ERC y JxCat han finiquitado este fin de semana una década de coaliciones gubernamentales en la Generalitat a caballo de la promesa de independencia. La política catalana "entra en un nuevo ciclo", como anunció el viernes Pere Aragonès tras conocerse el portazo de las bases de Junts a la coalición. Un ciclo en el que Esquerra intentará mantenerse en solitario en la Generalitat pese a contar solo con 33 de los 135 diputados del Parlament.

Ada Colau ya ha ofrecido el apoyo de los Comunes, que aspiran a entrar en el nuevo ejecutivo catalán. El PSC de Salvador Illa mantiene su "mano tendida" para aprobar los próximos presupuestos. Pero Aragonès esquiva nuevas hipotecas que pueden lastrar las aspiraciones republicanas en la próxima negociación con el Gobierno de Pedro Sánchez y las elecciones municipales de mayo.

De puertas a dentro en ERC hablan de "geometría variable" en el Parlament, pero tanto la CUP como Junts les han cerrado la puerta, solo les queda PSC y Comunes. Así, Pedro Sánchez es el único ganador claro de esta crisis.

Negociación con el PSC

Los votos de ERC en el Congreso caen de precio por momentos. Sin Junts, la única opción para Esquerra es buscar el apoyo de los socialistas para aprobar los presupuestos, o asumir una prórroga que da al traste con el ambicioso programa de protección social presentado por Aragonès en el Debate de Política General, hace apenas dos semanas. Un plan de 300 millones de euros que depende de la aprobación de las nuevas cuentas.

El primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha defendido este sábado los "gobiernos fuertes y estables" y una "política útil". Para ello, ha insistido en su "mano extendida" para aprobar los presupuestos de la Generalitat pero desde "una opción distinta a la dirección desde la que se trabaja".

Illa se alinea así con el mensaje lanzado por Pedro Sánchez menos de una hora después de que Junts oficializara su apuesta por salir del Govern. Pero para el PSC, en crecimiento en las encuestas, tener que sostener el gobierno de Aragonès pese a haber ganado las elecciones no es un trago fácil. Especialmente a las puertas de unas municipales en las que se juega el primer puesto con Esquerra.

En este contexto, la apuesta por sostener el gobierno Aragonès solo tiene un sentido: abaratar el apoyo de ERC a los Presupuestos Generales del Estado. Los republicanos quieren exprimir la oportunidad de sacar réditos a la mesa de diálogo en el ámbito de la "desjudicialización" con la reforma del delito de sedición. Por eso este sábado Junqueras apuntaba a la prórroga presupuestaria.

Nuevo Govern

Pero incluso con prórroga de los presupuestos, Aragonès es ahora muy débil en el Parlament. Necesitará a los Comunes y también al PSC, que de momento no forzará elecciones anticipadas. "A corto, medio y largo plazo el PSC construirá una alternativa" aseguraba Illa, recordando, eso sí, que "tengo más apoyo electoral que el Govern".

Mientras, Aragonès sigue encerrado en el Palau de la Generalitat preparando la definición de su nuevo Govern, con la esperanza de presentarlo este lunes. El objetivo es que mañana se publique en el diario oficial el cese de los consejeros de Junts y el nombramiento de sus sustitutos.

"La composición del nuevo Govern está avanzada" apuntaban este sábado fuentes de Presidencia. Desde los Comunes, Jessica Albiach repetía la oferta de sumarse a ERC, pero advertía que los morados "no darán un cheque en blanco" a Aragonès. Y Laura Vilagrà, mano derecha de Aragonès en el Govern, ha descartado de momento un gobierno de coalición.

Aragonès estudia la incorporación de independientes pero sin meterse a otro partido en el Palau. También un gobierno más reducido, aunque el sotogoverno se mantendrá. Una apuesta a todo o nada que dejaría a Esquerra a merced del PSOE y Podemos.