Hace unos años, el principal y casi único uso que se le daba al dron era el de grabar espectaculares imágenes desde un punto de vista totalmente distinto. Hoy en día los drones sirven para casi cualquier cosa imaginable.

"Tienen aplicaciones en ingeniería, en labores de rescate, los usa el ejército, son claves en materia de seguridad y en el futuro serán claves en la movilidad de las personas", afirma Carlos Poveda, CEO de la empresa UMILES, una de las principales del sector del dron en España. "Tiene unas posibilidades infinitas", añade Carlos Lorenzo, geólogo y piloto de drones del Instituto Geológico y Minero IGME-CSIC, uno de los responsables de las impresionantes imágenes que se están grabando de volcán de Cumbre Vieja en La Palma.

Carlos Lorenzo es uno de los 50.836 pilotos que hay registrados en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), el organismo que regula la formación de los pilotos de drones en España. En 2014, cuando se estableció la primera normativa había 54 operadores profesionales y 109 pilotos registrados y en la actualidad hay 41.811 operadores y 50.836 pilotos, según datos facilitados a El Independiente por la AESA. No obstante, la nueva normativa que entró el 31 de diciembre de 2020 no diferencia entre pilotos profesionales y recreativos y obliga a todos a registrarse. En 2014, sólo estaban registrados los profesionales.

La importancia de saber pilotar un dron

Prácticamente la mitad de los pilotos que hay en España han salido de algunas de las múltiples escuelas que tiene la empresa gallega Aerocámaras, a la que se encargó la misión de rescatar a los podencos atrapados por la lava en La Palma. "Desde luego es una de las cosas más raras que nos han pedido. O montar un arma dentro de un dron en Honduras, o llevar una botella de champagne y un anillo de compromiso a un yate. Hay gente para todo", bromea Jaime Pereira, CEO de Aerocámaras.

"Esto empezó como un juguete audiovisual y se está convirtiendo en una herramienta esencial en muchísimos sectores. Está facilitando la vida y las comunicaciones hasta el punto de que en el futuro más próximo podrá transportar personas", añade Jaime Pereira, que está exponiendo esta semana en la Feria Expodrónica de IFEMA. Su empresa se centra en ofrecer cursos para formar pilotos en varios países, entre ellos España, México, Colombia y Chile.

"Al fin y al cabo, el aparato puede estar muy bien y ser muy moderno, pero depende de un piloto que se le saque productividad. Yo lo comparo con un Fórmula 1: es un vehículo, sí, pero hay que saber pilotarlo papra sacarle el máximo rendimiento", añade.

"Antes era raro ver a un cuerpo de policía que tuviera un equipo de drones y ahora lo extraño es ver a una Policía en todo el mundo que no cuente con un aparato de estas características", dice Jaime Pereira, CEO de Aerocámaras

En la imagen, el megadron adquirido por la Policía Nacional

De la geología a los aerotaxis

Los drones ya se usan para todo tipo de cosas. "Nosotros ofrecemos cursos para operaciones de emergencia, de seguridad, de batimetría, topografía", se explaya Jaime Perira. "Lo más raro que nos han pedido ha sido meter un arma en un dron o rescatar unos perros en el volcán de La Palma. Incluso un hombre nos pidió que le lleváramos a su yate una botella de champagne con un anillo de compromiso".

Carlos Lorenzo, geólogo y piloto de drones del IGME-CSIC, es uno de los ejemplos de la aplicación científica de los drones. "En nuestro caso, en la Geología, nos permite llegar a lugares imposibles y facilitan el trabajo de una manera tremenda. Por ejemplo, hace un tiempo tuvimos que coger muestras del centro de un lago contaminado. Antes necesitábamos un barco y equipamiento especial... ahora con un dron no tienes que arriesgar nada".

El IGME creó en 2016 un servicio de trabajos aéreos y actualmente hay seis pilotos de drones. Tres de ellos están actualmente en la Palma monitorizando el volcán. "Lo que más solemos hacer en nuestras misiones son modelos del terreno en 3D. El dron va sacando imágenes y después un programa va pegando todas hasta crear un mapa en tres dimensiones".

Una de las aplicaciones con las que más fantasea la industria es el de la movilidad. "Nosotros tenemos dos divisiones de negocio fundamentales: la primera, el uso de drones en ingeniería, industria audiovisual, seguridad y demás;y la segunda, que es la movilidad del futuro, los aerotaxis y el reparto de productos con drones", señala Carlos Poveda, de Umiles. Su empresa ha presentado esta semana el primer aerotaxi con tecnología, desarrollo y fabricación española.

Umiles presenta el primer aerotaxi con tecnología, desarrollo y fabricación española. Propulsado por cuatro drones y con una cabina con capacidad para una persona, puede realizar vuelos de 15 minutos y tiene una autonomía de 15 kilómetros. El dron puede llegar hasta los 800 metros de altura, pero lo normal es que circule entre 100 y 300 metros

En España hay 210 entidades reconocidas por la AESA que pueden impartir cursos para sacarse el carnet de piloto de drones.

En la imagen, el aerotaxi de Umiles (Europa Press)

Una alternativa a los fuegos artificales

Los drones también pueden servir para dar un espectáculo luminoso similar al de los fuegos artificiales. Mediante un proceso de modulación de intensidades y un proceso de diseño de trayectorias, se consigue que los drones "bailen" en una coreografía coordinada para formar figuras en movimiento. Es lo que se conoce como enjambres de drones.

"Se trata de que una persona coordine desde una estación de control un conjunto de drones", señala Carlos Poveda, de Umiles. "Puedes dibujar cualquier cosa que se te ocurre, son mucho más sostenibles que los fuegos artificiales y no tienen ningún peligro".

Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 dejaron boquiabiertos a los espectadores durante la ceremonia inaugural con una coreografía de 1.874 drones sobre el Estadio Olímpico de la capital japonesa.