La consellera de Interior y Seguridad Pública de la Generalitat, Núria Parlon, ha afirmado que se calcula que más de 3.000 hectáreas están quemadas por el incendio en Paüls (Tarragona), un incendio que todavía obliga a confinar a más de 18.000 personas y que únicamente se ha levantado en el barrio de Remolins de Tortosa (Tarragona).

PUBLICIDAD

"Todavía quedan horas críticas en relación a la extinción de este incendio", ha apuntado Parlon en declaraciones a los medios este martes desde Paüls, en donde ha pedido, textualmente, prudencia a la población de las zonas afectadas --Paüls, Alfara de Carles, Xerta, Aldover y Tivenys, además de los barrios de los Reguers, Bítem y Jesus de Tortosa (Tarragona), según informa Europa Press.

 Por ahora el incendio ha afectado a vecinos de siete poblaciones de la zona, según los equipos de emergencias de la Generalitat catalana.

En concreto, Protección Civil ha ordenado el confinamiento en sus casas de los vecinos de los municipios de Paüls, Xerta, Alfara de Carles, Aldover, Tivenys y Roquetes y de los barrios de Bitem, Jesús y els Reguers de Tortosa, lo que afecta a una población total de 18.000 personas.

Parlon ha explicado que no se esperan hacer evacuaciones y que el confinamiento es la medida tomada por Protecció Civil de cara a "proteger a la población y minimizar los riesgos en cuanto a su seguridad".

Ha expresado que han llegado sobre el terreno 104 efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME) y que, gracias a la estabilización del otro incendio activo este lunes en Pinel de Solsonès (Lleida), efectivos del cuerpo destinados a la localidad ilerdense pueden trasladarse a Paüls.

"Ya sé que nos ponemos todos y todas nerviosos de ver que este incendio es difícil de controlar, pero debemos seguir las instrucciones y recomendaciones que en todo momento se realizan desde Protección Civil", ha dicho.

Una situación "muy difícil"

El jefe de los Bombers de la Generalitat, el inspector David Borrell, ha expresado que el viento ha complicado las tareas lunes de extinción del incendio durante la noche de este lunes: "Nos ha sorprendido la violencia con la que ha soplado este viento, es decir, sí esperábamos que aumentara el viento de 30 a 40 o 50 kilómetros por hora, pero no a los 90 kilómetros por hora sostenidos".

Ha asegurado que el viento ha puesto a los equipos de emergencia en una situación, a su juicio, muy difícil, y que los trabajos de extinción se han hecho de "forma muy difícil, muy precaria, muy dura".

Ha explicado que "la prioridad principal" se ubica en el flanco izquierdo para evitar que el fuego llegue al otro lado del Ebro y que a partir del mediodía, con el cambio de viento, se espera que el incendio, en sus palabras, se pueda afrontar de forma diferente dado que el viento de marinada es más suave que el de mistral.

PUBLICIDAD