Ceuta lleva una semana siendo testigo de la llegada irregular de menores extranjeros a través de sus costas. Los jóvenes se tiran al agua con el sueño de llegar a España en busca de un futuro mejor. Los guardias civiles reclaman más medios para poder rescatarlos de manera segura.

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La climatología ha ayudado a que los menores se lancen al agua. Las fuentes consultadas señalan que en los últimos días el mar ha estado en calma, ha habido niebla y ha hechomucho calor. "Eso es lo que ha empujado a echarse al agua para cruzar a nado a numerosas personas", apuntan.

El peor día fue la madrugada del martes al miércoles. Un centenar de personas intentaron entrar en la ciudad autónoma. Algunos de ellos fueron acercados hasta la zona por pequeñas embarcaciones de pescadores marroquíes, que realizan estos traslados a cambio de dinero.

La asociación Jucil ha solicitado más medios para el rescate de inmigrantes en Ceuta, como respuesta a la presión migratoria y a la evidente carencia de recursos operativos para garantizar una vigilancia fronteriza eficaz.

Creciente prisión migratoria

La situación actual en Ceuta muestra una presión migratoria creciente y sostenida, especialmente durante los meses de verano. La mayoría de las entradas se producen en oleadas y muchas de ellas implican a menores no acompañados.

La gran mayoría intentan cruzar desde la playa de Castillejo, que es la más próxima a Ceuta, mientras algunos lo intentan desde Beliones, que es la zona próxima a Benzu en la bahía norte, donde las corrientes son más fuertes. En su mayor parte van equipados con trajes de neopreno y aletas y pueden llegar a estar hasta cinco horas en el mar y a cinco millas de la costa. Normalmente llegan extenuados físicamente y con síntomas de hipotermia debido al tiempo que pasan en el agua y a la temperatura.

Guillermo Lorenzo, secretario de Jucil en Ceuta, destaca que ahora en verano la Guardia Civil realiza diariamente y de forma continua rescates acuáticos, tanto de día como de noche, sin que el Ministerio de Interior todavía no nos haya reconocido como profesión de riesgo.

En este contexto, señala que los guardias se exponen a muchas horas embarcados navegando de una bahía a la otra, con riesgo de caída al mar o ser golpetados al intentar recogerlos, ya que muchos no se dejan ayudar por miedo a ser devueltos. A estas dificultades se añade la oscuridad en las actuaciones nocturnas, ya que deben acercarse al nadador a ciegas, siguiendo indicaciones del personal de tierra que los guía con las cámaras térmicas.

En este contexto, la falta de medios humanos y materiales compromete la capacidad de actuación de los agentes, pone en riesgo su integridad y dificulta la respuesta frente a situaciones de presión migratoria, especialmente por vía marítima.

Siete menores el jueves

Al menos una decena de personas, siete de ellos siete menores de edad, llegaron en la madrugada del jueves a Ceuta a través del espigón fronterizo del Tarajal en la tercera noche consecutiva intentos de entrada por mar en medio de un gran despliegue policial.

Según informó EFE, las entradas se registraron a lo largo de la madrugada de este jueves por la bahía sur de la ciudad después de que decenas de personas se arrojaran al agua ayudados por neumáticos en las inmediaciones de la población marroquí de Castillejos, colindante con la frontera ceutí.

El amplio despliegue llevado a cabo por la Marina marroquí así como por la Guardia Civil abortó la mayor parte de estos intentos de entrada, aunque se tiene constancia de que al menos una decena de personas consiguió llegar.

En el grupo había siete menores marroquíes, los cuales serán acogidos por el servicio de Menores del Gobierno ceutí que ya tiene censados a más de 450 menores, lo que supone una sobreocupación del 414%. 

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