Los sindicatos salieron este 1 de mayo, el Día Internacional de los Trabajadores, nuevamente por las calles de las principales ciudades españolas para reclamar la protección de los derechos laborales conquistados. En Madrid, la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC.OO.) y sus líderes, Pepe Álvarez y Unai Sordo, encabezaron la marcha. A ella se han sumado miembros del Gobierno, caso de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de Sumar; Elma Sáinz, ministra de Seguridad Social y representante del PSOE; la responsable de Sanidad, Mónica García, de Más Madrid, y el ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, también secretario general del PSOE-M.

Todos se han dejado ver en la cabecera por un recorrido que, entre otros, les ha llevado por la Gran Vía hasta Plaza de España bajo el lema 'Proteger lo conquistado, ganar futuro'. Se han sumado otros líderes de izquierda de Madrid, como la coportavoz de Más Madrid y líder en la Asamblea, Manuela Bergerot. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, participó en Sevilla, mientras que la ministra de Educación y Portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, lo hizo en Zaragoza. Ambas como secretarias generales del PSOE en Andalucía y Aragón, respectivamente.

En concreto, entre las reivindicaciones ha estado la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Esta semana, estaba previsto que el Consejo de Ministros aprobase el martes pasado enviar el proyecto de ley para esa rebaja al Congreso de los Diputados para su debate. El apagón generalizado aplazó ese asunto a esta próxima semana. Está por ver las dificultades que tendrá el Ejecutivo para sacar adelante la legislación, dado que tanto PP como Junts, que serían clave por separado de quebrarse la mayoría parlamentaria de Sánchez, son bastante díscolos, al igual que la Patronal.

En declaraciones previas a la marcha, Álvarez reclamó el apoyo en las Cortes a la reforma, porque lo contrario sería "absolutamente impresentable" y un "timo a la democracia" que se impidiese ese debate. "No se trata de aprobar el proyecto de ley tal y como va, sino de ver que el Parlamento atiende a una demanda de cerca del 70% de los ciudadanos y ciudadanas que queremos reducir el tiempo de trabajo". Espera que esto no lleve a la rivalidad entre Gobierno y oposición.

Sordo, por su parte, instó a los partidos a no "cometer el fraude de ley que supondría no tomar en consideración el acuerdo alcanzado por las organizaciones sindicales y el Gobierno". En añadido, Díaz, impulsora de la medida desde dentro del Gobierno, considera que aún queda "margen de negociación" por delante. "Absolutamente", insistió ante los medios, afirmando que negocian "con discreción" con partidos como Junts. "Este va a ser el último 1 de Mayo que tengamos una jornada laboral máxima de 40 horas en nuestro país. Ya no hay vuelta atrás", recalcó, añadiendo que se va a "acompañar a las pequeñas empresas" en esta transición.

Además, en esta jornada, se pide que el Gobierno y los empresarios se reúnan para abordar la reforma del despido improcedente para que cumpla con lo fijado en la Carta Social Europea. Actualmente, el despido está topado a 33 días por año trabajado y hasta 24 mensualidades frente a los 45 días y 42 mensualidades previas a la reforma del PP en 2012. Sobre este asunto, Sordo afirmó que "no puede ser que cada vez sea más barato el despido" y que "siga siendo la fórmula habitual con que las empresas se conducen ante la crisis o ante las dificultades".

Ambos abogaron por la subida de salarios "en los convenios colectivos", porque "las empresas se están forrando", y en "seguir avanzando en derechos para tener una sociedad más justa". Aunque la jornada transcurrió con normalidad, tanto UGT, CC.OO. como la vicepresidenta Díaz, denunciaron el rechazo del Ayuntamiento de Madrid a la concesión de una tarima para la atención a medios de comunicación. Está previsto que Álvarez y Sordo intervengan al final de la marcha.

Sánchez se reivindica ante su militancia

A principio de la jornada, Sánchez mostró en redes su "orgullo socialista" en la celebración por defender "el trabajo digno, la igualdad y los derechos sociales". La que "siempre ha sido nuestra bandera".

Al mismo tiempo, Sánchez envió una carta a la militancia reivindicando su "hoja de servicios" en materia laboral. "Te pido que la exhibas (..) porque has contribuido a hacerla posible desde la militancia que compartimos", señala en la carta Pedro Sánchez, quien también se refiere en su cuenta de X a la que dice ha sido siempre la bandera de los socialistas, "defender el trabajo digno, la igualdad y los derechos sociales". En la misiva, el secretario general de los socialistas repasa los pasos datos por su Ejecutivo en materia laboral, que según dice son las razones que les convierten hoy en "inspiración y referencia para fuerzas progresistas del mundo entero".

Destaca, entre ellas, precisamente, la aprobación la próxima semana por el Consejo de Ministros de la reducción de la jornada laboral y "una garantía más efectiva del derecho a la desconexión". Subraya también la "decisiva" contribución de los sindicatos mayoritarios y del diálogo social para todas las medidas adoptadas para "la dignidad laboral y la mejora de las condiciones" de trabajadoras y trabajadores.

Y todo ello -apostilla- frente a "los dogmas que condenaron a la precariedad y la pobreza laboral a millones de compatriotas en la década pasada." "Hoy sabemos -afirma- que los salarios podían crecer sin comprometer la competitividad de nuestras empresas. Que la temporalidad no era un mal inevitable. Que era posible tener pensiones dignas, garantizando a la vez la sostenibilidad del sistema. O que la brecha salarial que sufren las mujeres podía revertirse si se tenía la determinación real de hacerlo".

No obstante, reconoce que "queda mucho por hacer", y más -apunta - "cuando emergen discursos reaccionarios que persiguen hacernos retroceder en derechos, con el argumento falaz de que son insostenibles o que atacan a las personas migrantes". Ello cobra mayor relieve, además, ante la "guerra arancelaria", que califica de "injusta e injustificada" y que ha abierto "unilateralmente" la nueva administración estadounidense. Por eso, mantiene que España defenderá siempre la respuesta unida de toda Europa, con la mano tendida a la negociación y la defensa de empresas y trabajadores.