El ya ex empleado especial y asesor del presidente estadounidense, el empresario Elon Musk, ha vuelto a estallar este martes en redes sociales contra la ley ómnibus de Donald Trump que está a punto de terminar su paso por el Congreso del país. En varias publicaciones en su red social, X, Musk ha dicho que ya no puede "aguantarlo más" y que la ley "es una abominación asquerosa" que va a "disparar masivamente el ya gigantesco déficit" y va a "llevar a Estados Unidos a la bancarrota".

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Musk recibió de Trump el encargo de recortar el gasto público estadounidense y para ello creó el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), tarea a la que el empresario se ha dedicado durante los últimos cuatro meses, hasta el pasado viernes. Ni Trump ni Musk han sido explícitos sobre por qué el hombre más rico del mundo se aparta ahora de un propósito que pretendía que le llevase años conseguir, pero es evidente el descontento de Musk con los últimos pasos del presidente estadounidense.

"Lo siento, pero no puedo aguantarlo más. Esta ley del Congreso de gasto masivo, indignante, rellena de cerdo es una abominación asquerosa. Qué vergüenza me dan los que han votado a su favor: sabéis que lo habéis hecho mal. Lo sabéis", ha escrito el empresario. "Disparará masivamente el déficit presupuestario que ya es gigantesco sumándole 2,5 billones de dólares (!!!) y cargará sobre los ciudadanos estadounidenses con una deuda aplastantemente insostenible".

La Cámara de Representantes estadounidense -en inglés, la House, una de las dos cámaras que componen el Congreso junto con el Senado- aprobó hace dos semanas la ley ómnibus de Donald Trump, con la que el presidente conseguirá implementar buena parte de las medidas de su agenda. El magnate consiguió su objetivo por solo un voto y después de tener que acudir en persona al Capitolio para tratar de convencer a los republicanos díscolos, que no veían claro dar su visto bueno a una ley que aumentará el déficit y la deuda, ya en terreno pantanoso.

Las estimaciones apuntan a que la ley sumará alrededor de 2,3 billones de dólares a la deuda a lo largo de la próxima década, según cálculos de la Oficina de Presupuestos del Congreso estadounidense. En consecuencia, el bono a 30 años cotizaba esta mañana al 5,15%, su máximo desde octubre de 2023, muy cerca de su máximo desde 2007 y 0,7 puntos por encima de su mínimo de abril, una subida descomunal en un periodo tan corto de tiempo. Una semana antes, la agencia de calificación Moody's rebajó la nota que otorga a la deuda pública estadounidense, que perdió así el último sobresaliente que le quedaba después de que Fitch y Standard & Poor’s optasen por lo mismo hace años.

La ley implica un mayor gasto en el Ejército y en la seguridad de la frontera, así como importantes bajadas de impuestos, y ese aumento en el gasto se financiará, en parte, con recortes de Medicaid, el programa que garantiza la sanidad a los más vulnerables; con recortes en los programas de asistencia alimentaria, en educación y en energías limpias, además de aumentando el déficit. En otro análisis del Congreso, se apunta que la ley empeorará las condiciones de los estadounidenses más pobres mientras que aupará a los más ricos. Según el mismo estudio, alrededor de 10 millones de estadounidenses dejarán de tener seguro médico.

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