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Seguimiento de satélites

'Galileo' da a España el mayor contrato aeroespacial de su historia

El 'GPS' europeo adjudica a una empresa española el seguimiento de satélites por 250 millones

Rénder de un satélite de Galileo

Rénder de un satélite de Galileo GMV

El GPS europeo tendrá sello español. Al menos en lo referido a seguimiento de satélites, algo en que la industria aeroespacial española tiene larga experiencia. La empresa GMV se ha llevado el contrato por un presupuesto inicial de 250 millones de euros. Es el contrato más importante de la historia de España en esta materia.

Galileo, el sistema europeo de navegación por satélite, diseñado para competir con el GPS estadounidense y el Glosas ruso, será controlado por el grupo español hasta 2022, mediante una tecnología
“responsable de la infraestructura encargada del seguimiento, monitorización y control de todos los satélites de la constelación”, según ha explicado Jesús Serrano, director general GMV en rueda de prensa. El acuerdo se firmó este jueves por la multinacional con la ESA y la Comisión Europea.

Ojos en Alemania e Italia

Esta actividad de vigilancia que se llevará a cabo desde el centro de operaciones principal, en Oberpfaffenhofen (Alemania), y el centro de respaldo, en Fuccino (Italia), junto a distintas estaciones de seguimiento que hay distribuidas por todo el mundo.

Para el ministro Pedro Duque, quien recordó sus inicios profesionales en GMV, la adjudicación de este contrato es "un signo de la madurez del sector espacial español" y el resultado del esfuerzo y el talento de una empresa española que siempre ha apostado por el valor añadido y la I+D+i.

El ministro de Innovación Pedro Duque en la presentación del contrato con 'Galileo'

El ministro de Innovación Pedro Duque en la presentación del contrato con 'Galileo' P. Villar, EFE

Por su parte, Serran, ha subrayado que "es un contrato sin precedentes para GMV, que se ha conseguido pese a la dura competencia de otras empresas del sector espacial" y que llega tras más de 30 años de "arduo trabajo para ser líderes en el seguimiento de satélites". La empresa nace a partir de la cátedra de Mecánica del Vuelo de la ETSIA en los ochenta.

Actualmente, el sistema Galileo ya está operativo y cuenta con 26 satélites en órbita, una constelación que en los próximos años será ampliada con el lanzamiento de algunos satélites más que darán redundancia y solidez al sistema "por si falla alguno", ha explicado el responsable del proyecto Galileo de la ESA, Javier Benedicto.

Galileo es un sistema alternativo al GPS, más moderno, y con tecnología mucho más puntera, que cuenta ya con unas prestaciones "excelentes", ha subrayado Benedicto.

De entrada, tiene una resolución por debajo de un metro, esto es, tres veces mayor que la de su rival GPS, ejemplo de la excelente calidad técnica del sistema.

Pero, además, los ingenieros de la ESA trabajan para acrecentarla en el llamado "servicio de alta precisión", que puede llegar a reducirla en 2021 a menos de 20 centímetros, ha avanzado Benedicto.

Pero la gran ventaja de Galileo es que transmite señales a tres frecuencias diferentes, mientras que GPS lo hace solo en una, lo que permite una mayor precisión de las comunicaciones, una característica única de Galileo y que GPS tiene proyectado hacer en los próximos años.

Actualmente, Galileo ofrece un servicio "abierto" para aparatos conectados como teléfonos inteligentes (la española BQ ya los usa) o navegadores de vehículos, un servicio que "ya utilizan cerca de mil millones de usuarios en todo el mundo, dado que desde el año pasado este servicio está insertado en los circuitos integrados que tienen estos aparatos" y que complementan al estadounidense GPS.

Galileo será útil para el transporte, agricultura, pesca o salvamento

Las ventajas de Galileo serán útiles para gran número de sectores, desde el transporte (aumento de la seguridad o agilización de las operaciones), hasta servicios para la agricultura, la pesca, la sanidad o el salvamento de personas.

El programa Galileo ha costado a las arcas europeas cerca de 10.000 millones de euros, una inversión que además será complementada cada año con 1.000 millones adicionales. De esa financiación, España, a través de la ESA, ha aportado cerca del 10 por ciento.

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