Las revueltas que se están produciendo en las sedes del PSOE a cuenta del pacto con los partidos independentistas para llevar a cabo la amnistía a los líderes del procès dejó ayer tres detenidos en la calle Ferraz de Madrid, donde la formación tiene su cuartel general. Ciudadanos, grupos ultras y políticos se dieron cita en el punto más caliente de las manifestaciones.

En torno a unas 3.800 personas, según Delegación del Gobierno, acudieron este lunes a protestar a la sede socialista. El Ministerio del Interior ha blindado los distintos locales del PSOE con agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos antidisturbios. En Madrid ayer se pudieron ver lanzamientos de botes de gas lacrimógeno y de humo para disipar a los manifestantes.

Las críticas contra la actuación policial no tardaron en aparecer. Entre insultos e intentos de saltarse el cordón de seguridad, los agentes aguantaron horas frente a grupúsculos violentos y ciudadanos más normales. Fuentes policiales señalan que sólo se lanzó un único bote lacrimógeno y que el resto que se han podido ver en redes sociales eran de humo. "Para usar gas lacrimógeno hay que estar sobrepasado, violencia inusitada, y eso no se ve ni de lejos en las imágenes de ayer", explica una fuente policial que pasó varios lustros destinado en una UIP. Y añade: "En 10 años no vi usarlo nunca".

Las fuentes consultadas apuntan que una orden de ese calado, "enfrente de una sede política", no la toma un uniformado, "ni si quiera el DAO", el Director Adjunto Operativo, máximo cargo del Cuerpo sólo por debajo del director general. "Eso viene de muy arriba, como mínimo de Delegación del Gobierno", afirman.

"En democracia se habrá usado una o dos veces, y siempre antes del año 2000. Ni en las huelgas de mineros, ni en el Puente Carranza en Cádiz, ni las del metal de Ferrol y Vigo. Tampoco en las Marchas de la Dignidad de 2014. La premisa parece clara, que la gente no vuelva hoy a manifestarse". Otras fuentes policiales sí aseguran que en estas últimas, que tuvieron lugar en marzo de 2014, sí se usaron. Decenas de policías resultaron heridos.

CDR en Barcelona

La analogía que más rápido viene a la mente es la de las manifestaciones de los Comités de Defensa de la República (CDR) en Barcelona a raíz de la sentencia de los políticos del procès. Por dos razones: allí los policías sufrieron violentos ataques físicos (tres se quedaron incapacitados para trabajar) y porque la amnistía por la que se protesta pretende incluir a estos grupos violentos, recientemente procesados por terrorismo en la Audiencia Nacional.

"En Urquinaona se vio a compañeros recogiendo pelotas del suelo, porque ya no había, y no se tiró ni un bote de humo", añaden los agentes. "Nadie quiso asumir el coste político de tirarlos". "Los que llevábamos en las mochilas estaban hasta caducados de no usarlos, y caducan a los 10 años".

Manifestación en Madrid

La concentración ha sido convocada por Revuelta -un movimiento juvenil que se define como "patriota unitario español"- y ha discurrido de forma paralela a las de Barcelona, Valencia, Badajoz, Sevilla, Valencia, El Puerto de Santa María (Cádiz), Oviedo, Salamanca, Tarragona, Zaragoza y Valladolid, todas frente a las sedes del PSOE.

Carga policial en Ferraz.
Carga policial en Ferraz.

En el transcurso de la protesta en Madrid, un grupo de manifestantes encendió bengalas y un ciudadano forzó el cordón policial que impedía que la concentración se acercara a puertas de la sede socialista, por lo que fue reducido por los antidisturbios y, posteriormente, ha sido detenido.

Ya en la finalización de la protesta otras dos personas fueron detenidas también por tratar de saltarse el cordón de seguridad, según contaron fuentes policiales, que añadieron que podrían ser de Falange.

La convocatoria, que empezó a las 20 horas, empezó a disiparse a las 21. Fue entonces cuando un grupo de manifestantes, algunos encapuchados y ataviados con máscaras, encendieron bengalas, petardos y lanzaron botes de humo al grito de "¡Ni un paso atrás!" o "la sede del PSOE la vamos a quemar".