A 24 horas de que se produzca el debate de investidura de Juanfran Pérez Llorca, que opta a la presidencia de la Generalitat valenciana en sustitución a Carlos Mazón tras su dimisión, Vox sigue sin revelar su sentido del voto. Tampoco el PP apunta a que esté todo atado, más allá de trasladar puntualmente que las conversaciones van bien después de casi tres semanas de diálogo. Dos semanas de forma oficial. Aunque fuentes de la formación popular sí prevén que finalmente Pérez Llorca salga investido este jueves en primera votación, sin necesidad de alargar el trámite para volver a priorizar la reconstrucción post dana, el propio Santiago Abascal aboga por mantener el suspense.
Incluso el dirigente de Vox abre la puerta a que su formación mantenga silencio hasta que concluya el discurso de investidura de Pérez Llorca. Sobre la mesa, aseguran fuentes del PP, estaría ya todo definido. Pero Abascal quiere oír "atentamente" el pronunciamiento del candidato para comprobar si adquiere "los compromisos" exigidos por Vox, de los que vienen "hablando estos días". Que los diga "de viva voz ante todos los españoles". Si lo hace, "podremos apoyar esa investidura", afirmó Abascal durante una entrevista este martes en Antena 3. "Nos interesa esa posición. Luz y taquígrafos ante todo el mundo", expresó.
En ese sentido se manifestó su segundo, Ignacio Garriga. El vicepresidente y secretario general de Vox es quien tutela el diálogo con el PP valenciano, de hecho. "Esperamos que en ese discurso se recoja todo lo que hemos hablado a lo largo de estos días. Que se asuman los compromisos para que de una vez por todas se defienda el interés de los valencianos", afirmó en unas declaraciones a medios desde Barcelona. "Estaremos muy atentos", insistió, casi comprometiéndose a "votar en consecuencia" si el PP se inclina hacia esos postulados.
Vox votará en consecuencia la investidura valenciana si Pérez Llorca se compromete en su discurso con las exigencias hídricas, frente a la inmigración ilegal y fiscales
Las exigencias estarían definidas y suscritas sobre el papel. Pero al igual que Mazón tuvo que comparecer posicionándose en contra de la inmigración ilegal, de seguir recibiéndola, y con un firme rechazo a seguir la agenda climática, como el Pacto Verde europeo para conseguir sacar adelante los presupuestos de la reconstrucción, ahora Vox quiere ese compromiso en las mismas Corts valencianas.
Entre las peticiones hechas al PP valenciano estaría la exigencia al Gobierno central para la construcción de infraestructuras hídricas como diques y presas para evitar, dice Vox -aunque los expertos no coinciden en su visión-, nuevas muertes o que una circunstancia similar a la dana vuelva a tener tal magnitud. El propio Abascal ahondó en ello tanto en el Congreso como de precampaña en Extremadura. Por otro lado, se quiere un compromiso claro en contra de las políticas migratorias del Gobierno, dejar constancia de que el PP hará todo lo posible dentro de la legalidad para rehuir las acogidas, por ejemplo, de menores extranjeros no acompañados. Así como fomentar las devoluciones con sus familias de origen o avanzar en la prohibición de elementos como el burka o el niqab en los espacios públicos. Esto último ha sido registrado en el Congreso por Vox, y es apoyado por el PP en Barcelona.
Desde el PP no se ve inconveniente en que Pérez Llorca se comprometa a asumir lo pactado con Vox mientras no vaya contra la legalidad
Si no hay nada inasumible en ese acuerdo, y estas cuestiones no lo son, Génova, que debe avalarlo en última instancia, no tendrá reparos en darle el visto bueno. De hecho, hay sintonía con esas dos grandes demandas y no se ve inconveniente en que, al igual que hizo Mazón, Pérez Llorca asuma públicamente y escenifique ese pacto con Vox. Lo que se firme se cumplirá, dicen fuentes populares, que ponen como línea roja todo lo que sobrepase la legalidad y la Constitución Española. Creen que Vox está más en una "pose" electoralista que frente a una decisión aún por tomar. Pero consideran que quiere marcar los tiempos.
Por un lado, el PP ya declaró que esas exigencias hídricas van en la línea de su Plan Valencia, propuesto a principios de año, con 12.000 millones de euros estimados, como horizonte de lo que debería ser la reconstrucción en términos materiales y en cuanto a prevención para el futuro. "Estamos de acuerdo con que esa inversión es necesaria", trasladó horas después de lanzar Abascal esa reclamación el secretario general del PP, Miguel Tellado.
Por otro lado, ese compromiso antiinmigración ilegal y de confrontación con las políticas del Gobierno empieza a verse con cuestiones como el registro del plan nacional sobre inmigración del PP en el Congreso de los Diputados. Una forma, dicen en Génova, de "abrir el debate" frente a un Ejecutivo que quiere evitarlo, y que a la vez supone un guiño a Vox. Se llevó al Congreso dos días después de la conversación telefónica entre Alberto Núñez Feijóo y Abascal.
De fondo, a lo ideológico, Vox también habría pedido mayores ventajas fiscales. Que se diera un paso más en lo presupuestado y que se trabaje por mejorar la fiscalidad de los valencianos con rebaja de impuestos. Especialmente para los afectados por la dana.
No alargar el asunto con Extremadura de fondo
Aunque a priori se apuntaba a la posibilidad de que Vox decidiese torpedear el diálogo con el PP y exigir máximos para llegar al menos a una segunda investidura tras las elecciones en Extremadura, del 21 de diciembre -permitiendo recrudecer el tono en campaña-, todo parece abocar a un desenlace rápido. Para dedicarse íntegramente a la competencia electoral, pero al mismo tiempo sin alargar medidas que aún estar por aplicarse en la Comunidad Valenciana.
Vox cree que no lo entenderían los votantes. Además, existe la posibilidad de que un enrocamiento beneficie y movilice a la izquierda, sobre todo si hay margen de convocatoria electoral anticipada. Fuentes del PP recalcan ese compromiso con un pronto desenlace. Niegan que se busque seguir una senda electoralista, de bloquear a conciencia cualquier entendimiento. Ello, aunque en el caso del permitiría reivindicar a Feijóo junto a María Guardiola que el PP tiene esas líneas rojas. En todo caso, desde Génova se indica que "no nos movemos analizando todo en clave demoscópica". "Nos movemos en Valencia porque hay gente aún teniendo que vivir con sus familiares, al haberse quedado sin casa. Tanto si hay o no acuerdo, éste tendrá impacto electoral", se argumenta.
A la espera de comprobar qué hace Vox y, de darse, cuál será el pacto, la investidura no cerrará un ciclo para el PP valenciano. Quedará por delante resolver la situación en la que queda el aparato regional. Si hay una sucesión en la Generalitat según plazos, todo parece encaminado hacia un liderazgo de Pérez Llorca temporal hasta la celebración del congreso del partido, o bien el control bajo una gestora. De lo contrario, el PP entra en un horizonte menos claro, copado con distintas citas electorales en el calendario que dificultarían dedicar notable atención al asunto.
Mientras Valencia se convierte en terreno de diálogo, Extremadura, en campaña, y Aragón, se convierten en centro de batalla entre Vox y el PP. En la segunda comunidad los ultraconservadores se negaron a negociar nada con el PP. Ante la incapacidad de sacar nuevas cuentas, Jorge Azcón intentará reconducir en la próxima semana la relación con Vox. De lo contrario, Aragón irá a adelanto de autonómicas.
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