Desánimo en Sumar a la hora de afrontar un encuentro que no convence a los de Yolanda Díaz. Después de no quedar satisfechos con el balance del año efectuado desde la Moncloa por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes la confluencia de partidos magenta demandó al PSOE un encuentro "urgente" para instarles a las mismas decisiones que puso sobre la mesa Díaz el viernes: más explicaciones de Sánchez sobre los presuntos casos de corrupción y acoso que rodean al partido, una remodelación "radical" del Ejecutivo, y un reimpulso de la legislatura con propuestas de carácter social. En la diana, Sumar pone a Fernando Grande-Marlaska, a Margarita Robles y a Isabel Rodríguez, los titulares de Interior, Defensa y Vivienda.

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Pese a las reticencias iniciales, los socialistas cedieron, pero dieron un rango inferior al asunto de lo que esperaban en Sumar, con el argumento de que lo que sus socios pidieron fue una cumbre de partidos. Lejos de repetir la interlocución con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, como se venía acostumbrando, el PSOE apostó por dar protagonismo a segundos espadas. Acudirá la número tres de Ferraz, la secretaria de Organización socialista, Rebeca Torró, junto a su segundo adjunto, Borja Cabezón. Según confirmaron fuentes gubernamentales del ala de Sumar a El Independiente, a esa cita irán "los secretarios de Organización" de cada entidad. Aunque por parte de los magentas se espera que lidere el diálogo la co-coordinadora de Movimiento Sumar, Lara Hernández. Las partes no facilitaron ni la hora ni el lugar, con el argumento de que se trata de un encuentro rutinario y discreto.

El bajo perfil de los interlocutores socialistas no gusta nada a los magentas, así lo acreditan a este diario. Saben que, en el peor momento de convivencia con el PSOE, la decisión de los de Sánchez de rebajar el encuentro da a entender que no les interesa la crisis que se atraviesa en el seno del Gobierno. Otros perfiles de alto grado dentro del Ejecutivo, de Sumar, prefieren apostar por la unidad, aceptan el encuentro como primer paso para algo mayor y se resignan a esa presencia "orgánica" de los partidos. "No es una reunión de la comisión de seguimiento del pacto de Gobierno", precisan. Algo que no descartan solicitar más adelante, como pidieron voces de IU, como su coordinador federal, Antonio Maíllo.

El problema es que Sumar califica la situación como "el peor momento para el Gobierno desde la pandemia" del coronavirus. Más que en julio de este año, cuando el escándalo de Santos Cerdán, que le llevó a prisión provisional —ya está fuera— tras un informe demoledor de la UCO en el que se le atribuían comisiones irregulares por contrataciones de obra pública a través de la empresa Servinabar. Un paso más de la trama Koldo.

Ahora el PSOE no da la misma altura al momento. En verano, para encauzar la situación, Sumar pidió definir una hoja de ruta clara de regeneración e impulso legislativo. Y en ese instante, acontecieron conversaciones y encuentros de distinto rango, que dio lugar a un encuentro —al menos el único que trascendió— que incluyó a Hernández, a Enrique Santiago (IU) al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, así como a representantes de Chunta Aragonesista, comunes y Verdes Equo, que contó con la participación de Montero y Bolaños, así como su segundo, Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes.

La desconfianza de Sumar con el PSOE está en máximos. Tras ese encuentro con los socialistas, se consiguieron cuestiones prometidas como el decreto de ampliación de permisos de cuidados. Pero se erró en el Congreso con la creación de una Oficina Anticorrupción por el bloqueo de Junts que ahora ha pasado a ser un veto. Si bien los magentas no reprochan al PSOE la situación con los de Carles Puigdemont, sí que lamentan bloqueos como el que hay, dicen, en la comisión interministerial para el seguimiento de ese acuerdo y que preside Montero. No se ha convocado ninguna reunión desde su configuración. La elaboración de Presupuestos ha centrado la acción de la titular de Hacienda en estos meses.

Ahora, a esta nueva cita con el PSOE se acude con la intención de hacer que Sánchez recapacite. Creen que lo acabará haciendo después de Navidad, tras un periodo de reflexión. Al comprobar que todo lo que no pase por esas reclamaciones agitará a la ultraderecha y el desafecto, que nutren a Vox. "Igual que en verano, que tardó" en afrontar lo sucedido, dicen en Sumar. Pero internamente hay voces que consideran que por mucho que se haga los escándalos van a acabar golpeando del todo al Gobierno. Tampoco la posición del PSOE es muy alentadora. Fuentes socialistas del Ejecutivo rechazan que Sumar imponga las condiciones.

A ello se añade la tensión que estos días se ha experimentado en el seno de Sumar. Sin que salir del Gobierno haya sido una opción sólida, sí se ha habido "voces" dentro de la confluencia que han sugerido estudiarlo si la situación se enreda. Ha habido debate de cómo afrontar este asunto con el PSOE. Y también diferencias con la posición adoptada por Díaz, de exigir remodelación de Gobierno. Algo que, como trasladó públicamente Maíllo, no se pactó. Solo se conocía que la vicepresidenta tendría una reacción contundente contra los socialistas. Para alguno de los socios, se reconoce en privado, eso puede dejar en mal lugar a Sumar si la presión no sirve para hacer cambiar de opinión a Sánchez. Todo lo que sea continuar como se está, sin más salidas que Pilar Alegría, será un fracaso. Y los magentas no tienen plan b. Solo salir del Gobierno salvaría los muebles.

El presidente, desde luego, ya advirtió de que no contempla una remodelación amplia de su Gabinete, porque es de los "mejores" que ha tenido España, está "orgulloso" de todos sus ministros y cree que están haciendo una "extraordinaria" labor. El relevo de Alegría se materializará, probablemente, el lunes próximo, y si no es posible se dejará para después de Navidad.

Sánchez tenía por delante este jueves una larga sesión en Bruselas, la reunión ordinaria del Consejo Europeo. Y desde allí, ante los periodistas, intentó suavizar la tensión con sus socios de coalición: "Yo creo que pese a las discrepancias, porque somos organizaciones políticas con una cultura diferente, hay muchas cosas que nos unen al Partido Socialista y a Sumar. La principal de ellas, la hoja de ruta de avances que estamos implementando en estos siete años de gobierno y en los que nos quedan por hacer hasta el año 2027". Ahora mismo, recordó, se está negociando con los agentes sociales la subida del salario mínimo para 2026, que va a "beneficiar a muchísimos millones de trabajadores y trabajadoras en nuestro país". Era la coda que Alegría había hilado también el martes.

Pero además lanzó otro mensaje a los de Díaz, en respuesta a su sensación de que la inacción sirve en bandeja el Ejecutivo a las derechas. Sánchez insistió en que el crecimiento demoscópico de Vox "tiene todo que ver con el blanqueamiento que está haciendo la derecha [del PP] desde hace siete años a la ultraderecha". Entonces, explicó que, a su juicio, ha habido dos etapas por parte de la derecha política y mediática, porque él mismo recuerda haber escuchado a esta haberle advertido de que si pactaba con Unidas Podemos, que tenía al PCE dentro, entonces ellos estaban legitimados para pactar con la ultraderecha.

Pero el PCE, señaló, ha sido un partido que "contribuyó a la lucha contra la dictadura y a favor de la democratización" del país, como se puede ver en la serie Anatomía de un instante (Movistar Plus+), basada en el libro homónimo de Javier Cercas, lanzada hace escasamente un mes, coincidiendo con los 50 años de la muerte del dictador. Las raíces del PCE "nada tienen que ver con las de la ultraderecha en nuestro país, que claramente es nostálgica de ese franquismo, de esa dictadura". Esa sería la primera etapa de "blanqueamiento" de Vox por parte de la derecha.

"La segunda la estamos viendo hoy, y es asimilar como propias no solamente el contenido sino también la forma de hacer política. Hoy no tenemos una oposición política, tenemos una oposición absolutamente destructiva, que vota en contra de políticas que son beneficiosas no solo para sus ciudadanos sino también para sus propias administraciones". Sánchez concluyó, lanzando ese mensaje a Sumar, que el auge en las encuestas de la formación de Santiago Abascal, "vamos a ver cuál es la materialización" en las urnas, "nada tiene que ver con la acción del Gobierno de España", sino con el ejercicio de "blanqueamiento" de Vox que practican "la derecha política y mediática".

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