Podemos llamó este jueves a boicotear las etapas que restan de La Vuelta Ciclista a España. A la movilización social en sectores como el cultural y el deportivo. Arnaldo Otegi, líder de EH Bildu, aplaudió ese mismo sabotaje que los manifestantes vascos, críticos con la participación de Israel, acababan de protagonizar en la etapa que cerraba en Bilbao el miércoles. Era la undécima y no se pudo completar a pocos kilómetros de la meta. Desde otros sectores del espacio, el socio minoritario del Gobierno, Sumar, se muestra más moderado con el asunto, no llama a impedir el transcurso de la competición, pero sí coincide con el resto de fuerzas en que debe expulsarse al equipo Israel Premier-Tech.
Para los morados, la actuación de esos manifestantes les supone un "orgullo", porque "hay que impedir que Israel compita". Es un "auténtico ejemplo de dignidad" por parte de la sociedad vasca. La Vuelta está "blanqueando" el "genocidio" de Israel sobre Palestina y concretamente Gaza al permitir la participación del equipo. "Me parece muy triste que haya [...] quien diga que se está estropeando" la competición "mientras a diario se están asesinando a miles de personas", expresó el portavoz y secretario de Organización de Podemos, Pablo Fernández, en una entrevista en Cuatro. Abogó por que este tipo de boicots a la competición si la representación israelí se mantiene.
Otegi, tras el altercado y la suspensión de la carrera, celebró en redes sociales que Euskadi volvía a "demostrar que es un referente a escala mundial en la lucha por los derechos, la solidaridad y la libertad de los pueblos", apoyando esa interrupción de la etapa y clamando por Palestina y un "País vasco liberado". Más tarde, la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, durante una entrevista en Cadena SER, justificaba lo sucedido sin hablar de La Vuelta. "Lo que hemos visto es el compromiso de nuestro país frente al Genocidio. Hemos visto que la gente está con el pueblo palestino, con la legalidad internacional y con los derechos humanos", afirmó.
La Vuelta no puede ejecutar una expulsión
Pese a la presión política sobre la responsabilidad de La Vuelta, lo cierto es que la organización, como tal, no puede proceder a expulsar al equipo israelí porque se ha ganado de acuerdo a las normas. Otro asunto sería si fuesen un equipo invitado. Solo lo puede hacer la Unión de Ciclistas Internacional (UCI). Es la que tiene potestad al ser el órgano rector y por ahora no está por la labor de ejecutar esa decisión. De hecho, después del altercado, en el que los manifestantes conforme se elevó la tensión pasaron a enfrentarse al cordón policial —a los 30 km de la meta se colocó una pancarta amplia en medio de la carretera obstaculizando lo sucedido—, la UCI publicó un comunicado reafirmando el "compromiso con la neutralidad política, la independencia y la autonomía del deporte, de conformidad con los principios fundacionales del Movimiento Olímpico". Y, con ello, rechazando tomar cualquier medida con los israelíes.
La otra opción es que el propio equipo Israel-Premier Tech dé ese paso, pero es algo que no se contempla. En un comunicado posterior, el miércoles, afirman ser "profesionales" que van "a competir hasta el final". No quieren asentar un precedente "peligroso" que perjudique la competición. Óscar Guerrero, el director del equipo, de hecho, afirma que hay que tener en cuenta los contratos y que de su trabajo dependen unas 180 familias. "Hay que estar en nuestra posición, si abandonamos aquí, en cada carrera seríamos objetivo y nos tendríamos que bajar en todas partes. Sería el cierre del equipo", trasladó a los medios ayer por la tarde.
Desde la organización de La Vuelta, su director técnico, Kike García, animó tras lo sucedido a que los propios ciclistas tomasen la iniciativa. "Es el momento de que las familias implicadas tomen una decisión. Nosotros, los organizadores, no podemos. Intentemos entre todos forzar la situación. Solo hay una solución, y eso pasa por que el equipo de Israel se dé cuenta de que estando aquí no facilita la seguridad de los demás", pero en vista de las declaraciones anteriores, esa opción no está sobre la mesa. Hay que contemplar que de marcharse sin más y sin permiso de la UCI, el equipo podría enfrentarse a sanciones.
Sí cabe la posibilidad de negociarlo con el órgano rector, pero desde Israel-Premier Tech se mantienen en su compromiso de continuar. La UCI solo podría tomar unilateralmente una decisión si se produce una situación de dopaje, por ejemplo. En declaraciones ante los medios, el director de la escuadra israelí. Pese a que La Vuelta también pasa por Galicia o Cataluña, no han trascendido valoraciones del BNG al respecto, aunque el compromiso con Gaza es claro. Sí de los comunes, aunque más orientadas a las sanciones a Israel o el embargo comercial.
A la derecha del tablero, tanto nacionalista como estatal, sí se han pronunciado en contra de esa interrupción de la etapa, tanto desde el PNV como el PP. El lehendakari, Imanol Pradales, pese a definir como "injustificable" las actuaciones de Benjamin Netanyahu y no cuestionar el derecho de protesta, entiende —así lo trasmitió RNE— como "nada edificante" lo sucedido. Que las protestas pasen a ser "algo incívico y poco pacífico". "Se puede mostrar indignación sin poner en riesgo la seguridad no solo de ciclistas, sino de todas las personas que estaban", precisó.
El PP, en palabras de su número dos, Miguel Tellado, es una "temeridad" poner en riesgo esa seguridad. "Se traspasaron líneas que nunca se deben pasar", expresó también en TVE. En la misma línea, los populares creen que "todo el mundo tiene derecho a expresar sus opiniones [...]. Toda protesta es legítima. Siempre y cuando no ponga en riesgo o amenace la seguridad o el desarrollo de pruebas deportivas". Para el secretario general del PP, las imágenes "no son razonables" porque dañan "la marca España".
Israel, eje de competencia entre Sumar y Podemos
Además del camino para los Presupuestos, el gran marco dialéctico a la izquierda del PSOE está siendo Israel y la agresión a Gaza desde el inicio de la semana. El martes, a la vuelta al ciclo ordinario de sesiones del Congreso, tanto Verónica Martínez Barbero, portavoz de Sumar, como Ione Belarra, secretaria general de los morados, marcaron posiciones y entraron a saco en ese asunto que preocupa a una buena parte de la izquierda. Se hace por conciencia ante lo que está sucediendo, pero de fondo hay una competencia clara por asumir el relato más crítico con el PSOE sobre este asunto.
Este miércoles los magentas anunciaron cinco peticiones a los socialistas dentro del Gobierno: sanciones a Netanyahu y a tres de sus ministros, además de declararles personas 'non grata'; retirada de la embajadora en Tel-Aviv; cese de las relaciones diplomáticas, comerciales, educativas o de cualquier otra índole; embargo del material bélico que pase por los puertos o aeropuertos españoles, y aprobar definitivamente la prohibición de compraventa de armamento israelí. Pese a esas reclamaciones, en Sumar no ponen condiciones de no verlas satisfechas.
Desde la V Asamblea de Podemos, donde los morados renovaron cúpula y reafirmaron a Belarra, junto al rearme, la defensa de la causa palestina ha sido troncal. Cuando saltó el escándalo por los contratos israelíes del Gobierno a través de Interior y Defensa, en marzo, cuestionaron la autoridad de Sumar dentro del Ejecutivo. Sin mencionarles, Belarra aseguró que si estuviese en el Gobierno, ya habría salido. Ahora, los morados evitan entrar en confrontación directa con los magentas. Consultadas fuentes de Podemos, éstas evitan entrar en ese choque. Se apela directamente al PSOE en el Gobierno: "Nos dirigimos a ellos desde el primer día".
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