El proceso ha estado tres semanas parado. Primero los Sanfermines y después la campaña electoral. Veinte días en los que la negociación para conformar un gobierno en Navarra, resultado de las elecciones de hace ya dos meses, ha estado detenida. Celebrado el 23-J, -con resultados muy satisfactorios para el PSN-, a la presidenta de Navarra en funciones, María Chivite, le han entrado las prisas y ha optado por acelerar al máximo los contactos en busca de una pronta reelección a comienzos de agosto.

En la Comunidad Foral ayer era festivo pero Chivite no dudó en citarse con quienes optan a revalidar su condición de socios de gobierno, Geroa Bai y Contigo-Zurekin. Esta semana se antoja clave para cerrar un acuerdo del programa que podría aplicar el nuevo Ejecutivo tripartido liderado por el PSN y apoyado por la coalición a la que pertenece el PNV y por la marca que agrupa al entorno de Podemos-Sumar. Pero antes, Chivite deberá ser investida y para ello requerirá de al menos la abstención de EH Bildu.

Esta ha sido la causa que le ha llevado a plantear el proceso de negociación resultante de las autonómicas del 28-M en dos tiempos. La ralentización de los contactos, para no escenificar el apoyo de la izquierda abertzale antes de la cita electoral del 23-J, y el impulso actual para cerrarlo cuanto antes, al calor de la ola favorable que han dejado las urnas en los comicios nacionales tanto al PSOE como al PSN.

A ello se suma la buena disposición que EH Bildu está mostrando con el presidente en funciones, Pedro Sánchez, para apuntalar su reelección. El propio líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha despejado ya del todo el camino de los seis votos con los que contará su coalición en la Cámara Baja y que estarán al servicio de la investidura del candidato socialista. Un ofrecimiento que ya ha explicitado en varias intervenciones públicas y que lo ha hecho sin plantear, no al menos en público, contraprestación alguna sino por la única disposición a cerrar con ellos cualquier opción a un Gobierno liderado por Feijóo: “Nosotros no planteamos precios ni líneas rojas en público”, ha asegurado.  

Acuerdo programático

El líder de Bildu también ha engrasado esa buena sintonía que está mostrando con el PSOE al rebajar el malestar que supuso el rechazo del PSN a apoyar a Joseba Asiron, el candidato de Bildu a la alcaldía de Pamplona, a liderar el consistorio pamplonés. Ahora el coordinador general de Bildu se limita a recordar que ellos son la segunda fuerza de Navarra, según los resultados del 23-J, y que su única exigencia es ser tratados “con respeto”.

Desde Bildu en ningún momento se ha amenazado con hacer peligrar la reelección de Chivite. Insisten en que su prioridad es respetar la petición hecha por sus votantes, no sólo ahora a nivel nacional, sino también en los comicios autonómicos, y que pasa por facilitar en Navarra y en España “gobiernos progresistas”. Una petición que, ha recordado Otegi en las últimas horas, también se produjo en Pamplona, pese a que el PSN no impidió que UPN obtuviera la alcaldía de la capital navarra.

La izquierda abertzale obtuvo 9 parlamentarios en los comicios autonómicos, uno más que cuatro años antes y a sólo dos representantes del PSN. Chivite ha insistido en que no negociará con Bildu ningún aspecto de conformación de su futuro Gobierno. Tan sólo ha mantenido una reunión pública con la izquierda abertzale dentro de la ronda de contactos que llevó a cabo tras las elecciones. Al igual que en la pasada legislatura, el PSN requerirá de Bildu para alcanzar mayorías suficientes en el Parlamento foral. Una dependencia que UPN se ofreció ayer a poder desactivar al brindar a Chivite su abstención en el pleno de investidura. Sin embargo, los socialistas rechazaron el ofrecimiento del líder de UPN, Javier Esparza.

La segunda fase de las negociaciones iniciada ahora se intensificará esta semana, en la que se confía en poder cerrar un acuerdo programático entre PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin. En este punto, Chivite ya ha reconocido que se revisarán algunos compromisos pendientes del acuerdo anterior y que se buscará un programa que permita una gestión “cómoda” para todos los integrantes del Ejecutivo durante la próxima legislatura.

Reparto de poder ajustado a las urnas

Después vendrá el reparto de carteras y puestos de poder. Es aquí donde las tensiones entre las formaciones pueden elevarse. El PSN quiere hacer valer no sólo sus buenos resultados en las elecciones autonómicas y locales sino también los obtenidos en los comicios generales de este domingo. El PSN ha logrado dos diputados, uno más que en 2019, y sus mejores resultados en votos desde 1989. En cambio, en la cita del 27-J sus dos socios han obtenido unos malos resultados, por lo que presionan para que el reparto de poder sólo se lleve a cabo valorando el peso de cada partido en las elecciones autonómicas.

La intención es que la investidura de Chivite para su reelección como presidenta de Navarra pueda celebrarse entre los días 3 y 4 de agosto. Antes, el presidente del Parlamento Foral, Unai Hualde (Geroa Bai) deberá celebrar una nueva ronda de contactos con los partidos para confirmar que la candidata socialista dispone de los apoyos suficientes para ser investida. Un proceso que requeriría declarar hábil el mes de agosto.