La sanidad pública vasca busca facultativos y enfermeras. Las dificultades para cubrir algunas vacantes y la necesidad de profesionales detectada en decenas de disciplinas médicas viene de lejos. No es un problema exclusivo de Euskadi sino que resiente el conjunto de la sanidad española. Sin embargo, en el caso del sistema sanitario vasco, a la necesidad de servicios creciente por la población envejecida que aumenta en el País Vasco se le suma la exigencia lingüística como una barrera para la entrada de muchos candidatos de fuera de Euskadi. El elevado peso de los méritos lingüísticos en torno al euskera se había convertido en un elemento que en muchos casos ahuyentaba a posibles candidatos en las distintas convocatorias públicas. El peso que a los conocimientos de euskera, equiparables a los méritos de un doctorado o una cátedra, dificultaba aún más la contratación de personal.

A finales del año pasado el Ejecutivo vasco se abrió a la contratación de médicos y enfermeras extracomunitarios con el objetivo de cubrir plazas vacantes. Por ahora lo hará modo temporal en hasta 55 especialidades médicas. Desde comienzo de año, la Administración vasca ha tenido que ir más allá y anunciar que este primer trimestre del año actualizará todas las listas de contratación en vigor “incluyendo los perfiles lingüísticos y títulos de euskera”. Por el momento la medida se aplicará sólo a la bolsa de trabajo para contrataciones temporales.

De esta manera, en estas especialidades no será necesario acreditar ser de nacionalidad española ni tener que demostrar conocimientos de euskera si se quiere optar a ocupar una plaza de manera temporal. En cualquier caso, este tipo de contrataciones se condicionan a la incapacidad de poder contratar profesionales de origen español. Los profesionales extracomunitarios tendrán que acreditar una titulación homologada al sistema nacional.     

En la sanidad pública vasca la mayor parte de las plazas, alrededor de siete de cada diez, cuentan con un perfil lingüístico asignado que se debe acreditar en un plazo temporal establecido. Cumplirlo es necesario para poder ser el titular de esa plaza pública. Actualmente la plantilla estructural de Osakidetza, compuesta por alrededor de 28.000 trabajadores, cuenta con algo más de 15.000 profesionales con algún perfil de euskera acreditado. En función de la plaza, la exigencia puede variar desde un nivel básico, PL1, a uno más elevado de hasta PL4. En muchos casos, el ejercicio del empleo público se compagina con la formación y aprendizaje de euskera, incluso con periodos de liberación laboral para estudiar.

Poco euskera en las 'relaciones internas y externas'

La última evaluación del uso del euskera en la sanidad pública se remonta al año 2021, cuando se analizó el balance del llamado segundo ‘plan de normalización’ del uso del euskera. En él se apuntaba que sólo se llegaron a cumplir el 65% de los objetivos fijados en ese plan, cuyo comienzo se remonta a 2013 y su desarrolló hasta 2019. El avance detectado en ámbitos como la comunicación corporativa o la gestión interna contrastaba con la insuficiente presencia del euskera en las relaciones internas y externas del sistema vasco de salud.

Avanzar en la euskaldunización del sistema de salud ha sido una prioridad para los últimos gobiernos vascos. Para ello lograr que la mayor parte de sus trabajadores sea bilingüe en algún grado se convirtió durante años en una prioridad. En los últimos años se ha procurado flexibilizar esta cuestión, al menos en el grado de exigencia, pero continúa siendo un factor clave en el concurso de méritos de las últimas convocatorias de OPE que se vienen realizando.

Así, la última convocatoria de plazas para el Servicio Vasco de Salud otorgó 18 puntos en el concurso de méritos a un título medio de euskera, frente a los 10 puntos de un doctorado Cum laude, 6 de un postgrado, 1,5 de alemán y 1,5 de inglés. Incluso un nivel básico de euskera, el PL1, permitía lograr la misma puntuación que un doctorado no Cum Laude (9 puntos), y muy por encima de cualquier licenciatura, que suponía sumar 2,5 puntos. Una baremación de méritos aplicable no sólo en los puestos para médicos sino en otras disciplinas como la Farmacia, la Enfermería o incluso para el puesto de celador, en la que un PL2 permitía obtener 16 puntos en el concurso de méritos.

Sólo el 15% solicita asistencia en euskera

Junto a ello, el Ejecutivo ha impulsado la posibilidad de que la ciudadanía pueda registrar cuál es su preferencia idiomática para ser atendido en los centros de Osakidetza. Hasta ahora, apenas el 15% de la población ha solicitado que el euskera sea su idioma de relación preferente con los profesionales sanitarios. Una demanda de facultativos y personal de enfermería bilingüe que es significativamente más necesario en Gipuzkoa.

En este territorio se concentra la gran mayoría de los 330.000 ciudadanos que, según consta en la última memoria de Osakidetza, quieren ser asistidos preferentemente en euskera. El incremento de ciudadanos es constante en los últimos años. En 2017 apenas sumaban 113.600 los usuarios que demandan una asistencia en euskera. El conjunto de la ciudadanía que demanda una sanidad en euskera asegura sondeo tras sondeo estar satisfecha en un grado elevado, así lo afirmaba el 73% de los usuarios el año pasado.

Es Gipuzkoa el territorio donde se concentra más de la mitad de los ciudadanos que aseguran que el euskera es su primer idioma en el ámbito doméstico. De los 390.000 vascos que, según el Instituto Vasco de Estadística (EUSTAT), hablan habitualmente en euskera en casa, 239.000 viven en Gipuzkoa frente a los 137.000 de Bizkaia y los apenas 14.000 de Álava.