Una de las condiciones planteadas por el PSC para aprobar las cuentas de la Generalitat de 2023 fue rebajar el presupuesto del Departamento de Acción Exterior, para dedicar esos recursos a políticas sociales. Lejos de eso, el president Pere Aragonès ha confirmado esta semanas que la Acción Exterior será uno de los ejes de su gestión. Hace dos semanas, con su criticada gira por el Cono Sur americano. Este lunes confirmando la ampliación de la red de "embajadas" catalanas.

Desde Junts le han acusado desde su salida del Govern de haberse plegado a las exigencias socialistas en este sentido. Aragonès responde ahora con la presentación de su Plan de acción exterior, escenificado ante el Consejo de Acción Exterior. Un plan que da portazo a las exigencias socialistas para asumir como propio el proyecto de alcanzar las 20 embajadas catalanas. Un plan presentado por la neoconvergente Victoria Alsina hace un año, cuando JxCat formaba parte del Govern.

"La acción exterior es uno de los principales ejes de la acción del Govern" per al 2023, aseguraba este viernes la consejera de Economía, Natalia Mas, ante el cuerpo consular en Barcelona. Y muestra de ello, añadía, es el hecho de que los presupuestos de este año "prevén un crecimiento del 11%" para el Departamento de Exteriores, hasta los 108 millones de euros.

Nuevos delegados

La Generalitat tendrá "más y mejor" presencia en el extranjero con más delegaciones y la nueva figura del enviado, explicaba el president. El primero, la enviada en Irlanda, nombrada este mismo lunes. Una jornada que sirvió también para reunir en el Palau a las nuevas delegadas en Andorra y Japón.

"Abriremos las delegaciones que haga falta y destinaremos los enviados que sean necesarios" para ir hacia una "representación más fuerte y significativa en el exterior" advirtió Aragonès.

La próxima delegación se alumbrará en Colombia, como anunció Aragonès en su reciente viaje al Cono Sur, que sirvió para inaugurar formalmente la embajada catalana en Buenos Aires. El Govern tiene a día de hoy 13 delegaciones plenamente operativas y 7 en proyecto. El proyecto es que estén todas en marcha este año.

Agasajar a los cónsules

Los cónsules instalados en Barcelona son otro de los objetivos prioritarios del Govern, a los que la consejera de Exteriores, Meritxell Serret, se ha propuesto agasajar. Por lo menos, mientras siga en el cargo, porque está pendiente de sentencia tras ser juzgada hace una semana por su participación en el referéndum del 1-O como miembro del Govern de Carles Puigdemont.

"Barcelona es la cuarta ciudad del mundo no capital que acoge más representantes consulares" repiten desde el Govern para enfatizar la oportunidad que esto abre a la promoción exterior no solo de Cataluña, sino también de sus aspiraciones secesionistas. De hecho, los cónsules son objetivo prioritario desde el inicio del procés, y algunos de ellos tuvieron un papel destacado como propagandistas del 1-O. Tanto, que alguno perdió la condición de cónsul honorario.

"Nuestra vocación es facilitarles la vida" les explicó el pasado viernes Serret, al presentar su programa de actividades para el cuerpo consular. Aunque lo cierto es que la Generalitat no tiene competencias en exteriores, y los cónsules resuelven todos los trámites que tienen encomendados ante la Delegación del Gobierno. Eso sí, Serret se ha propuesto que su departamento sea un Pigmalión ejemplar, con propuestas para los próximos meses que van desde una visita al Puerto de Tarragona, para conocer el futuro hub del hidrógeno verde al Supercomputing Center de Barcelona.

La Generalitat aspira a "ofrecer herramientas" y "facilitar el trabajo" de las delegaciones extranjeras para establecer "relaciones de confianza y trabajo asiduas con los gobiernos extranjeros" a través de sus representaciones en Barcelona. Un objetivo para el que el Govern "dotará de más recursos" al su departamento de Exteriores.