"Su comportamiento destilaba misoginia y baboseo en cada comentario disfrazado de broma que hacía. Su lenguaje era hipersexualizado hasta para dar los buenos días. Salía del baño que tenía en su despacho a medio vestir y no se subía la cremallera hasta que estaba cerca de tu cara (porque tú estabas sentada y él de pie)". "Llegaba por la mañana y te decía el buen culo que te hacía ese pantalón o te pedía que le enseñaras el escote". Son dos testimonios de las dos mujeres que denunciaron por los canales internos del PSOE el presunto acoso sexual al que fueron sometidas cuando su jefe era Paco Salazar, el dirigente sevillano que hasta el pasado julio era un alto cargo de la Moncloa, secretario general de Coordinación Institucional. Conductas que este martes la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, tachó de "vomitivas".
Las dos denuncias fueron presentadas en julio en el buzón antiacoso del PSOE, pero desde entonces no se había avanzado un solo paso en la instrucción de ambos expedientes. De hecho, a las mujeres ya no les aparecían en pantalla los casos que ambas habían reportado, algo que Ferraz achacó a una "interrupción momentánea del acceso al canal de comunicación por parte de las denunciantes anónimas". La dirección aseguró este lunes, tras la publicación de lo ocurrido por elDiario.es, que la investigación seguiría adelante pese a que Salazar, uno de los dirigentes de mayor confianza de Pedro Sánchez en este último año, se dio de baja la semana pasada como militante.
Pero el escándalo creció en las últimas horas cuando el mismo periódico publicó el escalofriante contenido de esas denuncias. "Él sabía cuándo te incomodaba y lo disfrutaba manifiestamente —apuntaba una de esas mujeres—. Cuando le llevabas un trabajo para que lo viera, decía que ahora es cuando él le ponía 'una mijita de su polla'".
Salía del baño que tenía en su despacho a medio vestir y no se subía la cremallera hasta que estaba cerca de tu cara", dice uno de las denunciantes
Esta mujer también describía cómo el sevillano utilizaba su posición de poder frente a sus subordinadas: "Sí, si le ponías límites, pagabas las consecuencias. De repente, no tenías nada que hacer porque te sacaba de los proyectos. O llamaba a reuniones a todo el equipo y tú te quedabas fuera. O te gritaba sin ningún motivo delante de todo el mundo diciendo que habías hecho o dicho algo mal". Salazar renunció al cargo que le había ofrecido el presidente en su nueva ejecutiva, el de segundo adjunto a la Secretaría de Organización, y a su puesto en la Moncloa el pasado 5 de julio, antes del arranque del decisivo comité federal que siguió a la caída de Santos Cerdán. El dirigente lo hacía después de que el mismo elDiario.es publicase que había sido acusado de "comportamientos inadecuados" hacia varias mujeres.
Alegría calificó las conductas descritas por las denunciantes como "vomitivas" cuando fue preguntada por los periodistas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. A partir de ahí, la portavoz insistió en que el partido y el Gobierno habían actuado. "Se le cesó de manera fulminante", dijo, aunque en aquel momento, en julio PSOE y la Moncloa aseguraron que él había sido el que había pedido ser apartado.
La portavoz agregó que existe en el Gobierno —desde 2024— un protocolo de actuación frente al acoso sexual y que, tal y como se explicó en su momento tras la salida de Salazar, "se mantuvo una reunión con los trabajadores y las trabajadoras para que, desde la empatía, desde el más absoluto respeto a su anonimato" supieran que la Moncloa es un "espacio seguro para poder llevar a cabo cualquier tipo de denuncia". "Y también les tengo que decir que desde el primer momento aquí en la Moncloa nunca se ha recibido por ninguno de los canales ninguna denuncia, ni tampoco por los canales anónimos que saben que que existen", añadió. También destacó que, como ayer hiciera la portavoz del partido, Montse Mínguez, la investigación en el seno del PSOE no ha concluido por mucho que él ya no sea militante, por lo que el procedimiento sigue abierto.
La portavoz recuerda que ya se mantuvo una reunión con los empleados para que supieran que la Moncloa es un "espacio seguro" para denunciar
Sobre Alegría pesa, sin embargo, una foto inapropiada. El pasado 3 de noviembre, como publicó Artículo14, almorzó con Salazar en un céntrico restaurante de Madrid. Es decir, meses después de que él hubiera salido de la Moncloa y de la ejecutiva socialista precisamente por los comportamientos inadecuados citados por varias mujeres. Al día siguiente se le preguntó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: "Es un encuentro que se circunscribe única y exclusivamente al ámbito personal, con una persona a la que yo conozco desde hace muchos años y a la que no veía desde hace casi medio año. Sin más". Ambos dirigentes son amigos desde hace años. Hoy ella misma era la que calificaba de "vomitivas" las conductas de Salazar.
Fuentes de la Moncloa negaron que el Gobierno haya contrado los servicios del sevillano como consultoría externa. Y añadieron que si se presentan denuncias en por el presunto acoso sexual "se investigarán", aunque ya él no forme parte del Ejecutivo. De hecho, no se descarta que se vuelva a estimular a los trabajadores a que reporten cualquier caso sin miedo y desde la "empatía, la discreción y el anonimato".
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