El tétanos es una de las enfermedades más temidas. Un simple corte con algún objeto afilado sucio puede desencadenar el horror. Comienza con pequeños calambres en la cara que se extienden por el cuerpo hasta convertirse en espasmos severos que pueden romper huesos. Un equipo de químicos ha descubierto la estructura exacta de la toxina que provoca esta enfermedad.

Los científicos han determinado la estructura tridimensional de la tetanoespasmina (TeNT). “Ahora conocemos la posición exacta de los 20.000 átomos que forman la toxina del tétanos”, explica Pål Stenmark, bioquímico de la Universidad de Estocolmo. “El descubrimiento podrá utilizarse para diseñar nuevas medicinas”, asegura.

El potente veneno lo producen algunas cepas del bacilo Clostridium tetani. El microorganismo está latente en forma de esporas en los suelos de zonas cálidas y húmedas de todo el mundo y en heces de humanos, perros, gatos, roedores y ganado. Son sumamente resistentes, pueden sobrevivir a temperaturas que rondan los 120 grados centígrados unos 15 minutos.

La infección por tétanos aparece con más frecuencia en lesiones de menor gravedad

Cuando se introducen en heridas, si no se desinfectan, los bacilos despiertan en las zonas de tejido necrosado, sin oxígeno. La infección por tétanos aparece con más frecuencia en lesiones de menor gravedad porque las heridas severas tienen más posibilidades de recibir tratamiento y limpieza adecuados. Hay casos en los que no se conoce el lugar de entrada del microorganismo o ya no es visible cuando se producen los síntomas.

La toxina tetánica afecta al sistema nervioso central. Asciende por las neuronas motoras y bloquea algunos neurotransmisores. “Hemos descubierto que la molécula cambia su estructura según se encuentre en un medio neutro o un medio ácido. Creemos que esta habilidad para adaptarse a distintos pH es la clave que explica cómo alcanza la médula espinal desde la herida”, explica Stenmark.

El periodo de incubación es de 3 a 21 días. Entonces, debutan los síntomas. Provoca rigidez muscular generalizada, espasmos dolorosos, convulsiones y dificultad para respirar y tragar. Sin hospitalización y cuidados intensivos, los niños y ancianos suelen morir, mientras que en lugares con atención óptima, esta tasa puede reducirse al 15%.

En los países desarrollados la vacuna que previene la enfermedad en varias dosis está a la orden del día. Se administran por inyección en el primer y segundo año de vida combinadas con otras inmunizaciones. Contienen la toxina atenuada (toxoide), que no puede producir la enfermedad, pero sí mantiene su capacidad de estimular la producción de anticuerpos contra ella.

Desabastecimiento de la vacuna en España

En febrero España sufrió desabastecimiento de una de las vacunas, la dTpa, que inmuniza frente a la difteria, tos ferina y tétanos. Las dos farmacéuticas que distribuyen este medicamento en España, la británica GlaxoSmithkline y la francesa Sanofi, no podían abastecer al ritmo habitual por problemas en su fabricación. El ministerio de Sanidad suspendió la administración de las dosis de recuerdo a los 14 años hasta que, gracias a un acuerdo con la compañía catalana Grifols, se recuperaron las dosis comprando un millón de vacunas a EEUU.

Gracias a la vacunación, el tétanos es muy poco frecuente en Europa, con entre 49 y 167 casos desde 2006, según la OMS. Sin embargo, continúa siendo un problema de salud pública importante en países en desarrollo. “Hay personas sin vacunar del tétanos en muchas partes del mundo, los bebés recién nacidos y sus madres están en especial riesgo. A pesar de que los programas de vacunación han mejorado mucho la situación, aún mueren decenas de miles de personas de tétanos en el mundo cada año”, ilustra el científico sueco.

Los partos o abortos en condiciones higiénicas deficientes y el uso de instrumentos sucios para cortar el cordón umbilical son las principales causas del tétanos en maternal y neonatal. De este último en 2015 se produjeron unos 34.000 casos, según la OMS. El objetivo del Plan de Acción Mundial sobre Vacunas de este organismo es lograr que los casos se reduzcan a 1 por cada 1000 nacidos vivos.