El Ministerio del Interior y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) han detectado que los servicios de espionaje rusos colaboran de forma estrecha con el crimen organizado en España. Las unidades de información e investigación han visto que se han creado sinergias que favorecen a ambas partes.

Así se desprende del Informe de Seguridad Nacional presentado esta semana en el Congreso de los Diputados, y que analiza las principales amenazas a las que se enfrenta España. Como en los últimos años, los mayores peligros a los que se enfrenta nuestro país vienen a consecuencia de la guerra en Ucrania. Rusia, y sus aliados, son los agentes que representan más riesgos tanto a nivel nacional como europeo.

En el apartado del crimen organizado, destaca una apreciación que no se había dado hasta ahora. "Se ha advertido que determinados Servicios de Inteligencia Hostiles (SIH) estarían utilizando y apoyándose en estructuras criminales para el desarrollo de acciones que obedecen a sus intereses, facilitando, así, la comisión de actividades ilícitas a gran escala".

Más dificultades

Las organizaciones se han internacionalizado tanto que sus contactos y redes alcanzan ya a los servicios secretos de otros países. El tráfico de personas, de estupefacientes, armas o el cibercrimen ha permitido "armonizar los medios y capacidades de la esfera criminal y de los SIH". Esto hace más difícil rastrear a los actores implicados. Saber quién se dedica a qué resulta más difícil.

El informe detalla que, a raíz de la guerra, se han producido "importantes cambios" en la criminalidad organizada, especialmente la que opera tanto en Rusia como en Ucrania. Según la inteligencia española, las "estructuras de poder rusas" están aprovechando "los recursos, relaciones, sectores de influencia y canales" en los que operan las mafias en nuestro país.

"Para darles soporte, además de continuar con sus actividades tradicionales, las organizaciones criminales colaboran realizando movimientos de dinero, de bienes y servicios para evadir sanciones, así como participando en actividades de sabotaje".

Asesinatos de alto nivel

La relación que hace la inteligencia española se ha publicado un día después de que asesinasen en Madrid a Andriy Portnov, un abogado ucraniano prorruso que asesoró al expresidente Víctor Yanukóvich, cercano a Moscú. El hombre, de 52 años, estaba escondido en España. ya que en su país se le acusaba de delitos económicos y de alta traición por su sintonía con Vládimir Putin.

Portnov recibió cinco tiros por la espalda cuando dejó a sus hijos en el colegio americano de Pozuelo de Alarcón, en la capital. Un hombre, delgado y alto, con chándal oscuro y una riñonera naranja, le asaltó antes de que entrase en su coche, un Mercedes de gama alta. Después huyó por un descampado cercano y al cierre de esta edición estaba siendo buscado por las autoridades.

La Policía Nacional ha asumido la investigación. El Grupo V de Homicidios y la Brigada Provincial de Información (BPI) se han hecho con las pesquisas. Según fuentes de la investigación, creen que el individuo podría haber recibido ayuda de, al menos, otras dos personas para salir del lugar del crimen.

Hipótesis

Como ha informado El Independiente, la principal hipótesis es que se trate de un ajuste de cuentas del crimen organizado. Pero el informe de Seguridad Nacional apunta a que detrás de este tipo de asesinatos, aunque lo efectúen sicarios, pueden estar servicios de inteligencia. En el caso de Portnov, podría ser tanto Rusia como Ucrania. Por ese motivo, fuentes del CNI señalan que están colaborando "en temas de fuentes por ser quién es y por si estuviese la inteligencia metida". Aunque añaden: "Pero casi todo lo lleva la Policía".

El asesinato de Portnov es todavía un misterio. Los rusos, aseguran fuentes especializadas, asesinan a los suyos en el extranjero. Pero asesinar a un ucraniano, por mucha tendencia hacia Moscú que tuviese, es escalar el conflicto en un territorio OTAN. En otras ocasiones, los investigadores españoles han mirado hacia otro lado, en una suerte de dejar que cada uno limpie sus trapos sucios.

Es el caso de Maxim Kuzmínov, un piloto ruso que fue acribillado a tiros en La Vila Joiosa (Alicante) en febrero de 2024 tras desertar del combate para entregarse al Ejército ucraniano. Poco o nada se sabe de aquel suceso.