El primogénito del presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, que lleva su mismo nombre quedó este domingo en libertad tras haber sido detenido por una denuncia de agresión sexual. A pesar de que la Fiscalía pedía que se le impusiera una orden de alejamiento de la supuesta víctima, una mujer brasileña que ejerce la prostitución, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 44 de Madrid decidió que las cámaras del chalet del abogado "desvirtuaban" la versión de ellas y, por tanto, lo dejó marchar tras casi dos días en el calabozo.

Los hechos se produjeron la pasada noche del jueves al viernes. La mujer, una brasileña de 37 años, se desplazó a un chalet de la madrileña zona de San Blas propiedad de Conde Pumpido. Allí se encontraba él y dos amigos y, según la versión de la denuncia, excedieron el trato por el que había sido contratada y abusaron de ella. En su relato a la Policía explicó que la drogaron y le quitaorn el pasaporte.

Tras abandonar el domicilio, la mujer denunció los hechos ante la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) que la trasladaron al Hospital de la Paz para hacerle pruebas de ADN y acreditar la agresión por las lesiones que presentaba. El exámen médico supuestamente mostró índices compatibles con una agresión sexual grupal, sin embargo fuentes fiscales han señalado que la víctima no evidenciaba lesiones y por eso la Fiscalía no solicitó prisión para los detenidos.

Las grabaciones que Conde-Pumpido ha aportado en el juzgado contradicen el relato de la denuncia en algunos puntos, según describe la magistrada en el auto al que ha tenido acceso El Independiente. Primero, ella sitúa a uno de los arrestados en la casa, pero en las cámaras "no aparece en ningún momento" y él ha declarado que "puede acreditar que se encontraba en otro lugar desde las 22 horas del 2 de noviembre".

A quien sí se ve es a Conde-Pumpido en distintas estancias (cocina, dormitorio, parte exterior de las casa", etc. “Específicamente puede observarse a la denunciante y al denunciado en uno de los dormitorios durante varias horas, entrando y saliendo, bebiendo, etc.", señala la magistrada. Sin embargo, también puntualiza que en ninguna de estas escenas "puede adivinarse ninguna situación coincidente con el relato de hechos por ella mantenido”.

Por eso, la juez Isabel Durántez ha dejado en libertad a los tres. “Se estima que no concurre ninguna situación objetiva de riesgo para la denunciante que justifique la adopción de la medida cautelar interesada”. Las imágenes que ha aportado él “desvirtúan la versión de” la denunciante, dice la instructora.

No es la primera vez que Conde-Pumpido está involucrado en una causa judicial. A sus 35 años, el socio fundador de su propio despacho de Derecho penal económico, ha estado envuelto en un procedimiento en la Audiencia Nacional por un presunto delito de blanqueo de capitales vinculado al negocio de la prostitución.