Pilar Alegría ha colgado de vuelta (al menos de momento) los blazers y los trajes de chaqueta en su armario y aparcado los tacones. Ahora se enfunda los vaqueros, los plumas gruesos, los jerséis de cuello vuelto, las deportivas, las botas. Ya no es la ministra portavoz, es la candidata socialista para las elecciones aragonesas del 8 de febrero. Y quiere que se note ese cambio. Va hasta Aínsa (Huesca) para conocer la explotación de Luis, que está recuperando la roya pirenaica, una raza de vaca autóctona. Apoya la iniciativa Libros que importan en una librería de barrio de Zaragoza capital. O, de ruta hacia Sabiñánigo y Jaca, también en Huesca, hace un alto en el hostal de Ipiés para probar su "buenísimo" chocolate a la taza. O les dice a unos vecinos que ella, si hay que jugar a las cartas, prefiere el guiñote, como su padre, y que si se pone, es para "ganar", nada de para quedar bien. O se desvía en Almonacid de la Sierra (Zaragoza) para entrar en el obrador de Luis Ángel, "panadero, campanero y archivero". O se marca unos pasos en Calamocha (Teruel) al ritmo de APT, la archiconocida canción de K-pop —cierto, el sencillo actual, actual, ya no es— de Bruno Mars y Rosé. O se deja fotografiar con su madre, frente a la chimenea, el día de Navidad. Jugando a las cartas. Al guiñote.
Los vídeos de sus visitas por pueblos de Aragón, por barrios también de Zaragoza, pueblan sus redes sociales. Muchos grabados móvil en mano, editados al estilo TikTok. Con un grafismo que imita la tipografía de otra campaña, la del hombre que asumirá la alcaldía de Nueva York este 1 de enero, Zohran Mamdani. Porque Alegría, señalan en su equipo, también quiere patearse toda la comunidad de arriba abajo, hablar con los vecinos, acercarse a la gente. Justo como el candidato socialista hizo con la capital oficiosa del mundo. Alegría pretende ser más Pilar, y menos Alegría.
Se trata de que los aragoneses conozcan a la verdadera Pilar, la Pilar pegada al territorio, la que se conoce Aragón", dicen en la cúpula regional
"Ella ha sido consejera del Gobierno autonómico [con Javier Lambán de presidente], candidata en Zaragoza, delegada del Gobierno, y en los últimos cuatro años y medio ministra y después portavoz. Ahora se trata de enseñar a la Pilar cercana, real", apunta uno de los miembros de su equipo. "Y ahí gana mucho porque todo el mundo que habla con ella comprueba su fortaleza, su cercanía, la pasión con la que lo vive. Se trata de que los aragoneses conozcan a la verdadera Pilar, la Pilar pegada al territorio, la que se conoce Aragón", prosigue este integrante de la ejecutiva regional, que la misma Alegría dirige desde hace casi un año, cuando sucedió sin necesidad de primarias al expresidente Javier Lambán, fallecido el pasado agosto.
Son los primeros movimientos de una precampaña extraña, en plena Navidad, con las urnas a poco más de un mes vista, y a la que la candidata se ha tenido que unir a la carrera: dejó de manera oficial el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes y la portavocía del Ejecutivo el 22 de diciembre, aunque ya se había separado del Gobierno una semana antes, en cuanto el presidente aragonés, el popular Jorge Azcón, convocó las elecciones autonómicas para el 8 de febrero.
Serán tres las listas progresistas que concurran el 8-F, además de la del PSOE: Chunta Aragonesista, IU-Movimiento Sumar y Podemos
Un camino corto que ya ha despejado una de las dudas siempre presentes, cómo competirá la izquierda del PSOE. El pasado viernes, se confirmó lo que ya se podía dar por hecho, que serán tres las listas progresistas, aparte de la de Alegría, que lucharán por un escaño en las Cortes regionales: Chunta Aragonesista (con el diputado nacional Jorge Pueyo como cabeza de cartel), IU-Movimiento Sumar (la aspirante, Marta Abengochea, coordinadora autonómica de IU) y Podemos (con María Goicoechea, exdirectora del Instituto Aragonés de la Mujer, como candidata). Una división que en el PSOE ven como un drama y cuyos efectos temen, por la desmovilización y desilusión del electorado progresista. "Claro que no es una buena noticia", admiten en el círculo más próximo a la exministra.
Alegría no ha querido hurgar en la herida. Ella misma, el sábado, en Sabiñánigo, se limitó a lamentar la fragmentación en tres del espectro a su izquierda, porque "el adversario para la izquierda y para los progresistas en esta comunidad está en el Partido Popular y en Vox". "Y por eso me parecía importante que el resto de la izquierda hubiera podido llegar a esa candidatura única, pero, evidentemente, los porqués de unos y otros no han hecho posible ese acuerdo", manifestó. No ha llegado el momento de llamar al voto útil, de pedir que se concentren las papeletas de los ciudadanos progresistas en el PSOE, un clásico de todas las campañas del partido, pero que siempre llega en su recta final. En sus últimas horas.
Una campaña clásica no tiene sentido. Creemos que esta estrategia es más eficaz, que hay que romper la campaña y hablar con la gente", indican en el equipo de campaña de Alegría
En el equipo de Alegría se esfuerzan por destacar que la campaña que se ha diseñado contiene varias fases. Y la primera es esta: "Una campaña distinta, disruptiva, de mucha proximidad, de contacto con la gente". La pretensión es que la candidata siga recorriendo toda la comunidad —en este año, desde que alcanzó la secretaría general, ha pisado 75 poblaciones, de un total de 731 municipios, muchos muy pequeños—, viéndose con colectivos y vecinos, buscando el "nicho de votantes del PSOE", pateando pueblos y barrios de las tres capitales. "Por ahora, vamos a huir de grandes actos tipo mítines. Entendemos que una campaña clásica no tiene sentido. Consideramos que esta estrategia es más eficaz, que hay que romper la campaña y hablar con la gente", explican en el entorno de la exministra.
El deseo de liberarse de Vox
En la federación aragonesa indican que esta es la manera de fijar la atención, de perseguir el impacto, porque no tiene sentido imitar el estilo de Azcón, quien parte como ventaja por su condición de presidente y de favorito en las encuestas. El PP cuenta con 28 escaños de unas Cortes de 67 asientos, y aspira a aproximarse a la mayoría absoluta (34), completándola con Aragón Existe —la plataforma de la España Vaciada, hoy con tres diputados— y con el Partido Aragonés (PAR) —que podría perder a su único representante—. El deseo de Azcón es liberarse de Vox (ahora, con siete escaños), el mismo que movió a la presidenta extremeña, María Guardiola, para anticipar sus comicios, pero ella no lo pudo conseguir en las urnas del 21 de diciembre. El PSOE, con Lambán como candidato, se quedó en 2023 con 23 actas, y ahora podría descender, hasta 17-19. Rondando el mínimo histórico, los 18 parlamentarios de Lambán en 2015, cuando pudo gobernar gracias al empuje de los morados (14). La izquierda alternativa pescó hace dos años y medio pocos diputados: tres de Chunta, uno de Podemos y otro más de IU.
Se trata de difuminar su rol de exministra, de dar a conocer "la Pilar de casa". En el partido sí se comparte que Alegría tiene un mayor potencial y es mejor candidata que Gallardo en Extremadura
El problema de Alegría, analizan en su círculo más cercano, no es su falta de identificación por parte de los electores. Todo lo contrario, esgrimen. El objetivo es "aprovechar" ese grado de conocimiento para desplegar una "campaña muy personalista" en esta primera fase, muy centrada en ella. Difuminar su perfil de ministra, el papel que ejerció hasta hace menos de 10 días, para potenciar el de "Pilar candidata". "Y salimos a ganar. Estamos trabajando para eso. Ella trabaja duro, conoce el territorio, tiene una capacidad de esfuerzo bestial", explica un responsable de su dirección.
"El propósito es conocer a la Pilar auténtica —refrenda una dirigente provincial—, no la portavoz o la ministra de Educación. Es la Pilar aragonesa, la de casa, la de todos. Y el impacto es grande, está llegando a mucha gente". En lo que hay unanimidad en el partido, dentro y fuera de Aragón, es que Alegría tiene obviamente un mayor potencial de crecimiento que el candidato del PSOE en Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, procesado también en la causa contra el hermano del presidente del Gobierno y que directamente se despeñó el 21-D. Los socialistas perdieron de golpe diez escaños, de 28 a 18. Gallardo dimitió como secretario general al día siguiente de los comicios, aunque retendrá su acta. Pero preocupación por lo que ocurra el 8-F hay: no se espera en el conjunto del PSOE un resultado muy esperanzador, aunque en Ferraz y en la Moncloa se afanan en encapsular los pésimos datos en Extremadura.
Este dibujo de la precampaña implica que, al menos por ahora, Alegría no quiere imprimir un enfoque nacional en su pugna con Azcón: "Vox y PP buscan que estas estan unas elecciones de ámbito nacional, pero vamos a elegir a quien presidirá Aragón para los próximos cuatro años. Se tiene que hablar de Aragón y de la política de Aragón". Es decir, que el PSOE pretende "regionalizar la campaña" y centrarla en su candidata, en Alegría, como principal activo. Las siglas del partido arrastran un fuerte desgaste, y también el Gobierno de Sánchez, muy tocado por los casos de presunta corrupción y acoso. El PP intentará también que la exministra no se libere del pesado fardo de su foto con Paco Salazar, el ex alto cargo de la Moncloa denunciado por dos mujeres con el que ella comió el pasado noviembre, cuando no se conocían esos dos escritos contra él pero sí que pesaban acusaciones por comportamientos machistas, razón por la que no ingresó en la ejecutiva votada por el comité federal en julio.
Por ahora, el PSOE quiere "regionalizar la campaña" y no caer en el marco nacional que "buscan PP y Vox". Los populares usarán su pasado en el Gobierno y su foto con Salazar
Alegría, por tanto, liderará una "campaña muy adaptada a la realidad de un territorio muy amplio y despoblado", salvo la capital (727.000 habitantes). Una campaña "a lo Mamdani, salvando todas las distancias", indican en su núcleo de confianza.
No ocurrió como en Extremadura
Pero en la cúpula aragonesa no niegan que la fragmentación de su izquierda dificulta aún más el camino de Alegría al Gobierno regional. Ha ocurrido para el 8-F lo contrario a lo que sucedió en Extremadura: allí se mantuvo la alianza de Podemos e IU y su candidata, Irene de Miguel, creció en las autonómicas, de cuatro a siete escaños, un tirón incapaz de compensar, no obstante, el descalabro socialista. El ejemplo en negativo que los socialistas de Aragón citan en los últimos días es el de las municipales de Huesca capital de mayo de 2023. El PSOE perdió la alcaldía en buena medida porque su izquierda compareció dividida en cuatro listas: Podemos-Alianza Verde (4,78%), Cambiar Huesca (4,57%), Chunta (4,53%) y Verdes-Equo (4,39%). Ninguna superó el umbral del 5% y todas se quedaron sin escaño. Un 18,27% de las papeletas tiradas a la basura, sin representación en el Ayuntamiento, que se quedó en manos del PP, la candidatura más votada.
En la federación se invoca el ejemplo de Huesca capital en 2023: cuatro candiduras de la izquierda rozaron el 5%, pero las cuatro se quedaron sin escaño. El PSOE perdió la alcaldía
"La desunión de la izquierda nos hace la puñeta, sobre todo porque no se diferencian en discurso. Mucha gente dice que ejercerá el voto útil ahora, pero otros se abstendrán. La fragmentanción ha calado aquí y el que no lleguen a acuerdos les penaliza", asegura una responsable del PSOE oscense, que conoce bien el impacto del fiasco de la capital provincial de 2023. Cree que en las autonómicas parte de los votos de la izquierda del PSOE confiará en Alegría, otra parte irá a algunas de las candidaturas —a priori, las de Chunta e IU parecen más fuertes— y parte se quedará en casa. "Esa lección que aprendimos con Huesca capital hay gente que la ha aprendido, pero parece que los partidos no", reprocha. La receta es "reilusionar, intentar conectar" con los electores que se sientan hartos y desesperanzados. Un reto mayúsculo en un momento de máxima activación de la derecha y la ultraderecha.
En el equipo de campaña de Alegría prefieren no hablar ahora de llamamiento al voto útil, porque "ya llegará ese momento". Pero en la federación asumen que no quedará otra porque se corre el riesgo de que muchas papeletas se pierdan. "Ahora podría ocurrir que no llegáramos a poder gobernar por esa división de la izquierda. Esos electores ahora se sienten defraudados porque no hubo acuerdo. Lo lógico es que aquellos más dudosos acaben en Pilar. Chunta estaría más fuerte, mientras que IU y Podemos no tienen candidatas conocidas", observa un miembro de la dirección autonómica socialista. "La fragmentación es mala para el PSOE en general —observa un responsable alejado de la cúpula—. Esas tres listas pueden no conseguir escaño y el último en disputa irá seguramente para la derecha en alguna provincia".
Las tres listas de la izquierda "pueden no conseguir escaño y el último en disputa puede ir a parar a la derecha", observa un cuadro del partido
Alegría mantendrá su guion en los próximos días. Sin parar en Navidad salvo en los días festivos, además de Nochevieja y víspera de Reyes. Para después de las fiestas, apenas quedará un mes para unas elecciones también complicadas para los socialistas pero que la candidata espera poder capear.
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