Los eurodiputados elegidos por la lista de Se Acabó la Fiesta, Diego Solier y Nora Junco, dos y tres respectivamente, han recurrido a una consultora privada para gestionar el choque público con su excompañero de filas Luis Pérez, más conocido con Alvise. Ello, tras las insinuaciones, primero, por supuesta corrupción e influencia de un grupo de interés armamentístico en sus votaciones en la Eurocámara, y, después, por "las mentiras" vertidas por el sevillano en redes sociales. Al menos así lo indican ambos cargos. Al no disponer de un aparato político detrás, al presentarse tanto Solier como Junco con una agrupación de electores, ambos europarlamentarios han buscado asesoría externa para lidiar con la crisis.

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Se trata de Fortius Consulting, cuyo fundador y CEO desde 2015 es Juan Ángel Soto, quien entre 2021 y 2023 ocupó la dirección del Área Internacional de la Fundación Disenso, el think tank de Vox. Hay que destacar que la rivalidad entre Alvise y el partido de Santiago Abascal es máxima en estos momentos, y viene de lejos, al menos desde 2022, tras una disputa por asuntos personales que distanció al agitador y ahora político de los ultraconservadores. De hecho, recientemente, Abascal afirmó que siente tristeza por quienes han confiado en Alvise. Lo tachó de ser un "fake".

Sobre Fortius, fuentes conocedoras del asunto, en contacto con El Independiente, alejan cualquier influencia del partido de Abascal en esta operación pese a esas tensiones. Explican que el resultado de la contratación de Solier y Junco es consecuencia de la red de contactos tejida durante años entre Soto y el espacio de la derecha alternativa internacional. Especialmente su proximidad al Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), la antigua familia europea de Vox.

Ese vínculo con el espacio ideológico se certifica al observar algunos trabajos previos. Por ejemplo, Fortius se encargó de organizar y coordinar el año pasado la Cena de la Libertad del Instituto Juan de Mariana, una gala que se centró en la entrega del premio del fundador al presidente argentino Javier Milei. Ello, un par de meses después de que en Vistalegre, en la cumbre europea de Vox, el dirigente arremetiese contra Pedro Sánchez y su esposa hasta el punto de derivar en una crisis diplomática entre ejecutivos.

ECR y la CPAC, los puentes

Fuentes al tanto de este asunto acreditan que el contacto entre consultora y eurodiputados se estableció "hace tres meses" aproximadamente. Transcurrió en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) de Washington, a finales de febrero. Allí Soto coincidió con Solier, se conocieron y conversaron. La dureza de Alvise ya contra él y su compañera, llevó posteriormente a contratar sus servicios. No fue inmediato, dado que todo "se ha gestado con tiempo", se reafirma.

La presencia de Soto y Solier ha quedado acreditada en las redes sociales. El 21 de febrero, el eurodiputado escribía en X: "Días intensos en Washington DC asistiendo al evento CPAC con mis compañeros de ECR. Mucho por hacer en Europa para no perder el ritmo que marca quien lidera el mundo libre". Junco no acudió con la delegación de ECR.

Solier conoció a Soto en las jornadas de trabajo de ECR con distintos socios en la CPAC de Washington, la primera tras la nueva victoria de Donald Trump

Soto, al contrario, no era primerizo en este tipo de eventos. Compartió su asistencia a Washington esos días, así como su presencia en un foro sobre el futuro de las relaciones EEUU-UE. El consultor simpatiza con la corriente, y por su papel previo en Disenso, que le permitió establecer contactos en el espacio, tanto con ECR como con los promotores de la CPAC a nivel global, participó, al menos, en la edición mexicana de 2022 y la húngara de 2023 en representación de la fundación de Vox. De hecho, también ha participado en conferencias de ECR-Eurolat, de cara a Iberoamérica y mantiene vínculos con entidades ligadas al Gobierno de Viktor Orbán como el Centro de Derechos Fundamentales, con sede en Madrid y afín a Disenso.

Originario de Murcia, y nacido en 1992, es graduado en empresariales, Derecho y Ciencias Políticas. Imparte clases de Teoría Política en la Universidad de Navarra. Ahora se deja ver distintas conferencias de ECR, en defensa de las tesis de Trump en Europa, bajo la percha de "Make Europe Great Again". También en apoyo al partido rumano AUR tras la prohibición de participación electoral del prorruso Călin Georgescu. El propósito: "aportar ideas y estrategias para enfrentar los retos de Europa junto a los líderes internacionales destacados".

El abanico de ámbitos de trabajo de Fortius es amplio. Entre ellos está el de "diseños de estrategias de comunicación y de gestión de crisis". Según ha podido saber este medio, Solier se interesó por los servicios de la consultoría después de la cumbre trumpista, cuando las tiranteces con Alvise eran claras y el distanciamiento era una realidad. Especialmente, Solier y Junco no querían dejarse ganar la batalla comunicativa, que por parte de Alvise consiste en abonar el desprestigio y en el linchamiento digital a través de sus seguidores contra ambos.

Fuentes de Fortius, en conversaciones con este periódico, niegan que detrás de este asesoramiento y colaboración con los dos eurodiputados haya un objetivo político. Se desligan de Vox y de cualquier interés ajeno a dar servicio a sus clientes. No se aclara, pese a todo, si ECR ha mediado para el establecimiento de relaciones o fue, simplemente, fortuito en la CPAC. Sí se recalca que Soto y Fortius, como negocio, viene colaborando con distintas sensibilidades del espacio ideológico del centroderecha y la derecha. Incluido aquellos próximos al PP. Se hace hincapié en su paso por la Fundación Civismo, que lideró entre 2018 y 2021, que "está más vinculada al PP", aunque a su ala más dura, en todo caso, junto a FAES o similares. La línea moderada que marca Feijóo está desplegada en Reformismo21.

Con Civismo han colaborado desde Cayetana Álvarez de Toledo a Daniel Lacalle, que fue jefe de estrategia. El exconsejero de Hacienda de Isabel Díaz Ayuso, Javier Fernández-Lasquetty, es uno de sus patronos. Entre otros, en el Consejo Asesor están el exdirector de la Agencia Tributaria con José María Aznar, Ignacio Ruiz-Jarabo, el ex gobernador del Banco de España con el PP, Luis María Linde, o el consejero del supervisor y alto cargo en Exteriores con Mariano Rajoy, Fernando Eguidazu. De hecho, el economista Javier Santacruz saltó de Civismo a Reformismo21 como asesor.

Además de insistir en su independencia, desde Fortius trasladan, además, que no tienen nada que ver con las acciones legales que están estudiando tanto Solier como Junco contra Alvise, que podrían articularse en torno a un delito de difamación, calumnias o ataque al derecho al honor. Se desconoce si ambos eurodiputados están utilizando servicios jurídicos de ECR o han buscado, igualmente, apoyo externo.

Hacer frente a los ataques de Alvise

Como ha podido confirmar este diario, el inicio del choque entre Alvise con sus eurodiputados se produce a finales de enero, un par de semanas después —y tras pedir en verano el ingreso formalmente— de que ECR admitiese en el grupo europeo a Solier y Junco, y dejase a Alvise fuera por sus problemas judiciales en España por presunta corrupción y financiación ilegal. De hecho, el Tribunal Supremo abrió a principios de abril una causa contra el eurodiputado por estos y otros motivos, como estafa, apropiación indebida, blanqueo de capitales y falsedad documental. Después de su paso previo por la Audiencia Nacional.

Hay que recordar que en el último cuatrimestre del año pasado el empresario de criptomonedas Álvaro Romillo, investigado por la estafa piramidal de Madeira Invest, denunció que pagó en metálico 100.000 euros a Alvise para financiar la campaña electoral de las europeas y bajo la promesa de hacer presión desde Bruselas una vez contase con escaño para fomentar legislaciones favorables en España para el negocio del dinero digital. Alvise, lejos de negarlo, lo reconoció y se parapetó en la necesidad de recibirlo como cualquier otro autónomo por "servicios prestados" —indeterminados— para no depender de la vida política ni verse influido. De ahí el veto posterior de ECR.

La confesión de Alvise, sobre el cobro de 100.000 euros en negro para financiar la campaña europea alejaron a Solier y Junco del proyecto

Ese giro de los acontecimientos llevó a Solier y a Junco a un repliegue progresivo. Si ya desde el principio faltaba sintonía, dado que Alvise buscaba la inmunidad ante las numerosas causas judiciales ya abiertas, este acontecimiento hizo que ambos se centraran en trabajar bajo los criterios de ECR. No querían verse salpicados. Se adaptaron igualmente a la dinámica de votaciones. En febrero, tras la consulta de las actas de votación, se percibe como Solier ya votaba distinto que Alvise en el 50% de los plenos. Esa dinámica se repite por parte de ambos respecto a Alvise en marzo, y en abril no se coincide en alrededor del 40% de las votaciones. Hay que señalar que Alvise se ausenta a un tercio de las votaciones en lo que va de año. Es el que menos se persona de los tres.

Por otro lado, mientras Alvise se ha esforzado por hacer ruido en Bruselas desde una posición irrelevante mientras se nutre del Parlamento Europeo, los eurodiputados han intentado normalizar su situación y socializar con miembros del PP y el PSOE. Esta situación en la que queda no ha gustado al sevillano. "Me encantaría que diesen explicaciones", demandó Alvise en un evento con streamers de su ramo, añadiendo la posibilidad de que Solier y Junco hayan "sido comprados". "Están traicionando a más 800.000 españoles", añadió, aludiendo una supuesta votación a favor del rearme europeo que no fue así.

Hay que aclarar que Alvise votó a favor de algunas votaciones de enmiendas orientadas a ese rearme, como el apoyo militar a Ucrania. Luego votó en contra del texto en su conjunto el 12 de marzo. Coincidió en algunas posiciones con Solier y Junco, que se adhirieron al voto similar que el partido de Meloni y finalmente se abstuvieron al rearme en su totalidad, no se posicionaron a favor, como dice Alvise.

Mientras Alvise reivindica que las actas le pertenecen como líder de SALF y amaga con perseguir a Solier como ejemplo de deslealtad —no queda claro por qué no incluye en sus ataques a Junco—, desde el entorno de los eurodiputados se cree que Alvise también se ha alejado de las promesas a sus electores, principalmente del combate de la corrupción. Todo al aceptar "el maletín" de Romillo. Alvise ha llamado a sus seguidores a increpar a ambos tanto "si alguien los ve en la calle o en un bar". A exigirles que renuncien al acta para que corra la lista.

Alvise promete continuar sus ataques al menos contra Solier. No entró "en política para cubrir al que nos falle, porque entonces no cambiaremos nada y seríamos como todos los demás". Ante eso, Fortius está asesorando a ambos sobre el camino a seguir. Ante los insultos en redes, Solier se cerró su cuenta hace dos semanas. Ahora la ha reabierto, quizá aconsejado por la empresa. De momento no se aprecia ningún tipo de campaña en redes, lo que da a presuponer que la estrategia es más a la defensiva que al ataque. Ambos se centran en trasladar algunos extractos de su actividad en Bruselas.

Sí es cierto que empiezan a dar entrevistas en medios para defenderse. A El Independiente, brevemente, Solier trasladó que "todo lo que está diciendo Alvise es una mentira detrás de otra". Junco, en El Mundo, afirmó recientemente que desde que estalló el caso de CryptoSpain Alvise "empezó a hacer cosas raras". "A veces decía barbaridades, como que todos los eurodiputados somos drogadictos. No puedes decir, eso. Hacía acusaciones a parlamentarios muy serias", le reprocha.

Esperan a que se le pase "la rabieta" a Alvise, mientras, frente a las acusaciones de corrupción, reivindican que su paso a política no ha sido por dinero: "Tanto Diego como yo venimos de la empresa privada, yo me ganaba mi dinerito, y no necesitábamos esto". También esperan a que pase la tormenta, cargada de acusaciones en sus perfiles como la de "traidores". Hasta ahora mantenían una vida discreta, pero decidieron abrirse para que los votantes conociesen su actividad.

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