El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se anticipó este lunes ante los suyos para marcar el objetivo que debe tener el partido presente de cara a su nuevo congreso extraordinario. Esté es el de ser alternativa al actual Gobierno de Pedro Sánchez, por encima de enfrentamientos internos entre las distintas sensibilidades del partido. Se mostraba tajante: el congreso será abierto y en él habrá amplia capacidad de debate. "No escondemos las diferencias, el debate nos hace más fuertes", apreció el dirigente en abierto frente a su Junta Directiva Nacional (JDN), el máximo órgano entre congresos que en la previa al del 4, 5 y 6 de julio celebraba su última reunión para cerrar los detalles de la convocatoria.
El popular ya sabe que habrá debate ideológico en cuestiones morales como el aborto, la eutanasia y la gestación subrogada, aunque en su entorno prefieren que se priorice lo táctico, con lo que puedan hacer frente de tú a tú a Sánchez en las próximas elecciones. Entre los posicionamientos claves para tejer el itinerario a seguir, queda pendiente dejar constancia sobre qué tipo de acuerdos está dispuesto a asumir el PP para alcanzar la Moncloa si por su propio peso carece de posibilidades. Tocará definir si se opta por avanzar hacia el centro, con una propuesta muy moderada con el que abrirse al votante socialista desencantado, o si, por el contrario, se escora a las siglas hacia la derecha, para intentar ampliar la base de voto conservador. También si se quiere contar —dentro del marco constitucional que rige al partido— por abrirse a pactos parlamentarios con Junts y el PNV.
Por ahora, los pasos dados hacia el congreso apuntan hacia una perspectiva moderada de cómo Feijóo quiere redefinir al partido. Si bien se ha dado voz a la corriente más conservadora, dejando la presidencia del Comité de Organización del Congreso (COC) en manos de Alfonso Serrano, el número dos de Isabel Díaz Ayuso —quien tiene los posicionamientos más duros en inmigración o sobre el aborto—, a nivel político, es el ala más moderada el que se encargará de estructurar y definir el contenido ideológico. Este lunes la JDN aprobó que ese papel lo asumirán el presidente andaluz y del PP-A Juanma Moreno, su homólogo en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, la eurodiputada Alma Ezcurra y la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca.
El perfil de los propuestos por Génova es, a priori, una declaración de intenciones. Se opta por el ala más moderada, por perfiles europeístas y por aquellos que están más ligados al ámbito local. Internamente, en el entorno de estas personalidades se asume la dificultad de la tarea asignada. Son figuras que si bien han llegado a acuerdos con Vox en el pasado, defienden un entendimiento externo y puntual sin entrar en su juego. Chueca gobierna en solitario en Zaragoza aunque llega a acuerdos con Vox. Mañueco fue el primer barón que descorchó la dinámica de pactos en 2022, pero con quien más tiranteces ha tenido el PP en la escala autonómica. Y Moreno, pese al apoyo externo ejemplifica un rumbo autónomo. Él mismo viene preparando el terreno desde hace semanas en distintos foros públicos y privados. Considera que la mejor fórmula que puede seguir el PP es el del centrismo, su estrategia que le dotó de la primera mayoría absoluta andaluza hace tres años.
Moreno Bonilla no cree que el PP esté condenado a un pacto irremediablemente con Vox para llegar a Moncloa. "Creo que no debemos perder mucho tiempo con ellos", aseguró en una entrevista reciente en Onda Cero. Cree que hay una alternativa intermedia que permite ampliar fronteras al partido, nutriéndose de una base de descontentos con la actuación del sanchismo hasta la fecha. Apunta a que hay huérfanos por adherir que ni Sánchez ni mucho menos Santiago Abascal serán capaces de movilizar. Este lunes, en esa dirección se movieron presidentes autonómicos. Incluso Mañueco, que a su entrada a la JDN reivindicó poner a punto a un PP que sea reconocible por sus valores, de "base amplia" y que tenga una hoja de ruta autónoma.
El PP ha ahondado en el entendimiento con Junts y PNV en el Congreso siempre que hay cuestiones económicas de fondo. Vox azuza las diferencias con Feijóo
El mismo Moreno Bonilla fue el que a principios de año, además, invitaba al PP a "no aislarse" en el Congreso y a abrirse a consensos con grupos nacionalistas como el PNV o independentistas como Junts siempre que hubiese puntos de encuentro en común. Especialmente económicos. "Más allá de [Carles] Puigdemont" y siempre que no se entrase en el juego de dependencia y dinámica de cesiones del actual Ejecutivo nacional con los posconvergentes. Los que apoyan esta apertura han comprobado como el acercamiento a Vox es incompatible con un entendimiento con los de ahora Aitor Esteban y Puigdemont. Entre otros, por el afán de ilegalización que tienen los ultraconservadores para con sus siglas. Lo comprobó el propio Feijóo en su investidura fallida de 2023.
En esta nueva etapa post procés, el PP en el Congreso ha comprobado la capacidad de entendimiento con ambos partidos en el plano económico. Hay quien aspiran a normalizarla incluso. Entre los consensos más sonados, están la supresión del impuesto a la banca en diciembre, en contra del interés de PSOE y Sumar. También hay afinidad respecto a la okupación y por extender la vida útil de las nucleares, y en cuanto al modelo energético. Y recientemente, hay un aval de los posconvergentes a la proposición de ley 'anti-Tezanos' en el Parlamento. Incluso las posiciones son similares en cuanto a la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas y media. Se rechaza sin un acuerdo amplio con la patronal, porque creen que será lesiva con los autónomos y las pymes. Desde el grupo de Junts, hay quienes creen posible establecer una agenda de mínimos, pero ven al PP "dormido".
Feijóo garantiza que el PP va a "mojarse"
A sabiendas de que este será uno de los debates clave del próximo congreso, y para no descentrar del foco la apuesta a punto del PP frente al Gobierno, de cara a unas próximas generales, con Andalucía y Castilla y León como posible anticipo, Feijóo ha querido adelantarse a las especulaciones zanjando que todo asunto divergente entre sectores del partido será abordado en el cónclave. Prometió que el partido "se mojará" en todos los aspectos. "La unidad no se impone, se construye. El debate nos estimula y nos ilusiona", aclaró Feijóo, que hasta la fecha ha intentado un equilibrio tanto con Vox, desde los múltiples acuerdos territoriales —ya frustrados— hace dos años, hasta con Junts y PNV para su investidura fallida en septiembre de 2023.
Con el PNV el PP de Feijóo es con quien peor lo ha llevado, al verse incapaz de reestablecer relaciones pese a un intento con Ortuzar en octubre de 2022 que no salió bien. Las tensiones parlamentarias no han ayudado. Con choques entre el portavoz Miguel Tellado y el ya exportavoz Esteban. La oposición a la devolución del palacete parisino expropiado al PNV durante la dictadura marcó un antes y un después, de hecho, en esas relaciones. Está por ver cómo se reconducen. En el PP hay voluntad, pero aseguran que el PNV está volcado con Sánchez por oportunismo al mismo tiempo que creen que traicionan a sus principios por ir de la mano con partidos como Podemos o Sumar. "Sus votantes no lo entienden", aseguran figuras populares.
Llamativo es que en esa ponencia política no haya un representante de confianza de Ayuso. Incluso ella misma. Eso desconcierta al ala más liberal. Precisamente el más abierto a entenderse con Vox y marginar a Junts o al PNV. Se apuesta por coquetear con algunos postulados de los de Abascal, compartidos antaño por el PP de José María Aznar. Además, por dar la batalla cultural a la izquierda. Algo que pasa por una postura que Moreno Bonilla no ha priorizado para su éxito en Andalucía. Todo, eso sí, con voluntad de tener proyecto autónomo. Pero se cree que ya es muy complicado seguir creciendo por el centro y que debe ser la prioridad mostrar al exvotante del PP ahora integrado en Vox que el partido vuelve a ser la "casa de todos". Esperanza Aguirre así lo ha verbalizado recientemente.
Vox cree el congreso del PP "quedará en nada"
Este lunes, mientras Feijóo se posicionaba frente a los suyos, desde Bambú, la sede nacional de Vox en Madrid, su portavoz nacional, Juan Antonio Fúster, trasladaba la posición de su partido respecto a la asamblea de los populares. A juicio de Vox, este congreso "se va a quedar en nada". No creen que sirva para acercar posiciones entre formaciones. Al contrario, creen que "será para pensar cómo hacernos oposición", dijo Fúster. Éste hizo hincapié en los "vaivenes" de los populares hasta el día de hoy. "Jamás ha habido un PP útil", definió el portavoz, por lo que creen que el PP que saldrá del proceso a mediados de julio supondrá "otra decepción" más para los votantes.
Las relaciones entre partidos vienen siendo complicadas. Aún queda por delante los pactos de presupuestos autonómicos en enclaves como Aragón, Extremadura, Murcia o Baleares, y fuentes territoriales implicadas en estos procesos ven "complicado" que lleguen a buen puerto.
Que se enmendarán las posiciones que salgan de la ponencia política sobre este asunto se da por descontado. Pero incluso los más favorables a ello garantizan que se llegará a un punto de entendimiento. "El debate será abierto para que cada uno de su punto de vista", comentaba un destacado representante popular antes de la JDN, en la que intervinieron desde Moreno a Ayuso o Jorge Azcón. Incluso Carlos Mazón, a quien se le augura una salida tras el congreso de julio. De hecho, el PP valenciano ha quedado excluido del reparto de competencias para este cónclave.
Los plazos para ese debate de ideas
Al igual que para la ponencia política, la ponencia estatutaria también se caracteriza por estar liderada por perfiles de ese ámbito moderado. Estará coordinada por el presidente de Murcia, Fernando López Miras, la extremeña María Guardiola, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera [uno de los cargos a los que el partido mandó a sondear a Junts para la investidura de Feijóo] y la alcaldesa de Santander Gema Igual.
En la organización del congreso el peso de Madrid y Andalucía, así como el de Galicia, quedan patentes. Se confía en históricos como Alberto Durán [letrado del PP en el caso Koldo] en cuanto a servicios jurídicos o Juan Carlos Vera para supervisar el debate de estatutos. También en la veteranía de figuras como el diputado José Antonio Bermúdez de Castro para la coordinación de enmiendas.
Según los plazos trasladados por Génova, el 16 de junio se procedería a elegir por votación a los compromisarios territoriales que votarán tanto al nuevo líder del PP —no se espera que compita nadie contra Feijóo— como las dos ponencias. Feijóo de hecho ha querido aglutinar en un documento todo lo programático, a modo de compromiso electoral. Un compromiso que en la última JDN se ha comprometido a cumplir. También a nivel ideológico. Pesa mucho aún en el PP que Rajoy centrase sus dos gobiernos solo a la economía. Fuentes conocedoras de los trabajos de ponencia pronostican que será a partir de entonces cuando se empiece a abordar ambos documentos con mayor dedicación. Por el momento no ha habido ningún contacto inicial entre los designados por Feijóo.
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