El discurso del Rey Felipe VI sobre Gaza desde la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU) en la tarde del martes —hora española— volvió a levantar ampollas dentro de un sector de Vox, que denota una pulsión antimonárquica o al menos antifelipista desde el inicio de la legislatura. Casi en consonancia con la consolidación del dominio del partido por la corriente más ultraderechista frente a la ultraliberal ya depurada. La amnistía marcó el inicio. Primero, dejándose ver algunos de los perfiles más juveniles del partido junto a otros participantes más extremistas en las protestas de Ferraz, contra Pedro Sánchez, portando banderas rojigualdas con el escudo real extirpado.

El asunto se azuzó el verano pasado después de que el Congreso de los Diputados aprobase definitivamente la ley y ésta pasara al BOE. La portavoz parlamentaria de Vox, Pepa Millán, aseguró que "los españoles nos sentimos abandonados" y pidió "una respuesta de la Corona" después de que "Sánchez haya obligado al Rey a firmar" la norma. Equilibró para no entrar a cuestionar la figura del monarca, y no detalló que tipo de respuesta demandaba a Felipe VI y por extensión a los jueces. El Rey no puede negarse a refrendar una norma que emana del Parlamento.

Días después, Bambú echaba el freno y se focalizaba contra el Gobierno. La calma volvió hasta diciembre de 2024, cuando después del discurso de Navidad del monarca, Vox mantuvo silencio oficial mientras el resto de partidos trasladaban sus valoraciones. El año anterior, los de Abascal sí lo hacían. En ese discurso, Felipe VI valoró cuestiones que chocaban con el argumentario de Vox.

Principalmente, la inmigración. "Es un fenómeno complejo y de una gran sensibilidad social [...] sin la que no podrían explicarse las sociedades del presente, abiertas e interconectadas", dijo el jefe del Estado. Hay que abordarla "con el reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece", se posicionó, aunque destacó la necesidad de una "gestión adecuada" para la "cohesión social". Por otro lado, ensalzó la reforma constitucional del artículo 49 que se hizo en enero de 2024 por consenso de PSOE y PP. Se congratuló por esa capacidad de consenso que para Vox "quiebra el principio de igualdad".

Figuras del ámbito más duro de Vox retratan al Rey como alguien dependiente de Pedro Sánchez por calificar de 'masacre' lo que vive Gaza

Ahora Gaza y el discurso del monarca ante la ONU vuelve a abrir otra grieta entre la Corona y una parte del partido de Abascal, donde una corriente, la más dura, retratan a Felipe VI como alguien dependiente de la voluntad de Sánchez. Todo, pese a que el partido, tiene el respecto y apoyo a las instituciones del Estado como uno de sus principios fundacionales desde 2014.

En su comparecencia de veinte minutos, el Rey no adoptó el término "genocidio" para referirse a lo ocurrido en Gaza como sí emplea el Gobierno, al menos la parte de Sumar, incluso antes de que una comisión de investigación encargada por la ONU así valorase las acciones de Israel en territorio palestino. Sí usó la palabra "masacre", algo que la semana pasada utilizó Alberto Núñez Feijóo durante el control al Gobierno en el Congreso. Solo por ello, en Vox apreciaron que el PP entraba en el marco discursivo de Sánchez.

"No podemos guardar silencio, ni mirar hacia otro lado ante la devastación, los bombardeos, incluso de hospitales, escuelas o refugios; ante tantas muertes civiles o la hambruna y los desplazamientos forzosos". "Son actos aberrantes que están en las antípodas de todo lo que este foro representa: repugna a la conciencia humana y avergüenzan al conjunto de la comunidad internacional". Según ha trascendido, el discurso fue elaborado conjuntamente por Zarzuela y el Gobierno, como se acostumbra en este tipo de actos. Casa Real decidió omitir "genocidio". Pero para figuras dentro de Vox, el monarca, por sus palabras, que siguen una línea moderada y de consenso se arroja a los brazos de Sánchez.

Pese a entrar en ese mismo marco "sanchista" que Vox le reprocha a los populares, de forma oficial el partido no quiso hacer valoraciones del discurso del monarca. La encargada en posicionarse públicamente fue Millán el miércoles. En una declaraciones en el Congreso, la portavoz parlamentaria de Vox consideró que no les "corresponde opinar" sobre el discurso. Sí cargó con todo contra Sánchez, acusándolo de condicionar a la Corona. "Lo que sí digo es que el Gobierno se está afanando por asaltar todas las instituciones. Tenemos un presidente que quiere ser Rey, y mientras no lo sea, va a hacer todo lo posible por arrodillar a las instituciones ante sus pretensiones y politizarlo absolutamente todo", explicó Millán.

Fuentes de Moncloa niegan esta versión de Vox. Si bien el Gobierno, independientemente del color supervisa los discursos del monarca para que haya sintonía, no se condiciona el discurso. "El Rey dijo lo que quería libremente", señalan estas fuentes, reconociéndose que personalmente eligió referirse a la cuestión palestina como "masacre". Desde Casa Real, aseguran que el objetivo es integrador ante las distintas sensibilidades de la sociedad española. Es una práctica que viene dándose desde hace décadas. También durante el anterior reinado. Aunque el rechazo al sanchismo por parte de Vox arrastra indirectamente a Felipe IV a ese conflicto cultural con la izquierda y a la vez con el PP. En definitiva, se lanza la idea de un Rey sin perfil ni criterio propio.

X como foro para las críticas a Felipe VI

Ese tic antifelipista aflora por oleadas en una parte de Vox, no es continuado. Puede señalarse a ese ala más radical del partido, la de raíces falangistas o la social-patriótica que se vincula más a las filas juveniles de la entidad. Aquella que coquetea sin menor pudor con otras figuras de la extrema derecha o con integrantes de organizaciones neonazis como Núcleo Nacional.

Públicamente, hay dos representantes de la primera línea de Vox que se han referido claramente a la cuestión. El primero es el eurodiputado Hermann Tertsch —al tratarse de política internacional—, que retrató a un Rey al que el Gobierno, "dentro de su programa de destrucción de la Corona", "le ha colado" la lectura de "un panfleto socialista, globalista y totalitario". "Este año el felón ha preferido manchar al Rey poniéndole sus palabras en la boca", dijo Tertsch obviando que cotidianamente van los jefes de gobierno. Felipe VI acudió solo en 2014 —por su inicio de reinado— y en 2016 por la inestabilidad política. Esta es la primera vez que va con Sánchez. En informaciones de 2014, se hace hincapié en que Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría "ya supervisan" el discurso.

Pero la principal crítica del dirigente europeo de Vox, vicepresidente de Patriots, de hecho, fueron las del día posterior a ese discurso, el jueves 25, cuando denunció la sintonía de Felipe VI y Sánchez, que aparecen en una fotografía tomada durante la apertura de la asamblea, el día de antes de la intervención del monarca, el martes 23. Insistió en atacar al "lamentable discurso del Rey" y "las risas cómplices" entre ambos personajes.

A Girauta cada vez se le hace más difícil de justificar que alguien que no cree en algo se avenga a defenderlo. Cree que el Rey o bien valida sus palabras o quiere caer bien a la izquierda dando por hecho el respaldo de la derecha

Su compañero de escaño en el Parlamento Europeo, Juan Carlos Girauta, escribía una columna de opinión en El Debate. "Cada vez se me hace más difícil justificar que alguien que no cree en algo se avenga a defenderlo". Girauta daba a entender que el Rey o bien realmente valida lo dicho, o está empeñado "en caer bien a la antidemocrática, sectaria e intratable izquierda española a costa de seguir decepcionando a una derecha que da por descontada". "Está siendo un error", añadía. Tanto Tertsch como Girauta, mantenían en cierto modo la posición de Bambú, culpando a Sánchez aunque dejando un poso contra Felipe VI por, en definitiva, no asumir su criterio dicotómico, de apoyo total a Israel frente al otro lado, donde Vox solo habla de Hamás.

Asesores del círculo europeo de Vox, también en Madrid, azuzaban esa idea 'antifelipista' dando repercusión a los mensajes de Tertsch o directamente a distintos perfiles fake o anónimos que no escondían el rechazo directo al monarca. "'El Rey no puede hacer nada'. Lo que sí podría es no reírse con el que tiene al lado. Son los dos igual de traidores", reposteaba en redes uno de los asesores de Jorge Buxadé en la Eurocámara.

La cosa no quedaba ahí. En Vox, distintos dirigentes o diputados, lamentaban que se advierta del crecimiento de la ultraderecha y por el contrario en la ONU se blanquee al nuevo presidente sirio, el exyihadista de Al-Qaeda, Ahmed al Sharaa. Al fotografiarse con el Felipe VI, cuentas próximas al partido lo cuestionaban. Ese mismo asesor del jefe de la delegación de Vox en Bruselas compartía otro tuit: "Felipe VI posando con un miembro de la organización terrorista que según la versión oficial asesinó a 193 personas en Madrid en el 11-M de 2004. No me consta que ningún medio español lo haya sacado, pero sí viviéramos en un país normal esta imagen podría costarle la abdicación".

Asesores de Vox repostean insultos al monarca en X. Militantes juveniles, próximos a Revuelta y a la corriente social-patriota, afirman que Felipe VI ya no tiene su respeto

Desde las juventudes del partido, por la facción murciana, uno de los principales rostros tuiteros de las movilizaciones en Torre Pacheco, ligado a Revuelta —un satélite juvenil de Vox— y a ese socio-patriotismo, escribía del Rey: "Cuando se trata de defender la destrucción de nuestra civilización, le falta tiempo para salir a pasarse la neutralidad por el forro. Han perdido nuestro respeto".

Desde Murcia se posicionaba contra el discurso del Rey Luis Gestoso, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de la capital y el único miembro del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) que lo hacía, aunque sutilmente. Repostaba el tuit de la cuenta 'Universitarios Católicos' en la que comentaban: "Felipe VI se vuelve abortero en la asamblea de la ONU: 'España aspira a seguir siendo un referente global en la lucha por los derechos sexuales y reproductivos". Más allá del discurso político sobre Gaza, se extiende ese cuestionamiento a temas de la moral.

Luis Gestoso es el único integrante de la dirección que abiertamente critica al Rey por convertirse en un abortero

Uno de los concejales de su grupo, José Garré, se quedaba con la imagen con Sánchez. Compartía una publicación del periodista Luis del Pino, trabajador de Radio Libertad, del Grupo Intereconomía ligado a Vox en la que mencionaba sentir "tristeza". A su vez, el comentario del periodista reposteaba la foto de Sánchez y el monarca que publicaba la asociación proisraelí Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM) con el comentario "uña y carne". Otros perfiles próximos a Vox, como el presidente del lobby ultracatólico Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, afirmó tras el discurso que "a Su Majestad Felipe VI" lo ha "abducido Sánchez".

Alvise lidera la crítica al régimen del 78

La posición de Vox frente a la Corona aún está muy lejos de la de Alvise y su partido Se Acabó la Fiesta (SALF), que presentará oficialmente el 12 de octubre en Vistalegre. Sobre todo porque el votante de SALF, de entre 18 y 40 años, se define como antisistema y por ende rechaza la monarquía y las instituciones tejidas desde la Transición. El rechazo al jefe del Estado no es nuevo, sino que permite a Alvise, con un discurso calcado, diferenciarse de Vox.

El año pasado, a raíz de la amnistía, dijo: "Si el Rey firma algo que es contrario al marco constitucional, no está cumpliendo su tarea". "¿Para qué sirve el Rey?", añadió, insinuando que debería haber tomado medidas como la disolución de las Cortes o abdicar en lugar de sancionarla.

Su discurso en la ONU ahora no pasó desapercibido. Alvise, en su canal de Telegram, mezcla la foto con Sánchez y el discurso del monarca dando a entender que se produce el mismo día. "Ambos han mantenido encuentros privados y momentos de relajación y risas tras el discurso en el que ha apoyado la política internacional de Sánchez", criticó Alvise para tensionar a sus seguidores. Saltaron inmediatamente por centenares de comentarios distribuidos entre insultos, cuestionamientos o emojis a modo de reprobación. "Una imagen vale más que mil palabras", decía uno. "Tienen al Rey drogado", añadía otro. "Maricones de mierda" o "a por ellos" eran otras de las expresiones utilizadas por sus seguidores.

La dinámica polarizadora de la que se nutren, entre otros actores, los partidos de extrema derecha y de derecha populista en España no casan con el fin principal que tiene el jefe del Estado: cohesionar y representar al mayor número de ciudadanos posibles.