Ciencia y Tecnología

Apocalipsis banano: ¿arrasará el cambio climático los plátanos?

Se prevé una expansión de la enfermedad sigatoka por el calentamiento global. Canarias podría ser la resistencia.

El plátano, un cultivo amenazado por varias enfermedades

El plátano, un cultivo amenazado por varias enfermedades

El plátano o banana es la fruta más consumida del mundo. Y, paradójicamente, es de las más vulnerables. Decenas de plagas de insectos y hongos amenazan al banano enano (Musa × paradisiaca), el árbol –técnicamente, una hierba gigante– que produce los plátanos comunes. El problema es que son todos iguales genéticamente. Hijos de un mismo padre y hermanos entre sí. Clones. Los plátanos comestibles son el resultado de un feliz accidente natural (buscado) que disfrutamos hoy: la banana que llega a nuestra casa es un manjar comodísimo porque carece de semillas. Para la evolución, una tragedia. Y para los hongos, una ventaja. Se avista un apocalipsis banano. Eso sí: ni es la primera vez, ni probablemente sea tan grave. Canarias se va a librar por ahora.

Ahora, un estudio revela que el cambio climático puede favorecer la propagación de algunos ataques fúngicos en latitudes tropicales, particularmente, en América. En concreto, el banano actual está indefenso ante el hongo Pseudocercospora fijiensis. El responsable de la enfermedad conocida como sigatoka negra.

La sigatoka negra se produce por un hongo muy condicionado por el clima

"La sigatoka es causada por un hongo cuyo ciclo de vida está fuertemente determinado por el clima y el microclima", explica el doctor Daniel Bebber (@DanielBebber), de la Universidad de Exeter (Reino Unido). Según su trabajo, "se demuestra que el cambio climático ha mejorado las temperaturas para la germinación y el crecimiento de las esporas del hongo y ha hecho que las copas de los cultivos sean más húmedas, lo que aumenta el riesgo de infección por sigatoka negra en muchas áreas de cultivo de banano en América Latina". Sus cálculos apuntan a que en este mismo siglo, 8 de cada 10 bananeras estarán infectadas. Una realidad ya en vías de expansión, como ya advirtió un equipo de investigadores en 2015 bajo el elocuente artículo De mal en peor, publicado en 2015 en Plos Pathogens. Pareciera todo un Platanocausto. Por suerte, hay un lugar en el mundo que puede convertirse en la resistencia platanera: Canarias.

Canarias resiste

"La sigatoka es una enfermedad por la que un hongo es como si arrojase pintura negra sobre las hojas. A la planta le es imposible hacer la fotosíntesis. Pero para que se desarrolle es necesaria mucha humedad", señala desde COPLACA el ingeniero agrónomo Javier López-Cepero a El Independiente. "El estudio de la sigatoka prevé que para 2080 toda América Latina sea susceptible al hongo por el aumento de las temperaturas". Respecto a Canarias no hay modelos tan específicos, pero su actual clima subtropical no cuenta con humedades tan elevadas y no hay elementos que permitan pensar que el cambio climático las elevará. Sí se da por hecho el incremento de un grado de temperatura por siglo en Tenerife . Calor sí, pero no humedad: los vientos saharianos pueden soplar a favor de la supervivencia de la especie de platanera enana pequeña que se da en las islas (Cavendish Petit Nain). El plátano canario pertenece a la misma especie que la banana americana –los dos son Cavendish, que se impusieron en la década de 1960, después de otro apocalipsis banano–. Pero el plátano de Canarias es otra variedad.

Rayas producidas por las toxinas del hongo de la sigatoka

Rayas producidas por las toxinas del hongo de la sigatoka. Dan Bebber

Ante la sigatoka, el escenario es mucho más preocupante en las regiones americanas. Según explica Bebber desde Inglaterra, "definimos el riesgo de infección como la suma del número de esporas por hora que infectan una hoja en un intervalo de tiempo. El modelo muestra que el riesgo de infección ha aumentado en un promedio de 44,2% en las áreas de cultivo de banano en América Latina y el Caribe desde la década de 1960, debido al aumento de la humedad y la mejora de las condiciones de temperatura del patógeno". La de 1960 fue la década en que se sustituyó toda la plantación de plátanos de la variedad Gros Michel (más sabrosa) por la variedad Cavendish, después de que la llamada Enfermedad de Panamá acabase con la primera.

El riesgo de infección por hongo se ha disparado un 44,2% desde 1960

En Canarias, el platanero está amenazado más bien por animales. El picudo negro, un gorgojo que se está volviendo resistente a los insecticidas tradicionales, da algún quebradero de cabeza. También los nematodos, una especie de gusanos microscópicos que actúan desde la raíz. "En suelos tropicales es devastador y obliga a rotaciones completas de los cultivos, teniendo hasta que dejar terrenos en barbecho unos tres años", explica López-Cepero. "En Canarias es más difícil que se desarrollen porque se usa estiércol y compost", lo que deja menos espacio a estos gusanos redondos.

La cooperativa en la que trabaja López-Cepero participa en el Proyecto Musa, que investiga soluciones a plagas y enfermedades a nivel global, como la que ahora atenaza al banano americano y en el que participa también Bebber. Uno de sus frentes es atacar a estas enfermedades con soluciones biológicas.

Virus contra plagas

Aunque el plátano de Canarias se libre de la sigatoka, hay otro pequeño gusano que está dando bastante guerra. Se llama medidor o lagarta (Chrysodeixis chalcites). “Se pierden unas 3.155 toneladas de plátano al año, lo que representa el 1,5% de la producción anual; unos 2,68 millones de euros", explica Ernesto Gabriel Fuentes. Este investigador presentó el año pasado una tesis por la que un virus puede sustituir a los pesticidas químicos en la lucha contra los parásitos de la platanera. Se trata de que el virus ataque al el gusano, con más persistencia que los insecticidas tradicionales.

Fuentes realizó varios ensayos a pequeña escala tanto en invernadero como al aire libre con la variante más abundante y extendida del virus ChchNPV-TF1. “Se logró reducir el número de larvas y el daño de las hojas en plantas jóvenes de platanera de igual forma que los productos convencionales. Además, se daba una mayor mortalidad de larvas producida por el virus a lo largo del tiempo, en comparación con insecticidas tradicionales. Esto indica una mayor persistencia de este virus en la planta platanera”, afirma el autor de la tesis, que fue calificada con sobresaliente cum laude.

El problema de las plagas que afectan al plátano canario es que “se necesitan cada vez nuevos productos, rotar su uso, y hay pocos autorizados", señala desde su actual trabajo en la Cooperativa este ingeniero agrónomo. El virus no afecta ni a la planta ni a otros seres vivos.

Puesto de plátanos en el Mercado Central de Valencia

Puesto de plátanos en el Mercado Central de Valencia Mario Viciosa

Fuentes llevó sus pruebas a invernaderos de malla en plantaciones comerciales de Tenerife, Gran Canaria y La Palma. Cuando los tratamientos con virus se aplicaron varios meses antes del nacimiento del fruto, de nuevo comprobó que este insecticida biológico proporcionaba un control efectivo, similar al de los insecticidas convencionales. Por ejemplo, según los ensayos realizados en plantaciones comerciales de Tenerife, con insecticidas químicos moría el 25% de las larvas. Con el virus, hasta el 68%, aunque quedando un 4% de las manos de plátanos dañadas por el gusano.

El insecticida vírico por él desarrollado aún no está en el mercado, pero una empresa francesa ha comprado los derechos para crear una versión comercial. Usar virus para proteger cultivos "es algo relativamente común en otras especies, como el tomate, en Andalucía, por ejemplo", explica a El Independiente.

Canarias está lejos de vivir cualquier tipo de apocalipsis que amenace su producción. Pero la amenaza de la sigatoka no tiene tanto que ver con la variedad Cavendish, como con el entorno donde se cultiva y las condiciones de temperatura y humedad. No hay banquillo para sustituir al Cavendish, como sí ocurrió en los sesenta.

¿Hay remedios biológicos para la sigatoka? Por el momento, la FAO apuesta por la mejora genética del actual plátano. Y los cultivadores americanos fían su futuro a que las previsiones climáticas sean demasiado catastrofistas. Y, mientras tanto, Canarias alza su plátano como la resistencia.

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