Optimismo, pero dificultad. Es el resumen que diversos cargos próximos a Jorge Azcón hacen al dar balance de su situación con Vox, de la poca capacidad para llegar a un acuerdo de presupuestos regionales en esta semana. Es el límite que el propio presidente de Aragón y líder autonómico puso el pasado sábado en su visita al Congreso en el día de la Constitución. Lo hizo públicamente. La voluntad es de seguir negociando hasta el final con los de Alejandro Nolasco en la región, que se mueve bajo la tutela de Madrid y Santiago Abascal. Pero saben que si el escenario de diálogo ya era complicado tras la abrupta ruptura de finales de octubre, las elecciones en Extremadura a la vuelta de la esquina no dejan opciones para que ninguna formación de su brazo a torcer, ceda en sus exigencias y sea percibida como débil.

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Hay descontento interno entre los populares con la imagen de sometimiento que el pacto valenciano para la investidura de Juafran Pérez Llorca ha dejado. Si bien el contenido de lo acordado -verbalizado por el nuevo president, sin papeles- no supone grandes cambios en el curso de lo que se venía haciendo en la Comunidad Valenciana, choca con la posición de otros barones. Fuentes del partido creen que debe ponerse pie en pared, que no debe cederse a todos los requisitos de Vox y demostrar fortaleza en las negociaciones. Aunque eso suponga urnas en Aragón y repetición de las mismas en Extremadura si quien es tercer partido no rebaja las condiciones.

¿Es asumible el pacto valenciano como quiere Vox? A esa pregunta, los populares aragoneses guardan silencio en conversaciones con este diario. "Aragón es Aragón y Valencia es Valencia", responden en algún caso. No entran a valorar en detalle exigencias controvertidas como las puestas sobre la mesa por Nolasco y Vox, como priorizar el acceso a viviendas públicas y las ayudas en esa materia solo a nacionales. "Estamos intentando negociar. Es difícil, pero no imposible", argumentan desde el entorno de Azcón, que a diferencia de otras voces del partido de índole nacional, desligan lo que suceda en Aragón de la competencia de Extremadura.

La influencia de Extremadura

Esta campaña lo está impregnando y enturbiando todo. El nivel de reproches entre partidos con la presidenta en funciones y candidata del PP en medio, con exigencias de destitución si niega el marco de acuerdo de Vox, roza ya lo personal con Abascal. Cualquier acuerdo en Aragón en el que Vox no salga favorecido no se aprobará por Bambú en plena competencia con los de Feijóo. Este martes, como ejemplo de ese choque, el PP apoyaba al PSOE para instar al Tribunal de Cuentas a investigar la financiación de Disenso, desatando las quejas de Vox.

Aunque desde Aragón se aísla la particularidad de lo que sucede en Extremadura, y se atribuye a rencillas pendientes entre Abascal y Guardiola que están empezando a salir a relucir, los populares no quieren decir sí a todo a Vox. Azcón no quiere urnas -aunque la previsión es que mejore resultados y no tenga por qué depender de Vox y sí de otras fuerzas regionalistas-, cree que no es el momento porque sigue siendo vigente el mandato de los aragoneses en 2023. Pero tampoco quiere dar la imagen de rehén de Vox, como se aquejan otras figuras populares. En ese dilema, en las conversaciones se aboga por dar guiños a Vox para dar alguna concesión sin que se tenga que extrapolar el marco valenciano en su totalidad. Pero para Nolasco eso no es suficiente.

El PP decidirá si hay elecciones el viernes. Solo quieren un sí o un no por parte de Vox, al que solo le vale imitar el pacto valenciano

A Génova, que da libertad de negociación a los suyos, tampoco le interesa trasladar esa sensación de dependencia con las elecciones de Castilla y León y Andalucía pendientes. Y con las negociaciones por ver en Extremadura salvo sorpresa. Un acuerdo en Aragón en los mismos términos que en Valencia meten presión a Guardiola, que rechazaría muchos aspectos de su contenido, y alentaría a Abascal a bloquear y pedir, como ya verbaliza, un cambio de interlocutora. El PP se niega a remplazar a Guardiola.

Vox, aventajado en su relato

Que en Valencia el PP haya asumido sus exigencias y en Aragón -y otras comunidades- se tengan reparos a ello es un marco muy potente para Vox en su discurso. Le permite no bajarse de sus exigencias, y en ello se mantiene Nolasco. En las comparecencias de este martes por la tarde tras su primer encuentro con Azcón en la sede del Gobierno -le antecedió un encuentro con el Partido Aragonés (PAR) y con Aragón Existe-, las sensaciones trasladadas por ambas formaciones siguen siendo de bloqueo.

La cuestión de acceso prioritario a nacionales a vivienda y servicios públicos se antoja crucial. Se añaden dar "cero ayudas a ONG que incentiven o faciliten la inmigración irregular", luchar contra ella, ir en contra de la agenda verde y el pacto verde, dar datos "reales" sobre delincuencia e inseguridad, "impulsar la natalidad y el acceso de los jóvenes al campo", y "una bajada de impuestos". "Continúa el expolio fiscal del PSOE. Solo se rebajó el tipo uno de donaciones porque estábamos en el Gobierno. Siempre que hemos propuesto estas rebajas en las Cortes el PP votó en contra", dijo Nolasco, que aseguró que estos requisitos se entregaron a Azcón en un dossier "en la misma línea de los compromisos valencianos". "Debería ser perfectamente encajable en Aragón", afirmó.

En Vox niegan que el PP tache de "ilegal" alguna de esas exigencias cuando "se han pactado en Valencia". Aunque ese acceso prioritario no se contempló en la investidura del mes pasado, por ejemplo. En su intervención en representación del Gobierno, el consejero de Hacienda aragonés, Roberto Bermúdez de Castro, coincidió con Vox en que se está en el mismo escenario de bloqueo que antes de la cita. Y que, a diferencia de Nolasco, que insta a establecer un calendario de negociación, asegura que solo habrá una reunión a final de semana que deberá saldarse con "un sí o un no".

El PP quiere poner frente a una contradicción a Vox para forzarlo a ceder o en su defecto para tener un relato potente de campaña electoral. Bermúdez de Castro afirmó que no se puede estar totalmente en contra del pacto verde porque avalan la energía nuclear, tampoco pueden proceder a la limpieza de ríos por ser una competencia estatal. Igualmente, buscan una inmigración "legal y ordenada" pero "tenemos que cumplir la ley", dicen de los repartos de menores migrantes obligados. Y sobre quitar las ayudas a las ONG, el popular señaló que eso supondría retirarla a los Hermanos de la Cruz Blanca de Huesca, que ofrecen apoyo a personas en riesgo de exclusión social. Se imposibilitaría esa ayuda.

Para el consejero "no es normal que Nolasco hable de Valencia" y sugirió que el único interés de Vox en estos momentos es superar al PP y no ser útil. Se quejó de que Vox critique ayudas a la cooperación o financiación para sindicatos o para el Instituto de la Mujer, "que sube en este presupuesto" cuando en el anterior, que aprobaron, también estaba. Ante la exigencia de más rebajas de impuestos, denuncian que Vox no cuenta que una menor recaudación pone en riesgo hospitales como el de Teruel. Los populares aproximan elecciones, Vox les reprocha que muchas cosas estaban en el programa de Gobierno y que quieren seguir una senda socialista. El PP se desliga igualmente de la última oferta de Pilar Alegría para negociar con el PSOE las cuentas. No le dan credibilidad y solo refleja, dicen, que tiene miedo a las urnas por la situación a la baja del partido.

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