El presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, tomó este miércoles posesión de su plaza de académico de número perteneciente a la Sección de Derecho, medalla 63, de la Real Academia de Doctores.

El presidente del tribunal del procés se convirtió en ilustre miembro de la Academia con un discurso sobre Inteligencia Artificial y jurisdicción penal en el Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid, contestando con su correspondiente discurso como bienvenida el magistrado Jorge Rodríguez-Zapata.

Ningún jurista puede admitir que quien ha sido etiquetado como delincuente sea tratado como tal hasta el final de su vida

Durante su exposición, Marchena se adentró en las posibilidades que darán los avances tecnológicos a la instrucción penal, defendiendo que en ningún caso los programadores o los "jueces robots" pueden sustituir a los jueces humanos, sino apoyarles en su labor. Ahondó en la necesidad de que a la vez que se produzcan los avances tecnológicos se establezca un catálogo de derechos o una regulación que incorpore los principios de "dignidad algorítmica, identidad algorítmica y vulnerabilidad algorítmica" para evitar la quiebra de derechos constitucionales que podrían darse en la "justicia preventiva". Alrededor de este concepto, en el ámbito académico ya se discute la posibilidad de valerse de aplicaciones de inteligencia artificial para evitar que los delitos lleguen a cometerse. En este sentido, el magistrado afirmó que "ningún jurista puede admitir que quien ha sido etiquetado como delincuente sea tratado como tal hasta el final de su vida. Ahora más que nunca, el respeto por las garantías constitucionales vinculadas a la dignidad humana nos obliga a enfrentarnos a esos algoritmos predictivos".

Marchena lanzó la pregunta retórica de si la decisión judicial podrá ser sustituida en algún momento por la robótica y defendió: "Del juez robot no puede esperarse la resolución justa, sino la exacta". "Una Justicia dominada por la Inteligencia Artificial no puede aspirar a la aceptación resignada por parte del letrado de la defensa de decisiones algorítmicas de intenso impacto en la libertad y el patrimonio de su cliente sin otro fundamento que la estadística corrección del algoritmo".

El presidente de la Real Academia de Doctores, Antonio Bascones, entregó al magistrado el diploma acreditativo de su nueva condición antes de que pasara a sentarse con sus compañeros doctores. Los presidentes del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo, Pedro González-Trevijano y Francisco Marín Castán, también presidieron el acto.