No concurre a las próximas elecciones municipales. Tampoco forma parte de la dirección bicéfala del partido, ni es uno de los héroes independentistas del 1-O. Y sin embargo, Jaume Giró ha protagonizado en los últimos tres meses más de un centenar de actos políticos, más de 30 entre la campaña y la precampaña del 28M. Este lunes fue en Sitges, junto a la candidata de JxCat, Mónica Gallardo, y el secretario general del partido, Jordi Turull, para hablar de economía. No hubo apelaciones a la "victoria del 1-O" no exigencias de confrontación. Sí mucho reclamación de financiación y competencias, con el déficit fiscal de nuevo como eje argumental.

El ex consejero de Economía de la Generalitat y ex directivo de LaCaixa lleva meses sumergido en su propia campaña de promoción interna en el partido. En la mayoría de las ocasiones lejos de los focos, siempre con el concurso de las agrupaciones locales de Junts. Cena con las juventudes de Junts en el distrito de Sarrià, almuerzo con empresarios de la Costa Brava o la Cataluña Central, coloquio sobre las oportunidades del Pirineo, y la presentación de decenas de candidaturas en municipios grandes y pequeños, incluidos los actos en bloque de comarcas tan importantes para Junts como el Maresme.

Siempre con un discurso en el que aboga por volver a las instituciones y recuperar el papel de partido central de la política catalana defendiendo las políticas sociales y la economía productiva. En las antípodas del argumentario con el que Laura Borràs impuso la salida de Junts del Govern. Puro espíritu convergente, definido hace unas semanas en un artículo publicado en el diario Ara: "La hora de la gestión".

Más allá de las siglas

"No hablamos de siglas, hablamos de personas, hablamos del cambio, hablamos del Prat" rezaba el lema del acto central de Junts en El Prat de Llobregat, con Giró y el ex consejero fugado Lluís Puig como estrellas invitadas. Una ida que casa perfectamente con la campaña de Xavier Trias en Barcelona. "Mi candidatura no es de Junts, es Trias por Barcelona" no se ha cansado de repetir el veterano exconvergente durante las últimas tres semanas.

El partido de Carles Puigdemont ha apostado en la capital catalana por un regreso a los orígenes para frenar a ERC y PSC, y las encuestas avalan la apuesta. Si las urnas confirman el próximo domingo el éxito de este regreso al espíritu pragmático y pactista de CDC, muchas cosas pueden cambiar en el seno de Junts. Y Giró estará preparado para esos movimientos.

Junto a Giró, Turull denunciaba en Sitges que "hay partidos que ni hacen ni dejan hacer desde las administraciones por motivos ideológicos". Y prometía que en Junts "queremos poner los ayuntamientos al servicio de la generación económica". El día antes, junto a Borràs, Turull volvía al procés al denunciar que "algunos parece que tienen prisa por tirar los votos del 1-O mesas de diálogo y acuerdos de claridad".

En la batalla interna por el poder en Junts, Turull representa a los pragmáticos que añoran la política posiblista de la antigua convergencia. Pero su discurso sigue siendo el del 1-O y la reivindicación de Carles Puigdemont, como hacía un día después en Girona. Giró no ha renunciado en ningún momento a la reivindicación independentista. Pero su argumentario es otro.

Operación Trias

Como Trias, que reivindicaba para Junts la cultura del pacto que ha caracterizado su larga trayectoria política. "Yo creo que tenemos cultura de pacto y la acabaremos teniendo más" aseguraba al ser preguntado por el contraste entre las leyes acordadas por el PDeCat en el Congreso y el "no" recurrente de Junts a cada iniciativa del Gobierno. "Cada circunstancia es diferente" argumentó para defender la labor de Miriam Noguera, pero se declaró "admirador de Ferran Bel".

En Barcelona, Trias ha conseguido lo que no ha sabido hacer su partido en el conjunto de Cataluña, un pacto con el PDeCat para integrar a los ex compañeros de siglas en su candidatura. Un pacto que esgrime casi a diario para dejar claro que si Junts hace una consulta a sus bases sobre pactos de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona, escuchará el resultado, pero en ningún caso será vinculante para él.

Trias exigió al aceptar la candidatura manos libres para cerrar los pactos poselectorales en Barcelona. Y no ha dejado de coquetear con la posiblidad de un acuerdo con el PSC para desalojar a Ada Colau del Ayuntamiento sin el concurso de ERC. Si las urnas le dan la victoria, o fuerza suficiente para cerrar ese acuerdo, y el partido no se lo impide, la operación tendrá una clara lectura para las aspiraciones de Giró.

Con Laura Borràs y Jordi Turull inhabilitados, el partido de Carles Puigdemont tendrá que buscar un nuevo liderazgo para las próximas elecciones autonómicas. Giró está trabajando ser ese líder, de puertas adentro conectando con las bases del partido. Y en la esfera pública, sentando las bases de su discurso, con artículos como el de Ara.

"Si queremos fortalecer la moral y la autoestima debilitadas de la nación y superar el impasse político en el que estamos, si queremos restituir el orgullo de país a todos los catalanes y queremos de verdad convencer a todos los ciudadanos de que las cosas nos irían mejor con un estado propio no veo otra manera que empezar la casa por los cimientos. Y esta base pasa, primero y antes de nada, por una gestión competente, eficiente y de calidad. Este es un trabajo de todos, sí. Pero se tiene que liderar desde la política".