La XIII Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos, clausurada en Madrid con una decena larga de acuerdos, ha vuelto a servir para proclamar a los cuatro vientos la solidez de una relación “ejemplar” y “extraordinaria” -en palabras del ministro José Manuel Albares- basada en “los principios de transparencia, diálogo permanente y respeto mutuo, así como en el cumplimiento de los compromisos y acuerdos suscritos por ambas partes”. Esas fueron las bases fijadas en la declaración conjunta del 7 de abril de 2022 que sucedió al histórico y unilateral cambio de posición del Gobierno en el conflicto del Sáhara Occidental: "diálogo permanente, ausencia de acciones unilaterales y fin de los hechos consumados".

Más de tres años después, el contraste entre el papel y la realidad se hace más visible allí donde la frontera no es una abstracción diplomática, sino una puerta física: Canarias, Ceuta y Melilla se han convertido a su pesar en el kilómetro cero de los incumplimientos de Rabat, mientras Madrid mantiene su apuesta estratégica por el entendimiento y trata de ensalzar al régimen de Mohamed VI. “España y Marruecos somos países vecinos, amigos y socios”, volvió a decir Albares el jueves tras una 'minicumbre' marcada por la ausencia de los ministros de Sumar, la opacidad -ni rueda de prensa ni declaración institucional- y la brevedad -menos de tres horas-.

Una relación “sin hechos consumados” repleta de hechos consumados

Pedro Sánchez lo dijo en Rabat en 2023 como una suerte de pacto entre dos vecinos no siempre bien avenidos: España y Marruecos evitarían todo aquello que saben que ofende a la otra parte, “especialmente en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía”. En clave realista —y así se interpretó desde entonces—, España no cuestionaría el plan marroquí para el Sáhara Occidental aprobado en 2007, y Marruecos no agitaría la reivindicación sobre Ceuta y Melilla.

El compromiso incluía también la “plena normalización de la circulación de personas y mercancías” y la reapertura —o apertura, en el caso de Ceuta— de las aduanas comerciales. Una promesa que se ha convertido en la piedra de toque del nuevo tiempo bilateral. Pero los territorios que viven de cara a la frontera aseguran que esa normalización no existe. O, peor aún, que es solo “escenificación”.

La operación salida por el puente de la Constitución está provocando este viernes una jornada complicada en el paso fronterizo de Beni-Enzar, la única frontera terrestre operativa entre España y Marruecos en Melilla, con colas interminables de varias horas de espera y una imagen de colapso. | Efe

Melilla: aduana fantasma, economía estrangulada

La popular Fadela Mohatar, portavoz del Gobierno melillense, denuncia en conversación con El Independiente el fiasco de la reapertura de la aduana comercial, cerrada por Marruecos de manera unilateral en agosto de 2018. Los anuncios de Madrid, afirma Mohatar, han sido “intermitentes, deficitarios, incompletos e irreales”.

Los empresarios hablan abiertamente de “tomadura de pelo”. El régimen de viajeros, la única válvula comercial de emergencia, funciona en un solo sentido: de Marruecos hacia España. “No se ha cumplido en ninguno de los términos acordados. Han sido sucesivas las veces que Delegación del Gobierno ha anunciado la reapertura, que ha escenificado un no sabemos qué acto de reapertura de la aduana comercial, pero lo cierto es que estamos igual que cuando se cerró en el primer momento con el agravante de que se ha jugado con las esperanzas y las expectativas de una población que ya de por sí está viviendo un impacto terrible en ese intercambio comercial que nunca ha vuelto a existir”, se queja Mohatar.

Hay una descompensación, una asimetría brutal e insoportable a partir de la cual el tránsito normal de viajero no se cumple. No hay quien entre a Melilla desde Marruecos a comprar lo más mínimo porque las autoridades marroquíes de forma inmisericorde los acosan, los registran y les requisan cualquier cosa que pueda llevar en la mano. Es un maltrato institucional que se le infringe a un país soberano, que le infringe a otro país y ante lo cual la ciudadanía melillense, las familias y las empresas no escucha una voz de defensa por parte de nuestro Estado”, explica la portavoz del Ejecutivo melillense.

Este viernes, apenas un día después de la Reunión de Alto Nivel, la operación salida por el puente de la Constitución ha dejado imágenes de colas interminables en el paso fronterizo de Beni-Enzar, la única frontera terrestre operativa entre España y Marruecos en la ciudad autónoma. “Las colas en el único paso fronterizo al que se han reducido los tres que tenía siempre esta ciudad son interminables, de hasta diez horas de espera”, agrega Mohatar. La conclusión que se repite en la ciudad autónoma es demoledora: “Estamos igual que en 2018, pero con nuestras esperanzas trituradas.”

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares (d), junto a su homólogo marroquí, Nasser Bourita (i), a su llegada a la reunión de alto nivel entre ambos paises, este jueves, en el Palacio de la Moncloa.

Ceuta: entre el “hito histórico” no concluido y la decepción empresarial

En Ceuta, la narrativa oficial del Gobierno de la Ciudad es más prudente: la apertura de la aduana comercial se ha descrito como un “hito histórico”, un paso indispensable para la normalización de la frontera y el tránsito regular de mercancías. Pero el presidente ceutí, Juan Jesús Vivas, ha sido igualmente claro: la aduana no debe convertirse en un “pilar fundamental” de la economía local. Debe complementar un modelo más amplio, “más España y más Europa”, basado en la diversificación, la economía del conocimiento y el turismo.

Decir que la aduana está operativa es una falta de respeto hacia Ceuta y Melilla

Desde el tejido empresarial, sin embargo, el tono resulta rotundo, porque la aduana comercial no está funcionando como tal, impedida por las órdenes de Rabat. Enrique Alcoba, presidente de la la Confederación Melillense de Empresarios (CEME-CEOE), sostiene que no hay nada que celebrar: “No esperamos nada beneficioso o positivo de la XIII RAN. No pasa ningún camión en ninguna dirección”, alega. “Decir que la aduana está operativa es una falta de respeto hacia Ceuta y Melilla”, añade.  Alcoba opina que, si Rabat no acepta la reciprocidad, España debería tener el “coraje” de suspender el régimen o cerrarlo también para la entrada de viajeros procedentes de Marruecos. Y añade otra herida vieja: Ceuta y Melilla jamás han estado representadas en una RAN, pese a ser frontera sur de España y de la Unión Europea.

La patronal denuncia además una asimetría estructural: el régimen de viajeros —clave para el comercio diario— solo se aplica desde Marruecos hacia España, y nunca en dirección inversa. El resultado es competencia desleal y estrangulamiento progresivo. Una táctica que analistas consideran intencional por parte del régimen alauí, para provocar la asfixia económica de unos enclaves que considera propios y que califican de “presidios dignos de ser liberados”.

El establishment marroquí no ha abandonado esta narrativa a pesar del compromiso suscrito de evitar todo lo que ofende a la otra parte. En abril de 2023, meses después de ese pacto, el presidente del Senado marroquí, Enaam Mayara, habló de Ceuta y Melilla como ciudades "ocupadas" por España. Durante un acto público, animó a los marroquíes residentes en España a entrar en los partidos políticos españoles y a participar en las elecciones "para ayudar a acercar las opiniones de los dos países y formar un 'lobby' que ayude a defender todas las cuestiones vinculadas a la patria, Marruecos", en aparente alusión también a la cuestión del Sáhara.

El compromiso verbal de Marruecos de no cuestionar la españolidad de Ceuta y Melilla no ha eliminado la reivindicación interna, transversal y constante. En sus medios y su discurso oficial siguen apareciendo calificadas como “presidios ocupados”. El propio Frente Polisario ha advertido de que “tras el Sáhara”, el siguiente punto en la agenda podría ser Canarias, si España continúa cediendo a la presión marroquí.

Varios servicios de emergencia atienden a migrantes recién rescatados de un cayuco, en Puerto Naos, el pasado 4 de enero de 2025, en Arrecife, Lanzarote. | EUROPA PRESS CANARIAS

Canarias: excluida, vulnerable y vigilante

En Canarias, la tensión con Madrid no pasa por aduanas, sino por la exclusión política y por tres asuntos que tocan la soberanía y la supervivencia económica del archipiélago: la delimitación de los espacios marítimos, una cuestión pendiente desde que Marruecos aprobó en 2019 leyes que extendían sus aguas frente al Sáhara y solapaban zonas de interés canario; la explotación de recursos naturales, incluidos los minerales estratégicos de los fondos marinos; y la presión migratoria, un fenómeno que mantiene al archipiélago como primera puerta atlántica hacia Europa.

El presidente canario, Fernando Clavijo, reprochó esta semana al Gobierno de España la ausencia total de representación canaria en una cumbre donde, inevitablemente, “se iba a hablar de Canarias”. Solo tras su queja pública, el ministro Albares lo llamó para compartir los acuerdos y prometer colaboración futura. Lo hizo el viernes y le aseguró que no se había abordado ningún tema relacionado con el archipiélago, ni la delimitación de las aguas ni el espacio aéreo del Sáhara administrado desde Canarias.

“Me asegura que no se han tratado asuntos que afecten a Canarias, ni directa ni indirectamente.  Le he insistido en que Canarias sí ha estado presente en otras RAN y que, tanto en el Estatuto como en la agenda canaria, se blinda nuestra presencia en estas reuniones.  Seguiremos hablando en las próximas semanas para evitar situaciones similares en el futuro”, deslizó Clavijo en su cuenta de X. Fuentes de la presidencia canaria han evitado hacer más declaraciones a este diario y se remiten a ese tuit.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), recibe al primer ministro de Marruecos, Aziz Akhannouch (d), en el Palacio de La Moncloa, a 4 de diciembre de 2025, en Madrid (España).

Migración: elogios diplomáticos, cifras incómodas

La declaración conjunta de la XIII RAN dedica uno de sus capítulos más extensos y laudatorios a la cooperación migratoria. España elogia el “enfoque ejemplar” de Marruecos; Rabat presume de una política basada en la regularización y la protección de derechos.

En total, por vía terrestre han llegado a Ceuta y Melilla en lo que va de año un 46,2% más de migrantes respecto al mismo periodo de 2024

Pero los datos revelan un patrón selectivo. Marruecos contiene las rutas hacia Canarias y Andalucía, pero no ejerce la misma presión en la ruta hacia las ciudades autónomas. En total, por vía terrestre han llegado a Ceuta y Melilla en lo que va de año un 46,2% más de migrantes respecto al mismo periodo de 2024, según los últimos datos del ministerio del Interior. 3.559 personas frente a las 2.435 del año pasado. En el caso de Melilla, el incremento es del 219,8%.  Entretanto, ambos gobiernos se felicitan por su “movilidad segura, ordenada y regular” y por convertir su cooperación en “modelo internacional”.

Canarias, Ceuta y Melilla comparten una sensación creciente: mientras Madrid y Rabat normalizan su relación, la frontera sigue sintiendo las réplicas de unos lazos complicados en los que durante años se han cronificado los altibajos y las armas de chantaje. “Es que la estrategia de Rabat no ha cambiado un ápice en estos últimos tres años”, advierte en conversación con este diario un disidente marroquí. Los tres territorios, kilómetro cero del pulso entre España y Marruecos, exigen que esa solidez no se construya a costa de sus derechos, su economía y su posición estratégica como territorios soberanos de España y primera línea de la UE.