No hubo desembarco. La “Marcha por la Libertad de los Presos Políticos Saharauis”, que hace dos meses partió de Francia y ha recorrido España en las últimas semanas para denunciar la situación de los activistas encarcelados en Marruecos, quedó bloqueada en el interior de un ferry bajo una atmósfera densa de vigilancia, intimidación y control.
El grupo de catorce personas, liderado por la activista francesa Claude Mangin-Asfari, esposa del preso político saharaui Naâma Asfari, embarcó el sábado por la tarde en el puerto de Tarifa rumbo a Tánger. Sabían que cruzar la frontera sería el mayor reto del trayecto, pero pocos imaginaron el nivel de acoso al que serían sometidos incluso antes de llegar a territorio marroquí.
"Nos grabaron uno por uno"
“En el aparcamiento del puerto ya había un todoterreno negro esperándonos. Varios hombres marroquíes nos observaban con actitud inquisitiva. Uno de ellos, vestido de civil, nos grabó uno por uno”, relata Mangin a El Independiente. Dentro del barco, la sensación de cerco se hizo más evidente. Hombres jóvenes, bien vestidos, comenzaron a vigilar sus movimientos. “No disimulaban. Nos grababan con el móvil, nos seguían con la mirada. Era evidente que no eran pasajeros comunes”.
Los integrantes de la delegación, que incluían a cuatro representantes políticvos —dos concejales franceses y dos diputados regionales de Izquierda Unida en Extremadura—, fueron fotografiados sistemáticamente. “Uno de ellos nos tomó fotos a todos mientras estábamos sentados”, denuncia Mangin. Las sospechas no tardaron en confirmarse. Al llegar al puerto de Tánger, subió al ferry un agente marroquí. “Hubo discusiones entre ellos. Esperaban órdenes. Nos retuvieron mientras el resto del pasaje desembarcaba. No nos dejaron movernos del asiento”.
El grupo permaneció bloqueado a bordo del ferry, rodeado por personal que evitaba cualquier explicación. “Nos mantuvieron allí hasta que no quedó un solo testigo en el barco”, explica Marian Roncadio, miembro de la Asociación Burgalesa de Amigos del Pueblo Saharaui, en declaraciones a Efe. “Después, sin mediar palabra, el ferry partió de nuevo hacia Tarifa. No se nos entregó ningún documento. No hay rastro oficial de nuestra expulsión”.
El Frente Polisario denuncia la expulsión
El Frente Polisario ha calificado la actuación marroquí de “grave” y “sistemática”, denunciando el uso de métodos coercitivos para evitar que los activistas llegaran a su destino: la prisión de Kenitra, donde permanecen encarcelados los 33 presos políticos saharauis. El viaje pretendía, precisamente, documentar su situación, respaldada por informes de la ONU que alertan de “condiciones inhumanas” en los centros de detención marroquíes.
Mangin, que ya fue expulsada de Marruecos en varias ocasiones anteriores —en una de ellas, mantuvo una huelga de hambre de 30 días en 2018—, denuncia una vigilancia que va mucho más allá del control fronterizo. Su teléfono fue infectado con Pegasus, el software israelí que Rabat ha utilizado para espiar a disidentes y activistas, según múltiples investigaciones.
La marcha, iniciada el 30 de marzo en Ivry-sur-Seine (Francia), recorrió más de 3.000 kilómetros a través de Francia y España. A su paso, fue recibida por ayuntamientos, sindicatos, universidades y parlamentos autonómicos. La última parada europea fue Algeciras, donde centenares de personas despidieron al grupo en un acto celebrado en la Plaza Alta.
“No se trata solo de impedirnos entrar. Se trata de borrar nuestra existencia. Sin papeles, sin grabaciones, sin testigos”, resume Mangin. A una periodista que los acompañaba la obligaron a borrar el contenido de su teléfono móvil. “Nos han silenciado antes de que pudiéramos hablar”, sentencia.
"Esta expulsión no sorprende ni al Frente Polisario ni a la organización de dicha marcha. Sin embargo, una vez más queda patente la vulneración sistemática de los derechos del pueblo del Sahara Occidental por parte de Marruecos", denuncia el comunicado. "Ante lo acaecido, instamos tanto a las organizaciones del Estado español como a las de ámbito internacional dedicadas a la promoción y defensa de los Derechos Humanos; a exigir a Marruecos la inmediata liberación de los presos políticos saharauis", agrega.
"El Polisario, por su parte, seguirá denunciando la ilegalidad de estas detenciones y exigiendo la liberación inmediata de todos los presos políticos saharauis, cuyo único delito cometido ha sido el defender el derecho legítimo a la autodeterminación e independencia del pueblo del Sahara Occidental", concluye la nota.
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Marruecos e Israel comparten crímenes de Estado, ocupaciones ilegales de territorios y una obsesión: evitar a toda costa testigos indeseables que luego puedan denunciar ante la opinión pública internacional la brutal represión que ejercen sobre el pueblo palestino y el israelí, respectivamente.
Israel no permitió la llegada a sus costas de la flota de la libertad, y Marruecos ha impedido que esta delegación pisara Tánger.
Me pregunto cuál será la respuesta del Gobierno y del resto de partidos políticos españoles ante esta flagrante vulneración de derechos.