La Policía Nacional ha sacado a concurso la adquisición de 1.000 cascos para las Unidades de Prevención y Reacción (UPR), los otros antidisturbios con los que cuentan. Estas nuevas protecciones son muy parecidas a las de las Unidades de Intervención Policial (UIP) salvo por una excepción: llevan una franja amarilla que rodea toda la cabeza. Los agentes lo consideran una "diana" que pone en riesgo su integridad. El precio total ronda los 500.000 euros.

"El criterio para la acreditación de la solvencia económica y financiera para este contrato será el volumen anual de negocios referido al mejor ejercicio dentro de los tres últimos disponibles en función de las fechas de constitución o de inicio de actividades del empresario y de presentación de las ofertas por importe igual o superior a 498.520€ impuestos incluidos", explica la Policía en los pliegos a los que ha tenido acceso El Independiente.

La UPR se dedica a controlar y velar por la seguridad en concentraciones y manifestaciones que no requieran la actuación de otras unidades más especializadas, de los dispositivos de seguridad con ocasión de espectáculos o deportivos, en los eventos sociales donde se concentre una cantidad de gente importante. 

La misma Policía apunta a que "en algunos casos, determinados grupos violentos antisistema distribuyen guías o se citan en eventos de carácter multitudinario para organizar agresiones con elementos punzantes o cortantes, buscando causar el mayor daño físico posible a los cuerpos policiales". Es por eso que la franja amarilla, "que lo que hace es señalarnos", ha causado malestar entre los agentes.

Enfado y polémica

El enfado crece porque estos mismos elementos, con el amarillo rodeando el cráneo, no han sido adquiridos para sus ‘hermanos’ de la UIP. Aunque es una realidad que cuando coinciden estas dos unidades es difícil diferenciarlas, desde el Sindicato Unificado de Policía creen que la línea fluorescente puede ser un llamamiento para que los violentos apunten ahí directamente a la hora de lanzar objetos.

La polémica nació hace un año. Entonces los grupos de WhatsApp y otras aplicaciones de mensajería instantánea comenzaron a llenarse de chistes y burlas ante lo que entonces era un prototipo. El tono de humor fue cambiando hasta que entró en juego la indignación de los agentes.

Los jefes de la Policía buscaban marcar diferencias estéticas entre la UPR y la UIP, y para ellos se inspiraron en las unidades francesas que se encargan del orden público, según contó Vozpopuli cuando saltaron las alarmas entre los policías. El resultado dejaba mucho que desear para los agentes, aunque entonces sólo fuese un prototipo que finalmente se ha convertido en realidad.

Características del modelo

Los cascos tendrán que pasar una serie de pruebas para garantizar la seguridad de los policías. Entre otras se introducirán en una cámara climática con circulación de aire y temperatura constante de 50 ºC, durante cuatro horas consecutivas, como mínimo y a un grado medio de humedad del 65%. 

También se efectuará posteriormente una prueba similar, sometiendo los dos cascos a temperatura constante de -20 ºC, durante un período también de cuatro horas como mínimo. 

En las pruebas de resistencia se realizarán tres disparos sobre la pantalla que cubre los ojos y cuatro sobre la superficie del casco. Los tiros en la parte que cubre la visión se harán con un arma de calibre 22 desde cinco metros a una velocidad de unos 220 metros por segundo. 

En la superficie del casco se disparará con un revólver de calibre 38, también desde cinco metros y a una velocidad de 230 metros por segundo. Y, por si no fuese obvio, en los pliegos de prescripciones técnicas a los que ha tenido acceso El Independiente se apunta que "no deberá existir perforación en la superficie del casco ni de la pantalla".