador del hemiciclo. Lo ha ejercido de la portavoz de JxCat, Mónica Sales, a pregunta de la presidenta de la cámara.

"El voto de Lluís Puig será añadido al cómputo en el sentido que indique Mónica Sales ,en quien tiene delegada su votación" ha anunciado Borràs antes de la votación, tal como había acordado con sus socios.

Era la fórmula pactada por los tres partidos independentistas -ERC, JxCat y la CUP- para mantener la delegación de voto sin participación de los funcionarios y servicios de la cámara, tras la advertencia, ayer, de las consecuencias penales de esta nueva desobediencia al Constitucional.

La votación ha llegado después de que la Mesa rechazara, de nuevo con la mayoría independentista y el voto en contra del PSC, la reconsideración planteada por Vox.

Borràs ha anunciado la aprobación del Decreto de integración de centros educativos en la red pública por 134 votos a favor, pese a que el marcador ha reflejado 133. Ahora está por ver cómo se traslada ese voto a los documentos oficiales de la cámara. Es decir, al Boletín Oficial del Parlament, que oficializará, o no, la desobediencia del Parlament.

Pacto independentista

Tras la reunión de la Mesa, fuentes de la CUP han destacado que se mantiene el acuerdo entre los partidos independentistas para que Lluís Puig "ejerza de forma efectiva" su voto. Pero reconocían también que "habrá que esperar acontecimientos" para saber cómo se hace efectivo ese voto.

Antes de la votación, el portavoz de Cs, Nacho Martín Blanco, ha acusado a Borràs de cometer "un nuevo atropello a los derechos de los diputados" que además "compromete las decisiones del Parlament".

El problema no es lo determinante que sea el voto del mono sino que el mono vote" avisa Cs

En una metáfora que ha incomodado a Borràs, Martín ha rechazado el argumento de que el voto de Puig no es determinante para la votación de hoy comparándolo con el voto de un mon. "Un gobierno con mayoría absolutisima podría mandar un mono a votar. El problema no es lo determinante que sea el voto del mono sino que el mono vote" ha concluido. Y que eso se haga cuando el Tribunal Constitucional "ha dicho que es ilegal".

Laura Borràs se encuentra ante la misma situación que ya se dio con la suspensión del acta de diputado de la CUP Pau Juvillà. En ese caso, Borràs defendió la desobediencia, pero acabó acatando la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Ahora, sin embargo, la propia presidenta del Parlament se encuentra al borde de la suspensión por la causa abierta contra ella por corrupción.

La decisión del Constitucional

La semana pasada, el Constitucional dio la razón al PSC y anuló el acuerdo de la mayoría independentista de la Mesa del Parlament que permitió a Puig delegar en marzo de 2021 su voto en la primera investidura fallida de Pere Aragonès. Un acuerdo que los miembros de la Mesa han recibido al inicio de la reunión de este martes.

Tras recibir la notificación la Mesa ha acordado mantener su delegación de voto «a todos los efectos jurídicos y políticos», con la oposición de los socialistas.

El TC anuló los acuerdos de delegación de voto de marzo al estimar un recurso presentado por el líder del PSC-Units y jefe de la oposición, Salvador Illa, aplicando así la doctrina fijada en respuesta a recursos anteriores de Cs y PP. La sentencia señala que la delegación de voto de Puig «no tiene cabida en el reglamento del Parlament» y recuerda que fue el diputado quien «voluntariamente ha decidido eludir la acción de la jurisdicción penal española».