Esquerra y Junts han celebrado la toma de posesión del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez con una competición por capitalizar la negociación con el PSOE. Los acuerdos de investidura firmados por los socialistas con el independentismo establecen tres mesas de negociación sobre el futuro encaje de Cataluña en España: la mesa de Gobierno y Generalitat, presidida por el propio Sánchez y Pere Aragonès, la integrada por Junts y PSOE, con Carles Puigdemont al frente de los independentistas, y una tercera mesa de PSOE y ERC. En las dos últimas, los socialistas aceptaron someterse a "mecanismos de verificación" que en el caso de Junts será "internacional".

Es el punto de las cesiones del PSOE ante el independentismo que más ha escocido a no pocos socialistas. Más incluso que la ley de amnistía, como reconocía este lunes en Ràdio 4 Joaquín Almunia, por lo que supone de reconocimiento internacional del "conflicto" catalán. Los socialistas que avalan el pacto lo defienden recordando que se trata "solo" de partidos, y que no compromete en ningún caso al Gobierno de Sánchez. La carrera abierta que Junts y Esquerra han escenificado en las últimas horas añadirá presión a los socialistas, pero también rebaja el peso de cada una de las tres mesas pactadas.

La nueva guerra dialéctica en el independentismo se abrió cuando Aragonès anunció en TV3 que había propuesto a Junts que se incorpore a la mesa de Gobierno y Generalitat. Un anuncio que JxCat desmintió en cuestión de minutos, cuando el president seguía todavía en antena protagonizando una entrevista en prime time.

Reunión inminente en Bruselas

Los de Puigdemont recordaban además que fue Aragonès quien vetó a los negociadores propuestos por Junts al inicio de la legislatura y añadía que "siempre hemos considerado improductiva la estrategia del diálogo; apostamos por la negociación bilateral con un mecanismo de verificación internacional, como el que ahora ha aceptado el PSOE".

Desde Junts insisten en que la mesa de negociación pactada por Puigdemont y Santos Cerdán se reunirá antes de final de mes, como fija el acuerdo, probablemente en Bruselas y con la presencia segura del ex president. Aseguran que ya se ha pactado la "verificación internacional" con el PSOE, que realizará un grupo "de reconocido prestigio en este ámbito" con base en Ginebra, pero se niegan a revelar de momento la identidad de sus integrantes para "proteger" la negociación.

En este contexto, los de Puigdemont no tienen ninguna intención de adherirse a la mesa de gobiernos presidida por Aragonès en la parte catalana, como les ofrece Esquerra en aras de la unidad del independentismo. Sería tanto como renunciar al protagonismo conseguido este otoño en la negociación de la investidura.

Reunión Sánchez-Aragonès

"El conflicto se resolverá de gobierno a gobierno y Aragonès abre la mesa a todos los que persiguen el mismo objetivo" les respondía este martes la portavoz del Govern, Patricia Plaja. La portavoz reclamó además un encuentro entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès "en las próximas semanas" para abrir una nueva etapa en las negociaciones de entre ambos ejecutivos con el referéndum como objetivo declarado de la Generalitat.

Plaja aseguró que, en contra de lo afirmado por Junts, Aragonès sí ha planteado la entrada de Junts en ese foro a varios interlocutores del partido de Puigdemont y rechazó "entrar en batallitas" en el seno del independentismo.

"La propuesta es pensar más en el país que en el partido" añadió, argumentando el cambio de postura de ERC porque "ahora la aritmética es diferente" a la de la pasada legislatura. Una aritmética que "permite sacar aun más réditos" de la negociación con el PSOE por su dependencia de los independentistas catalanes.