El estirón de los árboles de la Plaza de España de Madrid en un año y medio de sequía: "El éxito está en el goteo"

La mastodóntica obra de la Plaza de España de Madrid generó una gran expectación entre los madrileños. Después de dos años y medio de trabajos en la zona, la transformación del paso elevado que unía Ferraz con el túnel hacia Bailén en un espacio peatonal con 70.000 metros cuadrados y 1.100 árboles se convirtió en un hecho. Cuando se inauguró la nueva Plaza de España, que conectaba a pie el Parque el Oeste, los Jardines de Sabatini, el Campo del Moro, Madrid Río y la Casa de Campo, la respuesta no fue la esperada: "La gente se preguntaba dónde estaban los árboles, hubo momentos muy malos; sin embargo, se ha demostrado que la Plaza de España es un ejemplo de cómo cambiar un espacio urbano en poco tiempo", celebra en conversación con El Independiente Nieves Vicente, directora de Madrid Río.

La remodelación de la Plaza de España, visionada por el equipo de la antigua alcaldesa Manuela Carmena y ejecutada bajo el mandato de José Luis Martínez-Almeida, ha generado un espacio peatonal y verde donde miles de viandantes y ciclistas de todas las edades escapan a diario -y sin salir del centro- del tráfico y del hormigón de la urbe. Vicente señala que los árboles que se plantaron hace un año y medio "tienen un porte espectacular. El proyecto contemplaba que tenían que contar con un diámetro considerable y ahora casi todos miden más de 4 metros".

El plan trazado desde el Consistorio tenía como una de las claves principales convertir la Plaza de España en una importante zona verde de la capital bajo un criterio de sostenibilidad ambiental. Dotar Madrid de otro pequeño pulmón y ayudar a regular el clima en pleno corazón de la capital del modo más optimizado posible. "Gracias a la experiencia que tenemos sabemos qué arboles van a darse bien en Madrid con unas condiciones y una tierra determinada. El éxito está en el riego por goteo. La regulación que se hace es fundamental, lo tenemos controlado por espacios" explica Vicente, que apunta que el equipo de conservación de Parques y Jardines de Madrid piensa en el aprovechamiento de cada gota de agua.

Los árboles de la Plaza de España de Madrid

La distribución de los árboles de la Plaza de España de Madrid se divide entre la propia plaza, el paseo de la calle Bailén, la cuesta de San Vicente y los alrededores del Templo de Debod. Vicente asegura que el trabajo de mantenimiento es fundamental para que veamos los árboles tal y como están ahora, "a pesar de todo el uso y los condicionantes que tiene la plaza el resultado es sorprendentemente bueno".

Las alineaciones más importantes son de aceres, aunque se mezclan con granados, fresnos, pirus, manzanos, robles o almendros, entre otros. Las especies arbóreas que residen en el conjunto de la Plaza de España de Madrid se han pensado para conseguir la mejor adaptación posible al entorno; "El desarrollo ha sido espectacular", añade Vicente.

Tanto los fresnos, como los robles y los granados toleran muy bien las sequías y encuentran su mejor terreno en ambientes secos. Los aceres, que predominan en la zona, apenas necesitan agua una vez por semana durante la mayoría del año, mientras que los almendros son capaces de vivir prácticamente con el agua de la lluvia.

"La realidad es que es un sitio donde la gente disfruta mucho. A cualquier hora está llena y está en pleno funcionamiento. Cada vez que muere un árbol se repone y el esfuerzo constante se ha visto recompensado", concluye Vicente en su elogio a la plaza situada en el extremo norte de la Gran Vía, escoltada por la Torre Madrid y el Edificio España, vigilada de forma perpetua por Don Quijote y su fiel Sancho, y que desde hace poco más de un año y medio cuenta con un túnel de casi un kilómetro y un paseo arqueológico, además de carril bici y zonas de juego para los niños.