Han pasado cinco días desde que salieran a la luz audios de una militante del PSOE, Leire Díez, en busca de pruebas para dañar a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Desde entonces, los agentes están esperando explicaciones, o al menos una defensa, por parte de los máximos responsables del Cuerpo. Pero sólo han recibido el silencio por respuesta.

"El silencio es atronador", resume una de las fuentes consultadas. Ni la directora de la Benemérita, Mercedes González, ni el director adjunto operativo (DAO), Manuel Llamas, han salido a defender a los mandos a los que la fontanera socialista ha querido "matar" civilmente. Sus objetivos eran el teniente coronel Antonio Balas, que dirije las investigaciones más sensibles para el Gobierno y la familia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el capitán Juan Bonilla, que ahora trabaja en la Comunidad de Madrid y del que creen ayudó en la confección de la denuncia que inició el conocido como caso Koldo.

Las fuentes consultadas se mueven entre la estupefacción, el desaliento y el desánimo. "No salimos de una sorpresa a otra. Cada día pasa una nueva. Nos reímos porque si no lloramos", resume un mando. Nadie se explica cómo ni González ni Llamas han salido a hablar todavía. La primera, cargo político y con carné del PSOE, ni si quiera ha tenido agenda pública.

Sólo el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha hecho una escueta defensa de los investigadores. Fue el pasado martes, en el Consejo de Ministros: "Tengo la máxima consideración de la UCO, conozco su profesionalidad. Actúan bajo las directrices de las autoridades judiciales y del fiscal". Desde entonces, nada.

Falta de mandos

Sobre todo duele la falta de uniformados. Una fuente autorizada recuerda que cuando dimitió la anterior jefa del Instituto Armado, María Gámez, cuatro tenientes generales, el escalafón más alto, salieron detrás en la foto. La política dejó el puesto por una investigación de corrupción que salpicó a su marido. Los mandos aparecieron de uniforme, con todas las estrellas sobre los hombros.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) están "esperando" el "posicionamiento de la institución". "Se está degenerando, y con ello la democracia". Ante el "ataque frontal al buen trabajo de la UCO, ¿nadie va a defenderla?", se preguntan desde la asociación. Reclaman la aparición de Mercedes González, pero "sobre todo" la del DAO.

En la misma línea, preguntada por este periódico, se posiciona Jucil. "No entendemos que nadie haya salido a defender a la UCO, a su gente. Pero es que tampoco sabemos dónde están, no aparece nadie". Desde Independientes de la Guardia Civil (IGC) piden una "aclaración insittucional" ante lo que se ha conocido respecto a la fontanera del PSOE y los investigadores. "No buscamos explicaciones políticas, sino un respaldo claro a la labor de una unidad clave en la lucha contra el crimen".

Comunicado conjunto

En los primeros compases de toda esta crisis, las asociaciones lanzaron un comunicado conjunto. Primero para trasladar todo el apoyo al teniente coronel Balas, y segundo para denunciar el intento de manchar la reputación de la UCO. "Púnica, Lezo, Taula, Villar, Diana Quer, Gabriel Ortiz, El solitario, Lupin el Ciberestafador... Son algunos de los numerosos casos que esta Unidad ha resuelto con éxito en sus 37 años de historia", apuntó el texto.

"Los resultados de sus actuales investigaciones, en las que han salidoalaluzciertos implicados, son los que han puesto a esta Unidad en el ojo del huracán, conataques furibundos que pretenden desprestigiar su trabajo y su reputación, así comosuescrupuloso respeto al Estado de Derecho", continuó.

Las asociaciones no han estado solas. Todos los sindicatos de la Policía Nacional han mostrado su solidaridad con los agentes de uniforme verde.