Este sábado Carlos Iturgaiz culminará su segundo periodo como presidente del PP en el País Vasco. Llegó en febrero de 2020 en un clima de fractura interna, de grave enfrentamiento entre la dirección de los populares vascos y Génova y que culminó con la dimisión y salida abrupta de Alfonso Alonso de la presidencia del partido en Euskadi. Fue rescatado por Pablo Casado y aseguró que su prioridad sería 'coser' de nuevo el partido. Tres años y medio después, asegura que cederá a Javier De Andrés -único candidato a sucederle- un partido más unido, más solido y renovado y con mayor poder institucional.

Asegura que al PP se le abre una oportunidad de oro para lograr a traer al votante decepcionado con el PNV. Señala que en Euskadi los populares son los único que a día de hoy ocupan un espacio de centro-derecha, "el PNV está en la izquierda y en el Sanchismo", insiste. Reconoce que por la calle votantes jeltzales les trasladan su malestar e incluso la disposición a votar al PP: "El Pozo del PNV se empieza a secar".

Iturgaiz no sabe que hará a partir de marzo, cuando concluirá la legislatura en Euskadi y dejará de presidir el grupo popular en el Parlamento Vasco. Niega que su horizonte esté escrito en forma de regreso a Europa, donde ocupó un escaño durante 15 años, "ya se verá".

Pregunta.- Cuando llegó en febrero de 2020 aseguró que su objetivo prioritario era coser el partido. ¿Cuál era la costura más urgente con la que se encontró?

Respuesta.- Una costura interna. Atravesábamos unos momentos difíciles, traumáticos diría. A un mes de las elecciones no era normal cambiar de candidato a lehendakari. No había pasado nunca. Me dijeron que la situación era electoralmente muy complicada. Casado me dijo que podía desaparecer el grupo parlamentario, nos daban entre 0 y 3 parlamentarios y al final tuvimos 6. Esa desafección estaba en la calle y dentro. Lo que peor lleva la ciudadanía son los problemas internos de los partidos.

P.- ¿El origen de esa fractura interna cuál era? ¿Un problema de peso territorial, de sumisión a Génova, de egos personales…?

R.- Lo que estaba provocando todo eso era la desunión entre personas que había. No había buena relación entre Alfonso Alonso y la dirección nacional de Teodoro García Egea y Pablo Casado. Además, en el PP del País Vasco queríamos tomar las decisiones aquí. Desde la dirección nacional se tomaron decisiones que provocaron un terremoto político en el PP vasco. Me llamó Pablo Casado para tomar las riendas, cuando se había decidido que no sería Alonso el candidato. Podía haber dicho que no, pero me di cuenta que el partido podía haberse ido al garete. El tren estaba descarrilado en el País Vasco y había que volverlo a poner en la vía. Ya he hecho mi trabajo, ahora le tocaba a otro.

P.- Feijóo ha pedido al PP que sea el PP del País Vasco y no en el País Vasco. ¿Eso es lo que se le reprochaba a Casado?

R.- Eso se les reprochó al PP de Casado desde algunas Comunidades Autónomas, que era un PP en Galicia, en Murcia, en Euskadi… y queríamos ser el PP de… Feijóo ha vuelto a retomar esa idea. El recuerda que las decisiones se deben tomar aquí. Ahora, la decisión de que sea Javier De Andrés el próximo presidente del PP se toma aquí, desde el País vasco. Somos nosotros los que lo hemos decidido y Alberto Núñez Feijóo se ha fiado de sus compañeros.

P.- ¿Iturgaiz no podía ser el candidato del PP del País Vasco otros cuatro años?

R.- Podía, pero Iturgaiz no quería ser. Ya he sido una segunda vez candidato a lehendakari y una tercera era innecesario. Y el objetivo con el que me comprometí se ha cumplido. He unido y cosido, vamos a un congreso fuertes y estables y sólidos. Hemos tenido unos resultados donde he podido hacer al partido más fuerte, tenemos un 30% más de concejales y junteros y además somos relevantes en muchos municipios del País Vasco. He traído juventud, muchos cargos son de nuevas generaciones. He ensanchado el partido con gente de Ciudadanos y otros espectros. Me voy muy satisfecho de haber desalojado a Bildu de instituciones democráticas donde había ganado. Lo hemos hecho no por una cuestión electoral sino por principios éticos y morales y de valores políticos. No podemos tener a aquellos que justifican lo injustificable, como es Bildu, al frente de las instituciones.

P.- ¿Qué le ha quedado por hacer?

R.- Se podían haber hecho más cosas, pero creo que me voy muy satisfecho con todo lo que he podido hacer.

P.- Ustedes han mejorado resultados electorales, en parte por la desafección en el PNV. ¿Le preocupa que al PP aún se le vea como una formación ‘española’, ajena a la realidad social vasca?

R.- Siempre nos han intentado estigmatizar todos los partidos etiquetándonos con epítetos de mal gusto. La sociedad empieza a comprender y entender que en Euskadi todo no puede ser extrema izquierda, izquierda y Sanchismo. De 18 diputados la pasada legislatura 16 eran Sanchistas. En esta legislatura 16 votarán a favor de Sánchez y 2 no. Ese no es el perfil de la sociedad vasca, la gente no creo que esté a favor de leyes como la del ‘sí es sí’, la eutanasia, la ley del aborto, la ‘ley trans’… Lo que está ocurriendo es que el PNV ha abandonado muchos principios. Vive en una esquizofrenia producida, entre otras cosas, por su mala gestión en los últimos tiempos. El PP es el único referente del centro derecha en Euskadi. El PNV está en la izquierda y con la extrema izquierda, es parte del frente Sanchista. Está a remolque de lo que hace Bildu, mirando por el retrovisor lo que hace. Por eso se está radicalizando.

P.- Los 100.000 votantes que no respaldaron al PNV, ¿son una oportunidad para el PP?  Intentar atraerlos, ¿no puede conllevar caer en una cierta ‘peneuvización’ del PP?

R.- Esa es una de las tragedias de este país. Parece que el PNV es el partido guía y todos nos tenemos que ‘peneuvizar’; la política, la Universidad, el fútbol, la iglesia…  Esos cliques se deben romper. Quizá es el PNV el que se tienen que ‘partidopopularizar’. El PNV nos ha vendido mucho tiempo un oasis para la ciudadanía y hemos visto que era una ilusión óptica. Vemos en Urkullu un presidente que da muestras de radicalidad en esta última parte de la legislatura. Urkullu está nervioso. Aquí hay un problema interno en el PNV que se están dando cuenta que la gente les deja de votar y se van a otros partidos o a la abstención. El pozo del PNV se empieza a secar. Volverán con el voto del miedo, si no gana el PNV vendrá Otegi, el victimismo del PNV no creo que ya les vaya a colar. Javier De Andrés va a desmontar estas cuestiones.

P.- ¿En la calle ha percibido esa decepción con el PNV y la disposición a acercarse al PP?

R.- 21.30 Sí, claro. Cuando iba por las calles de Bilbao con Feijóo había gente que nos decía que había votado al PNV  pero que le iban a votar a Feijóo. Mucha gente. Es gente de centro derecha que no quiere que el PNV esté en la izquierda y que no quiere que esté con el Sanchismo o que llegue a pactos con Bildu, con la ley de educación, el nuevo estatus… son moderados y viven en una ideología de centro-derecha más que de izquierda.

P.- La situación del PNV puede ser una oportunidad para ustedes, pero tienen un problema; la irrupción de Vox. La vinculación del PP con la extrema derecha ¿ha calado en Euskadi como en el resto del país?  

R.- Sé que Vox es un rival político. Me separan planteamientos de política europea, autonómica, de género… y en otros estoy cómodo, como la defensa de la Constitución o la unidad de España. En Euskadi Vox no ha tenido tanta entrada. No tiene ni un concejal y un solo parlamentario. Es un partido endeble. La ciudadanía vasca apoya en el centro al PP que es foralista, constitucionalista, a favor del Estatuto, del Concierto, de la Unidad de España, de nuestras raíces. Ahí está la diferencia.

P.- Cuando llegó se le recibió como el regreso del ‘’PP de Aznar’, el más conservador. Ahora con Javier De Andrés se habla de la llegada del PP más moderado, más centrado. ¿Usted lo ve así?

R.- Estoy en política y sé que las etiquetas vienen de fuego amigo y enemigo. No me preocupa. Nosotros hemos cumplido nuestro objetivo. No me gusta que se hable del PP de… Iturgaiz o quien sea, es el PP del País Vasco del que estamos orgullosos.

P.- ¿Ser del PP en Euskadi hoy día sigue siendo más complicado que pertenecer a otras formaciones?

P.- En las municipales nos pudimos presentar porque nos enviaron mucha gente de otras zonas. Sigue habiendo un déficit democrático de libertades en el País Vasco. Sigue siendo muy difícil decir que eres del PP en Rentería, en Oyarzun o en Lezo. Si tienes un comercio y eres del PP te hacen la vida imposible. Lo he sufrido yo. Por apellidarte Iturgaiz han hecho la vida imposible a un hijo mío que no está en política. Ese déficit sigue ahí.

P.- Le critican que recurre mucho a la cuestión de ETA. ¿Es esa realidad social con la que debe hacer política el PP en Euskadi lo que más le ha sorprendido y dolido?

R.- En lo personal, sin duda. Cuando me dicen que Iturgaiz sólo habla de ETA les diría que miren todos los plenos de control de los viernes, he hablado menos que los dedos de una mano. Pero no podemos olvidarnos que hay una realidad que algunos quieren tapar. Es como un interruptor que algunos están empeñados en que apaguemos y que no se pueda volver a dar. Quieren que estemos en la oscuridad, como si aquí nada hubiera pasado, pelillos a la mar y que cuando volvamos a encender el interruptor nos olvidemos del pasado reciente. A muchos les gusta hablar de la memoria histórica, y hacen muy bien, hay que recordarlo, pero ¿Y la memoria histórica reciente? Esa memoria histórica reciente es que al PP del País Vasco intentaron aniquilarnos, hubo un intento de genocidio político por parte de ETA con sus adláteres políticos, hoy llamados Bildu y anteriormente Batasuna. Intentaron que desapareciéramos de forma física y política y eso a mí no se me puede olvidar. Fue presidente y tuve que enterrar a siete compañeros en mi presidencia y me han intentado matar a mí y a mis compañeros en muchas ocasiones.

P.- Hoy la izquierda abertzale registra unos resultados crecientes y amenaza incluso la hegemonía del PNV. ¿Cómo interpreta ese empuje y apoyo social que recibe Bildu?

R.- Nos lo tenemos que hacer mirar todos los partidos políticos. Eso lo han conseguido porque han estigmatizado a las víctimas y al PP, el nacionalismo en su conjunto se ha encargado de ello. Los populares vascos hemos escrito una de las páginas de la historia del País Vasco con letras de oro y de sangre. Me duele porque veo que muchos jóvenes que no han vivido la dictadura terrorista de ETA y siguen apoyando a un partido que saben que no condenan. No quieren ver que es un grupo político antidemocrático porque no condena el terrorismo, la violencia. No respeta los derechos humanos. Cuando hablan de Palestina, de Ucrania… se les llena la boca de derechos humanos y no empiezan por lo más cercano, con lo que ha pasado y sigue pasando. Que Bildu tenga gran aceptación, especialmente entre la juventud, y pueda ganar en Euskadi sería una tragedia para esta tierra. Sería como si saliera un partido nazi en Alemania y ganara las elecciones. O un partido en Bélgica que apoya al Isis y ganara las elecciones. Sería inconcebible. Pues atención, ojo, eso puede pasar en Euskadi.      

P.- ¿Hablar de ilegalizar la izquierda abertzale es un disparate?

R.- Nosotros lo ilegalizamos cuando gobernamos y luego vino Zapatero a desilegalizarlo y a poner los cimientos para llegar a acuerdos con ETA y su brazo político. Y hoy lo vemos con Sánchez, llegando a acuerdos con quien ha hecho la vida imposible a tantos socialistas. Todo por un puñado de votos. Es un escándalo. Esa decisión la tienen que tomar los jueces, con pruebas, claro, aunque yo les ayudaría a dar muchas pruebas para ver lo ilegal que es el mundo de la izquierda abertzale.

P.- Llegó de la mano de Pablo Casado, un expresidente del PP que ha desaparecido de la escena política. ¿Mantiene contacto con él?

R.- Nos saludamos en Navidades. No sé mucho más. Ha hecho bien en apartarse de la vida política. El sabe que tiene su sitio en el PP, es parte del PP de España. Es un presidente querido al que le agradecemos la labor que hizo. Son decisiones de cada persona, en el ámbito individual. El tendrá que decidir si alguna vez quiere volver y cómo.

P.- En el PP, ¿se ha sido injusto con Pablo Casado?

R.- Sé que Alberto Núñez Feijóo ha hablado con Pablo Casado y creo que es él quien debería explicar qué planteamientos tiene para con él.

P.- Cuando le quitaron de las listas europeas dijo que abandonaría la política. Luego le rescataron para liderar el PP vasco. ¿Ahora volverá a ser candidato a las europeas?

R.- Y abandoné la política, pero me vinieron a buscar. Pensé que sería un último servicio al partido. Pablo Casado incluso me pidió disculpas y dijo que había sido un error. Al presidente Feijóo le he pedido seguir como presidente del Grupo parlamentario y luego conversaremos. Es una decisión que tomará el presidente del PP. Ya veremos. La vida continúa.