Mientras el grueso de Sumar rema a favor de conseguir que el PSOE asuma sus condiciones para seguir manteniendo con vida al Gobierno en plena escalada de escándalos por presunta corrupción y acoso sexual dentro de las siglas socialistas, algunas voces de la confluencia -que aglutina a siete formaciones- ponen fecha de caducidad a la legislatura. En conversaciones con El Independiente, éstas estiman que difícilmente el Gobierno va a ser sostenible más allá del verano. "[Pedro] Sánchez no va a pasar de junio. Quizá convoca unas elecciones en septiembre", afirman relacionándolo con la vuelta de vacaciones y un ambiente más favorable para que haya movilización. Hay que recordar que el nuevo periodo de sesiones no empieza hasta febrero y que hasta marzo la actividad parlamentaria se verá interrumpida por un ciclo de elecciones con las andaluzas previstas para primavera. Ello da oxígeno a Sánchez.
Estas fuentes no quieren que el Gobierno progresista que integran y apoyan caiga, pero ven inevitable que en las próximas semanas y meses no salgan nuevos escándalos que acorralen más al PSOE y que puedan salpicar a la cuota socialista del Consejo de Ministros. Los 19 registros de la UCO de la semana pasada en distintas empresas públicas tras la detención de Leire Díez, Vicente Fernández y Antxón Alonso -ahora en libertad- son un punto de inicio claro para que trasciendan nuevos informes de la unidad de la Guardia Civil. Se prevén nuevas denuncias por acoso sexual en el PSOE. De hecho, este mismo martes trascendió un nuevo señalamiento por acoso laboral de una militante al alcalde de Barbadás (Ourense).
El momento que experimenta el PSOE, entre las figuras de los magentas consultadas, lo definen como de "desmantelamiento total". Ponen como ejemplo no solo lo que sucede a nivel estatal, sino también en las regiones. En aquellas que afrontan elecciones próximamente. En Extremadura acuden con un candidato en el punto de mira, señalan. Recuerdan el procesamiento de Miguel Ángel Gallardo por los presuntos delitos de cohecho y tráfico de influencias por la contratación en la Diputación de Badajoz a David Sánchez, el hermano del presidente. Y en Aragón definen que los socialistas están en horas bajas, "no pueden dar la alternativa" ni si quiera con Pilar Alegría. La ministra abandonará el cargo en las próximas horas.
En Sumar hay pesimismo por la actitud del PSOE desde el Gobierno. El balance anual realizado este lunes por Sánchez en la Moncloa disgustó al socio minoritario, que no entiende cómo los socialistas siguen confiados de que omitir las crisis e intentar controlarla con los medios disponibles puede resultar exitoso para aguantar hasta 2027; sin que se lleve a cabo una remodelación del Consejo de Ministros, se den explicaciones más profundas o se intente relanzar la legislatura con una agenda propositiva de corte social centrada, entre otros, en la vivienda. Aunque nada tenga visos de salir adelante por el veto de Junts, creen que el relato jugaría de su parte.
Sin embargo, el tono general es el de confianza en que Sánchez desistirá de su blindaje. De que se terminará prestando a dar un giro en el mandato si realmente quiere aguantar a 2027. "No entenderíamos lo contrario", aseguran los de Yolanda Díaz en el Gobierno. Tampoco se entendería, dicen, una remodelación que solo supusiera cambios a raíz de la marcha de Alegría a competir en Aragón. La propia Díaz puso el listón muy alto el viernes pasado durante una entrevista en La Sexta. Exigió una reformulación "radical" porque "es insostenible la corrupción y los puteros". Por ahora el PSOE solo da largas. En el núcleo socialista dan a entender que son ellos los que controlan los tiempos del Gobierno. Entienden que Sumar pida, pero reivindicarán su posición de socio mayoritario.
Se desconfía de un acuerdo de reimpulso legislativo con Sánchez en vistas del precedente de julio y la inacción seis meses después. No ayuda el veto de Junts
Además de dar por hecho que habrá novedades que pongan en un aprieto al PSOE, quienes ven probable ese adelanto forzado de generales a mediados del año que viene, dan por hecho que Sánchez quiere repetir la "jugada" de estos meses atrás. Que buscará ganar tiempo para que cualquier otro asunto opaque las exigencias de sus socios. Hay que recordar que en julio hubo citas entre ambas formaciones tras el informe de la UCO y el encarcelamiento -ya está fuera provisionalmente- de Santos Cerdán. Entonces el PSOE tardó en aceptar la mayoría de las condiciones de Sumar, pero seis meses después todo ha quedado en el cajón, paralizado. Y cualquier intento parlamentario ha quedado frustrado.
Un ejemplo es la Oficina independiente contra la corrupción, rechazada en su toma en consideración por la mayoría alternativa de PP, Vox y Junts. Pero tampoco han avanzado cuestiones relacionadas con la vivienda. Sí la ampliación de permisos parentales. En parálisis está la comisión interministerial constituida con la vicepresidenta primera María Jesús Montero al frente para supervisar el acuerdo. Ahora, esas fuentes reticentes con la viabilidad de la legislatura consideran que cualquier pacto que se alcance con Sánchez quedará en papel mojado. Al menos de reimpulso, obviando una remodelación en Moncloa. En ella van a insistir en Sumar, trasladan desde la cúpula de la confluencia. Por más que el PSOE se quiere resistir. Pero nuevamente no apuntan a una ruptura como alternativa. El deseo es de seguir aliados con el PSOE.
Por ahora, los socialistas sí que pretenden reunirse con Sumar a nivel de partidos para debatir esas exigencias de los magentas. Aunque ya es significativo que Ferraz quiera situar en la delegación como negociadores a la secretaria de Organización, Rebeca Torró, y a sus adjuntos Borja Cabezón y Anabel Mateos. Para fuentes de la dirección de Sumar es un claro signo de que se intenta dar una menor relevancia a la cita. En las anteriores siempre han estado presentes tanto Montero como el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Generalmente, todo Sumar espera que puedan sortearse más escándalos y se aguante lo máximo posible para no precipitar una entrada de PP y Vox al Gobierno que por ahora ven inevitable.
Hasta la fecha, los únicos que han hablado de ruptura es Chunta Aragonesista (CHA). Este martes, su representante en el Congreso, integrado en Sumar, Jorge Pueyo, avanzó que su formación valorará si sigue dando apoyo al Gobierno en función de las decisiones que se tomen en las próximas semanas. A diferencia del resto de Sumar, abren la posibilidad a, sin salir de la confluencia, dejar de dar respaldo a Sánchez.
En la línea del PNV y del resto de socios
Las previsiones de inviabilidad de la legislatura no son nuevas en entre todos los partidos que posibilitan la continuidad del mandato, aunque ahora en minoría sin Junts y con Podemos bajo un perfil beligerante. La semana pasada el presidente del PNV, Aitor Esteban, precisó que si el PSOE no da arreglo a su crisis "la situación no puede prolongarse en el tiempo, año y medio, hasta el final de la legislatura". "La situación se complica sobremanera, las detenciones, procesamientos, las mordidas, las actitudes machistas, dan una sensación de agotamiento y enrarecimiento". "O el PSOE consigue detener ya esta hemorragia de noticias diarias o el presidente español tendrá que plantearse seriamente cuando convocar unos comicios", dijo el dirigente jeltzale durante la pasada Asamblea General del PNV.
Los socios se mueven entre las dudas que les genera Sánchez en este momento, y la desconfianza a que haya un proyecto más allá que la simple resistencia en Moncloa. Eso supone un coste público para ellos
Desde ERC, Oriol Junqueras cree que "se necesitan hechos y compromisos firmes" que terminen con esos escándalos y permitan continuar la legislatura. Este mismo lunes, el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, fue más allá, adelantó que Sánchez volverá a hacer una ronda con los grupos como la de junio, y le instó a responder sobre "qué piensa hacer para regenerar su partido y su Gobierno". Sin dar fechas, Rufián manifestó "dudas" sobre la viabilidad de la legislatura "como cualquier progresista" que ve "lo que está pasando".
Para Bildu, en palabras de su secretario general, Arnaldo Otegi, la clave de la legislatura no es si Sánchez, como "superviviente", quiere o no mantenerse. Sino el "para qué", si hay una hoja de ruta progresista clara. Ninguno de los socios progresistas, caso de Sumar, ERC o Bildu han amagado con esa ruptura, pero difícilmente seguirán dándole estabilidad a Sánchez a cambio de nada si eso supone desgaste propio. Este martes, de hecho, una comparecencia conjunta de los distintos integrantes de Sumar, se expresó que se quiere "salvar al Gobierno, no cargar con la crisis del PSOE".
Ya días atrás desde Sumar el propio Antonio Maíllo, coordinador federal de IU, indicó que la estabilidad de la legislatura depende de cómo se gestione esto: "Nosotros queremos que siga, pero no vale a cualquier precio. Si queremos salvar esta situación solamente se puede hacer con cirugía radical. Contundencia, celeridad, explicación y transparencia".
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