Carles Puigdemont se ha erigido en líder del próximo envite independentista desde el Consejo por la República (CxR) y ha recordado a ERC que "los votos que les permiten gobernar" son independentistas. Lo ha hecho en un acto en el que el independentismo ha vuelto a escenificar su división. Mientras los oradores reclamaban unidad en el escenario, el público los abucheaba y obligaba a callar al grito de "Govern dimisión" y "basta ya".

Once mil personas, según la Guardia Urbana, se han concentrado en Barcelona para recordar el 1-O. Una manifestación que se ha convertido en una protesta contra el gobierno catalán, en plena crisis entre ERC y Junts, entre gritos de "Govern dimisión" y "Aragonès dimisión".

"Los votos que permiten gobernar las instituciones" son herencia del 1-O ha advertido Puigdemont. "Por tanto es normal que nos dirijamos a quienes tienen la responsabilidad para que se pongan al servicio de lo que decidimos hace 5 años, que ya toca".

Herederos del 1-O

En plena crisis entre ERC y Junts por el futuro del gobierno, pero también por la estrategia independentista y quién debe definirla, el ex presidente fugado ha reclamado para sí el liderazgo de esa estrategia alternativa a la mesa de diálogo en la que Junts no ha participado desde que ERC ostenta la presidencia dela Generalitat.

"Mientras se gobierna la autonomía se tiene q preparar la independencia, este alguien es el CxR" ha advertido. El Consejo "se dispone a encabezar el reto" de implementar la independencia, ha asegurado Puigdemont, "por si acaso" el Govern "una vez cogidos nuestros votos se despista y se va".

Puigdemont se ha sumado a las apelaciones a la unidad independentista, pero se ha centrado en reclamar al Govern que no se desentienda del "mandato del 1-O". Ha descartado la propuesta de Pere Aragonès por un nuevo referéndum pactado, apuntando que "ya lo hicimos, no hace falta repetirlo, ya hemos votado" en un referéndum que, según él, "fue legal y vinculante".

El acto "unitario" convocado por el Consejo de la República (CxR) que lidera el propio Puigdemont, la ANC, Òmnium, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), la Cámara de Comercio de Barcelona y la Intersindical independentista se ha convertido en una nueva muestra de la división del independentismo. Aunque esta vez sí, han acudido los dos partidos representados, de momento, en el gobierno catalán.

Junts reclama la fuerza de la calle

Laura Borràs y Jordi Turull han encabezado la delegación de Junts que ha participado en la movilización "convocada por el CxR". Turull ha destacado el regreso de la gente "a la calle" para recordar "aquella gran victoria de Cataluña sobre el estado represor".

El secretario general ha reclamado recuperar la unidad del independentismo tras "cinco años viendo al estado represor" mientras Borràs ha reivindicado la vigencia del referéndum independentista. "El 1-O no es un recuerdo, está presente, no hemos renunciado al derecho a ganarnos la independencia" ha asegurado, por eso "para nosotros el 1-O no es simbólico, es vinculante".

Borràs ha recogido las críticas y abucheos a la política de conciliación de Esquerra asegurando que "sabemos que la gente no ha renunciado, Junts no ha renunciado" ha afirmado para proponer: "pasemos a la acción".

Forcadell, abucheada

"Dejemos de pelearnos, de lamentarnos. Olvidemos los reproches y trabajemos juntos por una nueva oportunidad" ha reclamado la ex presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Visiblemente acongojada por los abucheos y gritos de "traidora", Forcadell ha reconocido al público: "estáis enfadados, decepcionados, y lo comparto porque lo tuvimos muy cerca. Pero contenta porque veo que estáis movilizados, somos luchadores, no desfallecemos y no nos rendimos hasta conseguir nuestro objetivo, la independencia".

También ha sido abucheado el presidente de la AMI, el republicano Jordi Gaseni, alcalde de la Ametlla de Mar. Los consejeros Josep González-Cambray y Tania Verge han completado la delegación republicana junto a la portavoz del partido, Marta Vilalta, y la ex consejera Meritxell Serret.