Alberto Núñez Feijóo se la juega en Galicia. Porque si bien es cierto que el PP ostenta un extendido poder territorial autonómico y local, perder el gobierno de Galicia constituiría un sapo difícil de tragar tras cuatro mayorías absolutas consecutivas del propio Feijóo y 34 años de ejecutivos populares -frente a siete de los socialistas-, primero con Gerardo Fernández Albor, luego con Manuel Fraga, más tarde con el ahora presidente nacional del PP y desde 2022 con Alfonso Rueda.

En Génova aseguran que Rueda es un valor seguro, una garantía de continuidad "en un territorio poco dado a los sobresaltos y experimentos". Aseguran no ver "ninguna circunstancia que haga peligrar la continuidad del Gobierno gallego", pero no es menos cierto que dicha continuidad exige no sólo ganar, sino volver a traspasar la frontera de los 38 escaños en una cámara autonómica conformada por 75 asientos.

El PP no tendrá aliados posibles si se reproduce la actual composición del parlamento regional, donde sólo está representados el PP, el BNG y el PSdG. Pero, paradójicamente, Génova aspira a que esa situación no cambie, cortocircuitando cualquier posibilidad de que el partido de Santiago Abascal obtenga algún escaño.

El pasado 28-M Abascal sólo consiguió un concejal en un municipio de Orense y el 23-J se fue de vacío en Galicia

Durante la presidencia de Feijóo, ni Vox ni Ciudadanos consiguieron asomar la cabeza en la política gallega. Y la situación no varió el pasado 28-M, día de elecciones autonómicas y locales, cuando la misérrima cosecha de Abascal fue un solitario concejal en la localidad orensana de Avión. Tampoco le fue mejor en las generales del 23-J, dado que se fue de vacío en Galicia. Y los populares confían en poder seguir concentrando todo el voto desde el centro moderado a la derecha, poniendo el acento, además, en un mensaje muy galleguista, la principal creación ideológica de Manuel Fraga.

La idea es seguir aislando a Vox, como si fuera un actor político indetectable, y, al tiempo, alertar del riesgo de un gobierno presidido por los nacionalistas gallegos, segunda fuerza política en la región por delante de los socialistas. Ese va ser el eje del mensaje de campaña "o Rueda o un gobierno independentista apoyado por el partido de Pedro Sánchez", para ello insistirán en el voto útil y usarán el Congreso de los Diputados como un espejo de lo que no debe ocurrir en Galicia.

En el PP admiten que el candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, "es un buen perfil", pero tiene en contra ser el cabeza de lista de la tercera fuerza política con pocos visos de hacerle el sorpasso al BNG, con una aspirante a presidenta de la Xunta muy potente, Ana Pontón. Realmente el adversario a abatir para los populares es el BNG y ahí es donde entra otra variable no despreciable, esto es, la división de la izquierda, con Sumar y Podemos en pie de guerra. El PP cree que puede repetirse el escenario en que ni unos ni otros consigan escaño, pero sí hagan perder unos votos fundamentales a BNG y PSdG para el posterior reparto de restos por provincia, tal y como ocurrió hace cuatro años.

Todo apunta a la imposibilidad de un acuerdo Sumar-Podemos en Galicia

Si en las elecciones gallegas de 2016 En Marea dio el pelotazo con la obtención de 14 diputados colocándose como segunda fuerza política gallega, en 2020 las eternas divisiones les pasó factura hasta expulsarles del parlamento gallego y son escasas las expectativas de que Sumar, Podemos, Izquierda Unida y otras fuerzas localistas se pongan de acuerdo esta vez.

En el País Vasco parece que sí avanzan hacia el entendimiento porque a fin de cuentas allí tienen un resultado que defender. No así en Galicia, territorio de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Las conversaciones se suspendieron tras la decisión de los cinco diputados morados de engrosar el Grupo Mixto y éstas no se han reanudado. Precisamente, Díaz participa este sábado en La Coruña en el acto de presentación de Sumar Galicia, a falta de aclararse en quién está pensando para disputar la presidencia de la Xunta.

Entre los partidos políticos que conforman de Sumar no faltan los que apuestan por mandar a Marta Lois para Galicia con el objetivo de sustituirla por Íñigo Errejón en la portavocía del Grupo Parlamentario del Congreso de los Diputados. De momento Sumar Galicia "pesca" de desencantados de Podemos y de En Marea mientras negocia con Esquerda Unida.

Otra variable disruptiva es la anunciada intención del alcalde de Orense, el polémico Gonzalo Pérez Jácome, de lanzar su partido a la arena autonómica con su teniente de alcalde, Armando Ojea, de candidato. En el PP aseguran que hace "cero" daño esta irrupción. Hace dos días en La Sexta Jácome dejó clara cuál es su política de alianzas: "Si conseguimos el cielo para Ourense, pactaremos con el diablo si hace falta", vino a decir.

Cuatro escaños por encima de la mayoría absoluta

Lo cierto es que los populares están cuatro escaños por encima de la mayoría absoluta, lo que les da cierto margen de error. Feijóo consiguió en 2020 mejorar sus resultados de 2016, de 2012 y, por supuesto, de 2009, cuando se quedó en los 38 escaños raspados, esto es, una mayoría absoluta por la mínima, resultado en todo caso épico habida cuenta que gobernaba entonces el bipartito PsdG-BNG. A falta de concretarse la fecha de las elecciones gallegas, ya ha comenzado la cuenta atrás. A la vuelta de las vacaciones de Navidad Galicia y País Vasco entran en modo precampaña. Los meses de febrero y marzo son los que tienen más papeletas para ambas consultas, que no tienen porque coincidir por primera vez desde 2009.