Hace justo siete meses, David Meade estaba convencido de que aquel día el mundo acabaría. El autor del superventas Planeta X dijo después que aquello ocurriría en abril. Este fin de semana. Y todo porque un planeta no detectado impactaría sobre la Tierra. Algo al estilo de la película Melancholia de Lars Von Trier. Aquí, el Planeta X no se llama Melancholia sino Nibiru y fue inventado allá por los 70, aunque su nombre fue dado por los Babilonios, quizás refiriéndose a Júpiter. Y es Júpiter, precisamente, uno de los tres planetas que casi podremos ver alineados en los próximos días, desde las 3 de la madrugada, junto a Marte y Saturno. A ellos se suma la lluvia de estrellas Líridas.



 

Júpiter, en Libra, bien brillante va ascendiendo desde el sureste hacia el oeste a partir de las 23.00 horas de Madrid. Le siguen desde las 3 de la mañana Saturno y el rojizo Marte, alineados en Sagitario. Ninguno de los tres titila, a diferencia de las estrellas.

¿Es este escuadrón planetario suficiente para anticipar el fin del mundo? La noche del 22 al 23 se da el pico de máxima actividad de las Líridas. Una lluvia de estrellas que nos podría deparar algo menos de una veintena de meteoros por hora.

Las conocemos desde que fueron descritas por los astrónomos chinos del siglo VII a.C., pero sólo desde hace relativamente poco sabemos que provienen de Thatcher. Un cometa cuyos restos atravesamos cada año por estas fechas. Los fragmentos de polvo de su cola se calcinan al entrar en contacto con la atmósfera a 48 metros por segundo.

Como la luna se pone pronto, la segunda parte de la noche es buena para observar. Bien alta, está Lira, su radiante. Aunque las estrellas fugaces pueden aparecer por casi cualquier sitio. Basta alejarse de las luces de la ciudad y tener paciencia o una buena cámara de 180º.